La Divinidad de Jesucristo:
¿Es Jesucristo el Jehová del Antiguo
Testamento?
Por:
Fernando E. Alvarado
Jesucristo, el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento
Introducción:
En el cristianismo existe una diversidad de opiniones
sobre quién es Jehová, todo ello producto de la apostasía de la Iglesia de Jesucristo
en los primeros siglos dela Era Cristiana.
De acuerdo con la Enciclopedia Católica, Yahveh (Jehová)
es “El nombre propio de Dios en el
Antiguo Testamento; de aquí que los judíos lo llamaran el nombre por
excelencia, el gran nombre, el único nombre, el nombre glorioso y terrible, el
nombre oculto y misterioso, el nombre de la sustancia, el nombre propio, y más
frecuentemente shem hammephorash, es decir, el nombre separado o explícito…” (Véase
http://ec.aciprensa.com/wiki/Yahveh)
Para los católicos, por lo tanto, Yahveh o Jehová es el
nombre de Dios en el Antiguo Testamente o, mejor dicho, el nombre de la
Trinidad. Es decir, que el Padre es Yahveh, el Hijo es Yahveh y el Espíritu
Santo es Yahveh según la enseñanza católica. No obstante, suelen aplicar casi
de forma general el nombre Yahveh a Dios el Padre, como manera de distinguirlo
de su Hijo Jesucristo o del Espíritu Santo.
Desde una perspectiva protestante (aunque no en todos los
casos) los Santos, Patriarcas y Profetas del Antiguo Testamento jamás
conocieron a plenitud el “misterio” de la Trinidad. Por eso, muchos
protestantes suelen interpretar que Yahveh o Jehová es el nombre propio y
exclusivo de Dios el Padre. Basados en una teología dispensacionalista
originada en las ideas del Beato Joaquín de Fiore (abad y monje italiano nacido
en Calabria en la Edad Media), los protestantes tienden a dividir la historia
humana en tres períodos: Edad del Padre (Jehová), la Edad del Hijo (Jesucristo)
y la Edad del Espíritu Santo (el Consolador).
Según dicha interpretación, Dios se revela a sí mismo y
su naturaleza trina en tres períodos, cada uno
de los cuales tiene unas características propias y una evolución:
·
La Edad del Padre
abarca desde la Creación hasta el nacimiento de Cristo. Es una edad dominada
por el miedo al castigo y las figuras importantes de esta etapa son los
profetas.
·
La Edad del Hijo, que
empieza con el nacimiento de Cristo, está dominada por el sentimiento de fe y
marca el inicio de una concepción de Dios como ser lleno de amor, misericordia
y gracia.
·
La Edad del Espíritu
Santo, que para muchos comienza con la venida del Espíritu Santo el día de
pentecostés, mientras que para otros comienza con el Milenio. Es una edad en la
que la dirección de la Iglesia y los asuntos del Reino de Dios son efectuadas
por el Espíritu Santo en persona, culminando de este modo la manifestación del
Dios Trino a Su pueblo en la Tierra.
Por lo tanto, el Dios conocido como Yahveh por los judíos
es Dios el Padre actuando en su Edad específica, sin ninguna mención del Hijo o
del Espíritu Santo de forma explícita. Es hasta el Nuevo Testamento que surge
la figura del Hijo (Jesucristo) y es, hasta la entronización de Éste a la
diestra del Padre, que se manifiesta el Espíritu Santo como tercer miembro de
la Trinidad.
Otros grupos religiosos alejados de la corriente
principal del cristianismo tienden a tener una interpretación un tanto
diferente. Los Testigos de Jehová son bien conocidos para su negativa de la
deidad de Cristo. Según su teología, Jesús fue una encarnación del arcángel
Miguel, no un Dios en carne humana. Para ellos Jehová es el nombre de Dios el
Padre, el único Dios verdadero. Esta doctrina recibe el nombre de Arrianismo[1].
Ciertos grupos pentecostales unitarios enseñan que
Jesucristo es el mismo Jehová del Antiguo Testamento. Para ellos no existe tal
cosa como la Trinidad, de modo que los términos “Padre” y “Espíritu Santo” son
sólo otros nombres para referirse a ciertos aspectos de la personalidad de
Jesucristo, el único Dios verdadero. Dicha doctrina recibe el nombre de
Sabelianismo o Modalismo[2] por su
insistencia en que los distintos nombres eran solo “modos” de representar a
Jesús.
