miércoles, 4 de febrero de 2015

El Día de Reposo Cristiano: ¿Sábado o Domingo?

EL DÍA DE REPOSO CRISTIANO:
¿SÁBADO O DOMINGO?

Por Fernando E. Alvarado

ORIGEN DEL CONFLICTO:
Ciertas iglesias cristianas como los Bautistas del Séptimo Día, la Iglesia Adventista del Séptimo Día y otras denominaciones cristianas más pequeñas reconocen al sábado como señal distintiva de lealtad a Dios (Éxodo 20:8-11; 31:13-17; Ezequiel 20:12, 20), afirmando que su observancia es pertinente a todos los seres humanos en todas las épocas y lugares (Isa. 56:1-7; Mar. 2:27). Dichas iglesias afirman que cuando Dios “descansó” en el séptimo día de la semana de la creación, también “santificó” y “bendijo” este día (Génesis 2:2-3), separándole para un uso sagrado y transformándolo en un canal de bendiciones para la humanidad. De acuerdo con dichas agrupaciones religiosas, los hijos de Dios observan este día como una importante expresión de la justificación por fe en Cristo (Hebreos 4:4-11). Algunos miembros de dichos grupos (los adventistas principalmente) consideran el mandamiento de guardar el día sábado como esencial para la salvación, llegando incluso a afirmar que el día domingo es la "Señal de la Bestia" profetizada en el Apocalipsis, y que los cristianos que consideran el domingo como día de reposo, están en error y bajo condenación. Pero, ¿Qué enseña la Biblia al respecto y cuál es la postura doctrinal de los Santos de los Últimos Días?

Ellen G. White, fundadora de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

¿QUÉ CREEMOS LOS MORMONES AL RESPECTO?
Como Santos de los Últimos Días creemos que el día de reposo es para dedicarlo al Señor. Al guardarlo seguimos el ejemplo de Dios. Dios dedicó un día para descansar. En Génesis se lee que después de haber creado la tierra y al hombre, Dios “reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:2-3). El mandamiento que Él nos da es una invitación a hacer lo mismo. En Éxodo se lee: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó” (Éxodo 20: 8-11). El Señor específicamente dio el mandamiento de que el día de reposo debía ser un día diferente a todos los demás, en memoria de Su obra.
 Cuando Jesucristo resucitó, el día de reposo llegó a ser el domingo. Después de recibir el mandamiento de guardar el día de reposo, el pueblo judío designó el séptimo día de la semana para dedicarlo a Dios. Como todos los mandamientos de la Ley de Moisés, este mandamiento era estricto en naturaleza, y los judíos se esforzaron por guardarlo. Con el tiempo, los líderes judíos comenzaron a agregar cosas que no eran necesarias. Por ejemplo, limitaron cuántos pasos una persona podía tomar, y qué tipo de nudos podían atar. Cuando Jesucristo comenzó su ministerio, se le criticó por las actividades que hacía en el día de reposo, pero Él enseñó: “el día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27). Al resucitar Jesucristo, sus discípulos comenzaron a guardar el día de reposo el domingo. Jesucristo apareció a sus apóstoles mientras estaban reunidos, y siempre fue el primer día de la semana, domingo (véase Juan 20:19, 26). En Hechos se menciona que los discípulos se reunían el primer día de la semana para partir el pan, en memoria de Jesús (véase Hechos 20:7). El día domingo llegó a ser el día de reposo. En nuestra época el Señor ha dado el mandamiento de reunirnos el “día del Señor” que es el domingo (véase Doctrina y Convenios 59:12).

Hay ciertas actividades que debemos hacer para guardar el día de reposo. El Señor ha utilizado la palabra santificar al referirse a la manera de tratar el día de reposo. Para santificarlo, hay ciertas cosas que debemos hacer y no basta con sólo pasar el día en ociosidad. Aparte de descansar de las labores de la vida rutinarios, hay otras cosas que debemos hacer para santificar el día de reposo. A continuación se presentan algunas cosas que hacemos para guardar el día de reposo.

1. Asistir a las reuniones de la Iglesia y participar de la Santa Cena
2. Leer las escrituras y las palabras de los líderes de la Iglesia
3. Visitar a los enfermos, los ancianos o a nuestros seres queridos
4. Escuchar música edificante y cantar himnos
5. Orar a nuestro Padre Celestial en acción de gracia y alabanza
6. Llevar a cabo el servicio de la Iglesia al que hemos sido asignados
7. Preparar registros de historia familiar e historia personal
8. Compartir historias que edifican la fe y compartir el testimonio con miembros de la familia y compartir experiencias espirituales con ellos
9. Escribir cartas a seres queridos
10. Ayunar con algún propósito específico
11. Pasar el tiempo con los niños y otras personas en el hogar