Jesucristo, el Jehová del Antiguo Testamento
Para los mormones, ¿Son Jehová y Jesucristo la
misma persona?
De acuerdo con la doctrina de la Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los Últimos Días, Jehová es el Jesucristo preterrenal y vino a la
tierra como hijo de María (Mosíah 3:8; 15:1; 3 Nefi 15:1–5). De acuerdo con la
teología mormona, Jehová (Jesucristo) es un integrante de la Trinidad. El
participó en el Gran Concilio de los cielos donde se decidió que ellos
construirían un mundo al cual podríamos venir como seres mortales para labrar
nuestra salvación. En la comprensión mormona del relato del Génesis, mientras
Adán y Eva estuvieron en el Jardín de Edén, estaban en la presencia del Padre y
eran enseñados por Él. La primera parte del libro de Génesis, la cual tiene que
ver con la Creación y con Adán y Eva en el Jardín de Edén, transcurre cuando el
Padre estaba presente ante ellos (Capítulos 1-3). Después que comieron del
fruto prohibido, Adán y Eva fueron expulsados de aquel jardín e igualmente de
la presencia del Padre. Fueron desterrados por causa de su transgresión, y
llegaron a estar muertos espiritualmente, esto es, fueron echados de la presencia
de Dios. Es entonces cuando entra en escena Jehová (Jesucristo), como el
Mediador entre el hombre y Dios (Elohim) y su Abogado ante el Padre. El
Presidente Joseph Fielding Smith enseñó lo siguiente:
“Toda
revelación desde la Caída ha venido por medio de Jesucristo, quien es el Jehová
del Antiguo Testamento. En todos los pasajes en los que se menciona a Dios y en
los que se habla de su manifestación, se habla de Jehová. Fue Jehová quien
habló con Abraham, con Noé, con Enoc, con Moisés y con todos los profetas. Él
es el Dios de Israel, el Santo de Israel; el que sacó a aquella nación de su
cautiverio en Egipto y el que dio y cumplió la Ley de Moisés. El Padre nunca
trató directa o personalmente con el hombre después de la Caída, y nunca se ha
mostrado a no ser para presentar y dar testimonio del Hijo.”
(Doctrina de Salvación, Tomo I, pág. 15)
A partir de la Caída de Adán (y a lo largo de la historia
humana), Jehová trabaja para reconciliarnos, es decir, para llevarnos a un
acuerdo con Elohim, su Padre. Como se observa desde Génesis 4 en adelante, es
Jehová quien actúa como el Dios de esta Tierra y a la vez como representante
del Padre ante la humanidad; Él se sitúa
entre el Padre y el hombre, actuando y hablando como si fuera el Padre en virtud
de su investidura divina y autoridad derivada del Padre (Elohim). Joseph
Fielding Smith también enseñó que:
“El Padre ha honrado a
Cristo poniendo su nombre sobre El, de manera que pueda ejercer su ministerio
en y por medio de ese nombre como si fuese el Padre; y de esta forma, en lo que
tiene que ver con el poder y la autoridad, sus palabras y hechos vienen a ser y
son los del Padre.” (Doctrina
de Salvación, Tomo I, pág. 17)
Además, en la interpretación mormona de la historia
humana, los profetas del Antiguo Testamento entendían y conocían la verdadera
naturaleza de la Trinidad (es decir, que son tres personas distintas y tres
Dioses diferentes), no confundiendo a Jehová con Elohim. Ha sido a través de
los siglos, y tras subsecuentes períodos de apostasía y adulteración de las
Sagradas Escrituras, que el verdadero conocimiento de Dios se perdió para el
hombre, desencadenando en la formación de numerosos sistemas apóstatas de
adoración como el politeísmo (religiones antiguas, hinduismo, sintoísmo, etc.)
o en versiones extremas de monoteísmo que niegan la verdadera naturaleza de la
Trinidad (Islam, Judaísmo moderno, Credos de la cristiandad trinitaria,
modalismo, arrianismo, etc.). Pero, ¿Es esto cierto? ¿Conocían los profetas del
Antiguo Testamente la verdadera naturaleza de la Trinidad, o son sólo
interpretaciones mormonas sin validez bíblica?
La Santa Biblia testifica que Cristo es Jehová
Los Patriarcas y Profetas del Antiguo Testamento:
¿Qué sabían ellos acerca de la Trinidad? ¿Comprendían ellos que Jehová hecho
carne sería el Mesías?
Aunque reconocemos que la Biblia es un registro incompleto
de los tratos de Dios con la humanidad, y que ha sido mutilada o alterada por
los hombres a lo largo de la historia, podemos observar (aún en su estado
incompleto actual) que hay pasajes donde Dios habla de sí mismo en el plural “Nosotros.”
Aunque en sí misma esta referencia de
pluralidad de dioses no establece la doctrina de la Trinidad, dichos pasajes hacen
referencia a una doctrina que luego es expresada claramente en el Nuevo
Testamento y en las revelaciones modernas, y esto sigue un patrón que vemos con
varias otras doctrinas. No debemos ignorar dicha evidencia porque es indirecta,
ya que sienta las bases para una doctrina que se desarrolla con claridad en los
resto de Escrituras. Por ejemplo:
·
GÉNESIS
1:26 “Hagamos
al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.”
Debemos ver lo que realmente dice este versículo. Dios (Elohim, en el texto
hebreo) está comentando sobre la formación del hombre, y dice claramente, “Yo hice al hombre como
‘nosotros.’” Dios
(Elohim) habla usando la expresión “como
nosotros” (prefiriendo usar el plural en lugar del
singular) evidenciando la existencia de otros seres semejantes en naturaleza a
Él y junto a Él como Primera Presidencia de los Cielos. La pregunta es, ¿A
quién dirigió Elohim dichas palabras? Juan
17:5 nos da la respuesta: “Ahora
pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo
antes que el mundo fuese.” Pero ¿Y el Espíritu Santo? Génesis 1:2 no dice: “y el Espíritu de Dios se
movía sobre la faz de las aguas.” Entonces,
vemos claramente como la Biblia habla del Hijo y del Espíritu Santo en la
creación del mundo. Puesto que Dios dijo “Hagamos”
da a entender que antes de la creación existía un “Nosotros”, es decir, una pluralidad de seres divinos. Es muy
difícil explicar tal lenguaje si Moisés, autor del Génesis, hubiera desconocido
la existencia de la trinidad. Esta mención de pluralidad divina se repite
también en los siguientes pasajes:
GÉNESIS 3:22 “Y dijo Jehová Dios: He aquí
el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que
no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para
siempre.”
GÉNESIS 11:7 “Ahora, pues, descendamos, y
confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.”
·
Los hijos de Coré también
entendían correctamente la existencia de una pluralidad de dioses. En SALMO 45:6-7 “Tu trono, oh Dios
[refiriéndose a Jehová], es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el
cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te
ungió Dios [Elohim], el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus
compañeros.” Este
pasaje es citado en HEBREOS 1:8-9 de
Jesucristo, el Hijo: “Mas
del Hijo dice: Tu trono, oh Dios [en este caso Jesucristo], por el siglo del
siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y
aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios [el Padre], el Dios tuyo, Con
óleo de alegría más que a tus compañeros.” Ahora,
lo que aprendemos de estos pasajes es que, en el Antiguo Testamento, se le
habla directamente a Jehová diciendo, “te
ungió Dios, el Dios tuyo” En Hebreos dice que este pasaje es dirigido al
Hijo de Dios, Jesucristo, evidenciando tanto la divinidad de Cristo como la
existencia de una pluralidad de Dioses.
·
El profeta Isaías también
comprendía la existencia de los tres miembros de la Trinidad. En ISAÍAS 6:8 leemos: “Después oí la voz del Señor,
que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo
(Isaías): Heme aquí, envíame a mí.” En
estos versículos Jehová habla de enviar un representante, pero para ello habla
nuevamente en plural, aludiendo a otros seres divinos que le acompañan en el
cielo. Nuevamente, en ISAÍAS 48:12-13,
16 se nos dice: “Óyeme,
Jacob, y tú, Israel, llamado por mí: Yo mismo, yo el primero, yo también el
postrero. Mi mano fundó también la a tierra, y mi mano derecha extendió los
cielos; al llamarlos yo, comparecen juntamente…. Acercaos a mí, oíd esto: Desde
el principio no hablé en a secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y
ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.” Este
menciona tanto a Jehová como al Espíritu Santo enviando al profeta a comunicar
Su mensaje, probando de nuevo que los profetas del Antiguo Testamento sabían
que ellos eran dos seres divinos separados y distintos.