En vez de limitarse a participar únicamente en las actividades mencionadas en esta lista, es mejor sólo hacerse esta pregunta al decidir si se debe o no participar en cierta actividad: ¿Me edificará e inspirará esta actividad?”.
Hay algunas actividades que por su naturaleza no se pueden suspender los domingos, como el trabajo de los hospitales, pero debemos tratar de evitar trabajar los domingos donde sea posible. Aún cuando una persona tenga que trabajar los domingos, debe tratar de esforzarse por mantener el espíritu del día lo más que sea posible.
Las bendiciones del día de reposo son espirituales y temporales. El espíritu de una persona se beneficia grandemente al obedecer el día de reposo. La Santa Cena da una oportunidad de renovar los convenios bautismales y recibir el perdón de pecados. La música y todas las otras actividades ayudan a fortalecer la fe. El Señor ha prometido a los que guardan este mandamiento: “la abundancia de la tierra serpa vuestra, las bestias del campo y las aves del cielo, y lo que trepa en los árboles y anda sobre la tierra; sí, y la hierba y las cosas buenas que produce la tierra, ya sea para alimento, o vestidura, o casas, alfolíes, huertos, jardines o viñas” (Doctrina y Convenios 59:16-17). Aparte de engrandecer el alma y acercarnos a Dios, el día de reposo trae prosperidad.
El día de reposo muestra nuestra devoción hacia Dios. Entre tantas actividad que acostumbran llevarse a cabo los domingos, debemos recordar el mandamiento que Dios ha dado, y dedicar ese día a fortalecer nuestra unión con Él. Si así lo hacemos, nuestro espíritu será bendecido y prosperaremos sobre la tierra.

ORIGEN DEL SÁBADO COMO DÍA DE REPOSO JUDÍO:
El sábado es un recuerdo de la creación material. Después de seis días de trabajo, Dios reposó el séptimo día, lo santificó y lo bendijo (Génesis 2:2-3). Durante por lo menos dos mil quinientos años no se halla mandato alguno al respecto en la Biblia. Después Dios le dio la ley de Moisés, única y exclusivamente para el pueblo de Israel y los extranjeros “dentro de sus puertas” (Éxodo 20:8-11).
Según Nehemías 9:7-14, ésta parece haber sido la primera vez que se dio tal ordenanza. De modo que, aunque el principio implícito en la observancia de un día de reposo es parte del Evangelio, la observancia del sábado como tal nunca te nía el propósito de ser una orden general para toda la humanidad. El sábado es parte del pacto entre Dios e Israel (Ezequiel 20:10-13). Era señal del pacto y nada tenía que ver con las otras naciones (Éxodo 31:12-17). Moisés explicó que era un memorial de su liberación de la tierra de Egipto. Al reposar de sus tareas semanales, debían recordar que Dios los hizo reposar de la dura servidumbre de Egipto (Deuteronomio 5:12-15).



RAZONES PARA NO OBSERVAR EL SÁBADO COMO DÍA DE REPOSO:
He aquí algunas razones, más que claras, por las que los cristianos en general, y los Santos de los Últimos Días en particular, no debemos guardar el sábado:

1.     El mandamiento de guardar el sábado fue dado exclusivamente al pueblo de Israel antiguo: 

"Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santificó. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros... Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó" (Éxodo 31:13-16)

Moisés debía hablar estos mandamientos a los hijos de Israel. Este mandamiento nunca fue dado a los gentiles, ni para los miembros de la iglesia.

2.     El no guardar el sábado debidamente conducía a la pena de muerte. En Números 15.32-36 encontramos lo que Dios mismo determinó que se hiciese con una persona que había recogido leña en sábado:
Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés. (Números 15.32-36).

Este mandamiento, al igual que los ritos y ceremonias judías, fue abolido por causa de su debilidad e ineficacia, porque no era perfecto:

Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. (Hebreos 7:18-19)

Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer. (Hebreos 8:13)

Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. (Hebreos 9:15-17)

De lo contrario, los que quieren seguir con tal observancia de guardar el sábado, tendrían que lapidar (matar a pedradas) a sus hermanos por recoger leña el sábado. Cosa que, por supuesto, va en contra del Espíritu de Cristo.

3.     En el día de reposo se debía inmolar en el santuario, dos corderos:
Mas el día de reposo, dos corderos de un año sin defecto, y dos décimas de flor de harina amasada con aceite, como ofrenda, con su libación. Es el holocausto de cada día de reposo, además del holocausto continuo y su libación. (Números 28:9-10)

¿Cómo podrían, los que insisten en guardar el día sábado como día de reposo, cumplir con esto? Hoy no existe ese santuario, el Templo de Jerusalén y tampoco está en vigencia el ritualismo del sacerdocio levítico; ya que con Cristo hubo cambio de ley y se implementó la validez mayor del Sacerdocio de Melquisedec.