Negar que estos versículos hablan de una pluralidad de
dioses (la Trinidad) es negar lo más obvio. La interpretación mormona de la
historia es correcta en este sentido: Lo que hoy llamamos el Evangelio de Jesucristo ha sido
conocido, predicado y enseñado desde la época de Adán. Los
diferentes períodos de apostasía tergiversaron la verdad revelada y mutilaron
las Escrituras; sin embargo, jamás pudieron borrar toda la evidencia de la
Biblia.
Los profetas del Antiguo Testamento no sólo conocían la
doctrina de la Trinidad, sino que distinguían perfectamente entre Elohim (Dios
el Padre) y Jehová (Jesucristo); también entendían y comprendían que Jehová
vendría sobre la Tierra en forma humana como Cristo, revelándose a sí mismo
como el Hijo de Elohim, el Dios cuya relación con el hombre se perdió tras la
Caída de Adán. Así tenemos que:
Isaías 9:6, por ejemplo, es una
promesa evidente del Mesías. Da una serie de nombres que se aplican a él:
“Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno o [“padre de la eternidad”],
Príncipe de Paz.”. Una profecía anterior de Isaías, se halla en Isaías 7:14,
le da el nombre de Emmanuel, lo cual literalmente quiere decir: “Dios con
nosotros”. Evidentemente, Isaías entendía que el Mesías prometido sería el
Dios de Israel encarnado, es decir, Jehová.
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Miqueas 5:2 profetizó que el lugar
del nacimiento del Mesías sería Belén, y habló de él con estas palabras
profundamente importantes: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre
las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus
salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. Miqueas
profetiza que el mesías será no un ser humano común, sino un ser de
naturaleza divina, ya que su existencia es desde el principio, desde la eternidad
pasada.
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En Malaquías 3:1-2 encontramos una de
las profecías más evidentes, más vívidas del Mesías entrante. Marcos 1:2
identifica este versículo como una profecía de Cristo: “He aquí, yo envío mi
mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a
su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien
deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién
podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él
se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de
lavadores.” Nótese que retrata a Jesús como Señor (ésta es la palabra hebrea
Adonaí, empleada para aludir a Jehová), quien viene a Su templo. Y él viene a
hacer una obra de juicio divino.
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En la profecía famosa de Juan el
Bautista encontrada en Isaías 40:3, Jesús es llamado Jehová: “Voz que clama
en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a
nuestro Dios.”. Nuevamente, Isaías
demuestra que sabía perfectamente que Jehová se encarnaría. Compárese con
Mateo 3:1-3
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Y, en Jeremías 23:5-6, se introduce
un nombre nuevo para Dios, Jehovah Tsidkenu, “Jehová nuestra justicia”. Note
a quienes es aplicado: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que
levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y
hará juicio y justicia en la tierra. [Esta es claramente una profecía
mesiánica.] En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este
será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.” (Jeremías
23:5-6). Para Jeremías, el mesías sería Jehová hecho hombre.
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Jesucristo, el Gran Jehová hecho carne
Jehová: El Señor Jesucristo en su Vida Premortal
La evidencia bíblica en favor de la enseñanza mormona
sobre la identidad premortal de Cristo es abundante. La Biblia enseña que
Jehová y Jesucristo son la misma persona:
JEHOVÁ
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JESUCRISTO
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JEHOVÁ ES CREADOR
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JESÚS ES CREADOR
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Génesis 2:4: “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra
cuando fueron creados, el día que Jehová hizo la tierra y los cielos,”
Génesis 2:15: "Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el
huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase."
Salmo 89:8, 11: “Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como
tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea. 11 Tuyos
son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo
fundaste.”
Salmo 102:25: “Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos
son obra de tus manos.”
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Juan 1:3, 10: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de
lo que ha sido hecho, fue hecho. 10 En el mundo estaba,
y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.”
Colosenses 1:16: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean
tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por
medio de él y para él.”
Hebreos 1:10: “Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la
tierra, Y los cielos son obra de tus manos.”
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JEHOVÁ ES ADORADO
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JESÚS ES ADORADO
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Salmo 22:27: “Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines
de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.”
Isaías 45:22-23: "Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de
la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 23 Por mí
mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será
revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.”
Isaías 66:23: “Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo,
vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.”
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Filipenses 2:10-11: “Para que en el nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la
tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre.”
Lucas 24:51-52: “Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y
fue llevado arriba al cielo. 52 Ellos, después de
haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo;”
Apocalipsis 15:3-4: “Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y
el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor
Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los
santos. 4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará
tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y
te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.”
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JEHOVÁ ES SEÑOR DE SEÑORES, EL PRIMERO Y EL POSTRERO
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JESÚS ES EL CORDERO, ES SOLO SOBERANO, SEÑOR DE SEÑORES, REY DE REYES,
EL PRIMERO Y EL POSTRERO
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Deuteronomio
10:17: “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores,
Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma
cohecho;”
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1ª Timoteo 6:14-15: “que guardes el mandamiento sin mácula ni
reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 15 la
cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y
Señor de señores,”
Apocalipsis 2:8: "Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El
primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:"
Apocalipsis 17:14: “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los
vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él
son llamados y elegidos y fieles.”
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JEHOVÁ ES REY DE ISRAEL
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JESÚS ES REY DE ISRAEL
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Salmo 145:10-13: “Te alaben, oh Jehová, todas tus obras, Y tus santos
te bendigan. 11 La gloria de tu reino digan, Y hablen de
tu poder, 12 Para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos
hechos, Y la gloria de la magnificencia de su reino. 13Tu
reino es reino de todos los siglos, Y tu señorío en todas las
generaciones.”
Isaías 44:6: “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de
los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay
Dios."
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Juan 1:49: “Respondió
Natanael y le dijo: ‘Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de
Israel.’”
Apocalipsis 22:12-13: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón
conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13Yo
soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.”
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JEHOVÁ REDIME DE TODA INIQUIDAD
|
JESÚS REDIME DE TODA INIQUIDAD
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Salmo 130:7-8: “Espere Israel a Jehová, Porque en Jehová hay
misericordia, Y abundante redención con él; 8 Y él
redimirá a Israel de todos sus pecados.”
Miqueas 4:10: “Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de
parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás
hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de
tus enemigos.”
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Tito 2:14: “Quien se
dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar
para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”
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JEHOVÁ FUE TRASPASADO
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JESÚS FUE TRASPASADO
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Zacarías 12:10: “Y
derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén,
espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y
llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se
aflige por el primogénito.”
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Juan 19:33-34, 36-37: “Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya
muerto, no le quebraron las piernas.34 Pero uno de los
soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y
agua. 36 Porque estas cosas sucedieron para que se
cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo. 37 Y
también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.”
Apocalipsis 1:7: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo lo verá,
y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación
por él. Sí, amén.”
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JEHOVA ES EL NOMBRE QUE DEBE SER INVOCADO PARA SER SALVO
|
JESÚS ES EL NOMBRE QUE DEBE SER INVOCADO PARA SER SALVO
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Joel 2:32:
“Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.” |
Ro 10:9, 13:“9 que
si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque todo aquel que invocare
el nombre del Señor, será salvo... 13 Porque todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo.”
|
¿Más pruebas? ¡Por supuesto!
·
Tanto Jehová como se Cristo
se identifican como el YO SOY.
“Y respondió Dios a
Moisés: Yo soy el que soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me
envió a vosotros." (Éxodo
3:14).
"Jesús le dijo:
De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy."
(Juan 8:58).
Que los judíos
intentaran apedrear a Jesús por supuesta blasfemia implica que ellos
entendieron que Él afirmaba ser Jehová, el Gran Yo Soy (Juan 8:59).
·
En Isaías 10:20, encontramos la expresión, “Jehová, el Santo de
Israel”. Se dice que el Santo es nada menos que Jehová mismo. Y en Hechos
3:13-14, Pedro le dice a los hombres en Jerusalén: “El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de
nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis
y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad.
Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo”.
·
En Isaías 43:11, Dios habla: “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve”.
¿Se ha dado cuenta usted que el título “salvador” es reservado en la Escrituras
a Jehová? Por esto es que Pablo, escribiéndole a Tito, no se reprimió en
aplicarle tanto el nombre Dios y la palabra Salvador a Jesucristo. Tito 2:11-13 dice esto: “Porque la gracia de Dios se
ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando
a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”
·
Deuteronomio
10:17 dice, “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de
señores, Dios grande, poderoso y temible,”. Pero
Apocalipsis 17:14 le aplica el
título “Señor de señores” al cordero, Jesucristo: “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá,
porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son
llamados y elegidos y fieles.”