 “Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿Qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley. (Hebreos 7:12).

Los que quieren seguir con tal observancia del día de reposo en sábado, definitivamente no pueden cumplir con esto. Es necesario que entiendan que no son judíos, pues esta ley fue dada únicamente a los judíos en la ley. Y claramente, el texto y todo el contexto del Nuevo Testamento dice que hubo cambio de ley.

4.     No existe ni un sólo texto o porción de las Escrituras en el Nuevo Testamento, que es el pacto vigente para el pueblo de Dios, que enseñe o mande guardar el sábado. Al contrario, por ejemplo Colosenses 2:16-17 enseña que lo de la ley era sombra de lo que había de venir.

 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. (Colosenses 2:16-17)

Este texto es más que claro. Nos dice que la realidad, lo que en verdad importa, es Cristo y el nuevo pacto implantado por Él, ya no las sombras del Antiguo Testamento. Porque esas sombras todas tienen su cumplimiento en Cristo. Incluido en esto, por supuesto, el sábado.
El apóstol Pablo, al dirigirse a miembros de la iglesia que pretendían volver a la ley y la observancia del sábado y otros ritos, expresa lo siguiente:

Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros. (Gálatas 4:9-11)

5.     La ley de Moisés fue abolida con la muerte de Cristo, la cual cumplía con ella y establecía un nuevo pacto basado en el Evangelio, no en la Ley:
6.      
Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. (Efesios 2:14-19)



 Debido a ello, es que los apóstoles se declaran ministros del nuevo pacto. Claramente vemos esto en 2 Corintios 3:6-17.

El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica. Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (2 Corintios 3:6-17)

Gálatas 3:23-28 dice:
Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Gálatas 5:4 nos enseña:
De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Romanos 10:4 dice:
Porque el FIN de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

7.     La ley de Moisés, y esto incluye el sábado, era sólo una añadidura temporal, planeada para ser suprimida tras la muerte de Cristo:
En Mateo 5: 17-19, Jesús nos dice:
“No penséis que he venido a abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”.

La ley estaría en vigencia hasta que fuera plenamente cumplida con la muerte de Cristo. Por eso, Pablo nos enseña:
“Entonces, ¿De qué sirve la ley? FUE AÑADIDA a causa de las transgresiones, HASTA que viniese la descendencia a quien fue hecha la promesa, ordenada aquella por medio de ángeles por mano de un mediador” (Gálatas 3:19)

8.     El guardar el sábado ha quedado abolido, por encontrarse dentro de la ley de Moisés. Así nos lo dice Lucas 16:16.
La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.

9.     El sábado fue parte del sistema legal judío, pero con el sacrificio vicario de Jesús en la cruz, ya no tenemos la necesidad de guardar la Ley ni el sábado.
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14-15)

No estamos obligados a cumplir la Ley, y tampoco estamos obligados a cumplir el sábado, el cual constituía parte esencial de la misma.

10.   En Romanos 7:1-6 Pablo compara la ley con un esposo. La ley mosaica murió para el nosotros y nosotros morimos para la ley. No existe ya ningún lazo. Con la ley se acabaron sus ritos y ordenanzas:
“Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, a saber, del que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios….pero ahora estamos libres de la ley…”
(Romanos 7:4-6)

EL DOMINGO COMO DÍA DE REPOSO:
A diferencia del sábado (que representa la creación material y la liberación judía de Egipto), el primer día de la semana nos recuerda la resurrección de Cristo. La creación material se consumó en el sexto día y Dios reposó en el séptimo. Pero Cristo consumó la obra de la redención al morir por nosotros y resucitar el primer día de la semana. En vez de celebrar la antigua creación, la sombra de la nueva creación espiritual, conmemoramos el otro día de un reposo mucho mejor:

“…Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. ….Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él…otra vez determina un día… por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios…”
(Leer completamente Hebreos 4:3-11).

Observemos los acontecimientos que han santificado o han dado significado y preeminencia al primer día de la semana, para ver que fue Dios quien lo santificó y autorizó el cambio del sábado por domingo:
1.     Varias de las fiestas y ceremonias religiosas de Israel tenían que ser celebradas el primer día de la semana. Entre ellas estaban:
a)     La Fiesta de las Primicias (Levítico 23:10-12).
b)     La Fiesta de Pentecostés (Levítico 23:15-18).

2.     Cristo resucitó en el primer día de la semana:
“Más después que hubo resucitado por la mañana, el primer día de la semana, se apareció a maría magdalena...” (Marcos 16:9)
Véase  también Mateo 28:1, Lucas 24:1-3, Juan 20:1).