·
Salmo
23:1"Jehová
es mi Pastor; nada me faltará". "Yo apacentaré a mis ovejas, yo les
daré aprisco, dice Jehová." (Ezequiel 34:15). En cuanto a Jesús, también se dice que Él es el
Buen Pastor: "Dijo
Jesús: Yo soy el buen Pastor; y conozco a mis ovejas, y las mías me
conocen... y pongo mi vida por las
ovejas." (Juan
10:14,15).
·
Salmo
27:1: "Jehová
es mi luz y mi salvación." Y también, "Jehová te será por luz perpetua"
(Isaías 60:19). Luego, en el Nuevo
testamento leemos: "Jesús
les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue,...tendrá la luz
de la vida." (Juan
8:12).
·
Salmo 19:14; Isaías 47:4;
Colosenses 1:14: Romanos 3:24: "Oh, Jehová, roca mía, y redentor
mío". "Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el
santo de Israel." "Su amado Hijo, en quien tenemos redención por su
sangre." "La redención que es en Cristo Jesús."
·
En Salmo 18:2 leemos:
“Jehová, roca mía y castillo mío", también:
"Jehová...la roca
de nuestra salvación" (Salmo 95:1). Luego, en el Nuevo Testamento: "De Cristo se dice:
"Pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa." (1
Pedro
2:6)
Además,
leemos: “y
todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual
que los seguía, y la roca era Cristo. (1 Corintios 10:4).
De modo que tanto Cristo como Jehová son identificados como la Roca. Es
interesante notar también que Pablo enseña que en la roca de la cual brotó agua
estaba Cristo ya que, según Éxodo 17:5-6, fue Jehová quien estaba en la roca: “Y Jehová dijo a Moisés: Pasa
delante del pueblo y toma contigo algunos de los ancianos de Israel; y toma
también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. He aquí que yo estaré delante de
ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrá de ella agua,
y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.”
·
Mateo
27:9, en
alusión a Cristo, recuerda "lo
dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de
plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel"
Sin embargo, en el Antiguo Testamento
encontramos estas palabras aludiendo a Jehová: "Y me dijo Jehová: échalo al tesoro; hermoso precio
con que me han apreciado..." (Zacarías 11:13). Jehová sería vendido en 30 piezas de plata, pero
en realidad fue Jesucristo ¿No es acaso porque ambos son el mismo?
·
Filipenses
2:9-11 nos enseña: "Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo
sumo....para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están
en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. Y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para a gloria de Dios Padre."
No obstante, en el Antiguo Testamento se
dice esto mismo de Jehová, ya que ambos son el mismo ser: “...Que a mí (Jehová Dios) se
doblará toda rodilla, y jurará toda lengua." (Isaías 45:23).
·
En Génesis 18:25-26, se dice de Jehová que es "...El Juez de toda la
tierra...”. El apóstol Pedro dijo sobre este asunto
así: "Y
nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él (Jesús/Jehová) es
el que Dios [Theos, la forma griega de Elohim] ha puesto por juez de vivos y
muertos." (Hechos
10:42). Véanse también: Juan 5:22, Hechos 17:31, Romanos 2:16, Romanos 14:10, 1
corintios 4:5, 2 Timoteo 4:1 y 1 Pedro 4:5.
·
En Isaías 54:13 leemos: "Y
todos tus hijos serán enseñados por Jehová...." y
luego en el Nuevo Testamento leemos: “...porque uno es vuestro Maestro, el Cristo."
(Mateo 23:8).
·
Finalmente, en Hechos 1: 9-12 leemos: “Y habiendo dicho estas
cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y le recibió una nube que le ocultó de sus
ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se
iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones vestidos de blanco, los que
también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros arriba al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo. Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte
que se llama de los Olivos, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de
reposo.” Como puede
notarse, los ángeles prometen que, en su Segunda Venida, Cristo mismo
descendería del cielo sobre el monte de los Olivos, justamente como lo hizo al
ascender de nuevo a su Padre.
Sin embargo, en Zacarías 14: 1-4 se
hace una clara alusión a la Segunda Venida de Cristo, llamándola “El Día de Jehová”.
Allí leemos lo siguiente: “He
aquí, el día de Jehová viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti. Porque
yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y la ciudad será
tomada, y las casas serán saqueadas y las mujeres violadas; y la mitad de la
ciudad irá al cautiverio, pero el resto del pueblo no será sacado de la ciudad.
Después saldrá Jehová y peleará contra aquellas naciones como peleó en el día
de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre a el monte de los
Olivos, que está frente a Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se
partirá por en medio hacia el oriente y hacia el occidente, formando un valle
muy grande; y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad
hacia el sur.”