3.     Cristo, luego de su resurrección, se manifestó varias veces en el domingo:
§  En el camino a Emaús (Lucas 24:13)
§  A los Once (Lucas 24:33-36)
§  A María Magdalena y los demás discípulos (Juan 20:13-19)
§   A Tomás (Juan 20:26)

4.     Dios derramó el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, el primer día de la semana (Comparar Levítico 23:15-16, Levítico 15:21 y Hechos 2:1-4).

5.     Cristo se reveló a Juan en la isla de Patmos un día domingo:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta” (Apocalipsis 1:10).
Debido a que la resurrección de Cristo era el punto principal de la predicación apostólica, el día domingo, en el cual había ocurrido la resurrección, llegó a considerarse especialmente sagrado, de modo que la Iglesia solía llamarlo “el día del Señor”.
En Apocalipsis 1:10, el apóstol Juan se refiere al “Día del Señor” como “Kyriaki himera”. Kyriaki, que significa “Señor”, más adelante se convirtió en la palabra griega para el domingo. La traducción al latín del término griego “Kyriaki himera” es “dies Dominicus”. Las lenguas procedentes del imperio romano occidental como el español y el italiano tomaron la palabra Dominicus como nombre del primer día de la semana; de allí la palabra domingo (que significa Día del Señor).  En la antigua Roma se llamaba a este día dies Solis ('día del sol') de donde proviene la palabra Sunday en inglés.

6.     En la iglesia del primer siglo de nuestra era, y bajo la dirección de los apóstoles originales de Jesucristo, las reuniones para tomar la Santa Cena, predicar el Evangelio y apartar las ofrendas se realizaban los domingos (1 Corintios 16:1-2, Hechos 20:7)

EL DOMINGO EN LA HISTORIA CRISTIANA PRIMITIVA:
Existen numerosos testimonios escritos de los primeros miembros de la Iglesia, denominados por algunos “padres apostólicos” o “padres de la iglesia” primitiva, en donde se afirma que los cristianos en los primeros años del cristianismo empezaron a observar el domingo como día de descanso y de adoración al Señor, sustituyendo así el sábado por el domingo.


La Didaché, el escrito cristiano más primitivo que existe dice:
§  “Reúnanse el día del Señor (dies Dominicus), partan el Pan y celebren la acción de gracias”.
(Didaché)

§  Ignacio de Antioquía, quien fue ordenado obispo por el mismo Juan el apóstol, en el año 110 escribió:
“Si los que se habían criado en el antiguo orden de cosas vinieron a una nueva esperanza, no guardando ya el sábado, sino viviendo según el día del Señor (domingo), día en el que surgió nuestra vida por medio de él y de su muerte”.
(Carta a los Magnesios 9:1)

§  Justino Mártir, vivió entre los años 100 y 164, en su primera apología escrita, en el capítulo 67 dice:
“El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo. Celebramos esta reunión general el día del sol, por ser el día primero, en que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo, y el día también en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos; pues es de saber que le crucificaron el día antes del día de Saturno, y al siguiente al día de Saturno, que es el día del sol, se apareció a sus apóstoles y discípulos, enseñándoles estas mismas doctrinas que nosotros les exponemos para su examen”.
(Justino Mártir, Apología 1:67)

§  Orígenes en el año 225 escribió:
“Si se nos opone, que estamos acostumbrados a observar ciertos días, como por ejemplo, el día del Señor, primero de la semana”.
(Orígenes)

§  Jerónimo de Estridón, vivió entre los años 340 y 420 escribió:
“Los paganos lo llaman día del Sol, y debemos reconocerlo como tal con la mejor voluntad, puesto que en ese día apareció la luz del mundo y en ese día amaneció el Sol de Justicia”.
(Jerónimo de Estridón)

CONCLUSIONES:
No debemos guardar el sábado como día de reposo entre otras cosas porque:
1. Infringir dicho mandamiento de acuerdo a la ley exige la pena de muerte.

2. No se puede presentar lo que demanda la ley como ofrenda en día de reposo. Dos corderos y dos décimas de flor de harina. Esto, debido a que no existe el santuario, y porque dicha ley ha quedado abolida.

3. No existe ni un sólo texto o porción de las Escrituras en el Nuevo Testamento o en las Escrituras modernas, que enseñe o mande guardar el sábado.

4. El guardar el sábado ha quedado abolido, por encontrarse dentro de la ley de Moisés.

5. Además, Jesús mismo, a través de sus actos, demostró que el sábado como día de reposo estaba destinado a desaparecer. Juan 5: 17-18 dice: “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios”.

6. La resurrección de Cristo estableció el domingo como nuevo día de reposo.


7. Los Santos del primer siglo de la Era Cristiana establecieron el domingo como día del Señor, de lo cual da fe la misma historia.

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