Segunda Venida de Cristo, el Día de Jehová
Y los mormones tenían
la razón…
Es más que evidente que
nuestro Señor Jesucristo y Jehová son la misma persona y el mismo Dios. Negarlo,
ante la luz de tanta evidencia, sería pura necedad. Sin embargo, para quien no
quiere ver la verdad, cualquier prueba será insuficiente.
Personalmente, aunque valoro
el estudio personal de la Sagrada Biblia, debo ser honesto y reconocer que ésta
solo fortalece mi testimonio personal y mi confianza en la revelación moderna y
en las Escrituras de los últimos días. Mientras muchos hoy en día viven
confundidos y continúan discutiendo sobre la identidad de Jehová, el joven
profeta José Smith (aparentemente iletrado e inexperto en teología) reveló al
mundo la siguiente verdad divina:
“EL velo fue retirado
de nuestras mentes, y los ojos de nuestro entendimiento fueron abiertos. Vimos al Señor sobre el barandal del púlpito,
delante de nosotros; y debajo de sus pies había un pavimento de oro puro del
color del ámbar. Sus ojos eran como llama de fuego; el cabello de su cabeza era
blanco como la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol;
y su voz era como el estruendo de muchas aguas, sí, la voz de Jehová, que decía:
Soy el primero y el último; soy el que vive, soy el que fue muerto; soy vuestro
abogado ante el Padre.”
(Doctrina
y Convenios)
Jehová se aparece en el Templo de Kirtland
¿Es pura casualidad atinarle
a la verdad? ¡No lo creo! Por el contrario. Dios sigue hablando en esta época a
través de sus profetas vivientes, y si… ¡Los mormones tenían la razón!
Como dijo Jesús: “El que tiene oídos para oír, oiga.”
(Mateo 11:15)
[1] Arrianismo:
Es el conjunto de doctrinas cristianas expuestas por Arrio (256-336), un
presbítero de Alejandría (Egipto),
probablemente de origen libio (etnia bereber). Algunos de sus discípulos y
simpatizantes colaboraron en el desarrollo de esta doctrina teológica, que
sostenía que Jesús era hijo de Dios, pero no Dios mismo. El arrianismo es
definido como aquellas enseñanzas defendidas por Arrio opuestas al dogma
trinitario determinado en los dos primeros concilios ecuménicos y mantenido en
la actualidad por la Iglesia católica, las Iglesias ortodoxas orientales y la
mayoría de las iglesias protestantes. A pesar de que el arrianismo como tal fue
exterminado, se considera continuadores de ciertos aspectos del arrianismo a
varias comunidades religiosas. La cristología de los Testigos de Jehová guarda
unas pocas similitudes con el arrianismo, en el sentido que ambas consideran a
Jesús como el unigénito del Dios Padre, y no como Dios mismo. Los socinianos,
una denominación nacida luego de la Reforma Protestante en Polonia, no cree en
el aspecto de Jesús Dios, por lo que en alguna medida podrían ser considerados
herederos del arrianismo
[2] Modalismo:
Es un término "acuñado en el Siglo XIX" (por opositores trinitarios),
siguiendo tal vez la filosofía de Baruch Spinoza, para describir una posición,
según sus seguidores, estrictamente monoteísta y presente no sólo en los
cristianos de los primeros siglos sino en toda la historia de la Iglesia
Cristiana, donde Dios es definido como un Espíritu Único e Indivisible, que se
manifiesta al hombre de diversos modos (Hebreos 1:2; 1. Timoteo 3:16; 2.
Corintios 5:19; Juan 14:8-9), y que fue manifestado en carne como Jesucristo
con el propósito de redimir al hombre (1. Timoteo. 3:15-16). Antes de la
invención del término modalismo, dicha doctrina había sido conocida con
términos como Monarquianismo, o la creencia en un solo Rey o Monarca que es
Dios; sabelianismo o herejía sabeliana, contra la que luchó en el siglo IV San
Basilio Magno. Los Pentecostales del Nombre de Jesucristo defienden la teología
modalista, aunque prefieren utilizar el término Unicidad de Dios. Esta doctrina
es enseñada además por la Iglesia Pentecostal Unida, la Iglesia de La Luz del
Mundo y La Voz de la Trompeta Final, así como por otros grupos pentecostales de
menor tamaño e iglesias independientes.
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