domingo, 24 de mayo de 2015

LA TEORÍA DEL RAPTO SECRETO DE LA IGLESIA: ¿VERDAD BÍBLICA O FALSA ESPERANZA DEL CRISTIANISMO MODERNO?

El Rapto Secreto o Arrebatamiento de la Iglesia:
¿Verdad Bíblica o  Falsa Esperanza del Cristianismo Evangélico Moderno?

Por: Fernando E. Alvarado

Muchos cristianos fundamentalistas creen en la teoría del rapto secreto pero, ¿Sucederá realmente?

INTRODUCCIÓN:

Una de las posiciones doctrinales de mayor popularidad, que actualmente enseñan muchas iglesias evangélicas, es el rapto o arrebatamiento de la Iglesia. La enseñanza dice que la Iglesia será removida del planeta y llevada al cielo por siete años, antes que Dios haga caer un intenso juicio, o Gran Tribulación, sobre el resto de los habitantes de la Tierra, los cuales serán gobernados por el Anticristo y sufrirán la ira de Dios. La popular teoría del Rapto de la Iglesia sostiene que Cristo vendrá no sólo repentinamente, sino secretamente en el aire, para arrebatar a su Iglesia; dicho encuentro en el aire, afirman durará siete años, durante los cuales se celebrará "el juicio del Tribunal de Cristo" para recompensar a los Santos, y también las bodas del Cordero. Después de los siete años el Señor bajará a la tierra para juzgar a las naciones; a este juicio le llaman "El Día del Señor". De modo que, según esta doctrina, tendríamos no sólo una Segunda Venida de Cristo (la cual ocurriría en secreto), sino también una Tercera Venida (esta vez de naturaleza visible). A esta teoría se le conoce como Rapto Pre-Tribulacionista de la Iglesia y es avalada, resguardada y apoyada por diversas sectas y denominaciones cristianas[1]. Dicha presunción, además de poseer una escasísima sustentación Escritural, resulta por completo improbable.
La teoría del Rapto secreto  o Arrebatamiento de la Iglesia echó raíces en el protestantismo europeo durante el siglo XVIII, expandiéndose más tarde en América durante el siglo XIX. Esta doctrina, desconocida en el cristianismo por más de 1700 años, es ahora parte de la escatología evangélica como si fuera una doctrina realmente contenida en las Escrituras. Sin embargo, la gran mayoría de los que creen esta doctrina del Rapto Secreto ignoran su origen y cómo entró a formar parte de la escatología evangélica. Siendo honestos, no existe una historia real del rapto secreto antes de 1830. Es más, no existe ninguna evidencia histórica documentada que pruebe que los cristianos, durante los primeros siglos de historia del cristianismo, tenían una creencia del rapto secreto tal como lo enseñan los dispensacionalistas. Pese a ello, los defensores de la teoría del Rapto de la Iglesia argumentan que dicha enseñanza se basa en las palabras del apóstol Pablo en la Primera Epístola a los Tesalonicenses, así como en otros pasajes bíblicos; principalmente de la Segunda Epístola de Tesalonicenses, el evangelio de Mateo, la Primera Epístola de Corintios y el libro de Apocalipsis.
Si se le preguntara a los miembros de algunas iglesias evangélicas si la doctrina del rapto secreto es una doctrina bíblica, la mayoría de ellos respondería: ¡Por supuesto que sí, el rapto es una doctrina bíblica! Esta respuesta nos lleva a otra pregunta: ¿Está completamente seguro? Lamentablemente, hay otras preguntas que debe contestar: ¿Conoce el origen de esta doctrina? ¿Sabe cuántos pasajes de la Biblia la respaldan?
Hacerse estas preguntas llevaría a los miembros de dichas iglesias a pensar por sí mismos, pues hasta el momento sólo han creído lo que les han enseñado sus líderes; no obstante, no deja de ser cierto que ésta, como la mayoría de las cosas que creen, no las han estudiado, ni las han investigado bien, sino que las han aceptado confiando en la buena fe que han depositado en sus "maestros" y sus interpretaciones particulares de la Biblia. El profeta Isaías, sin embargo, enseña que toda doctrina debe basarse en las Escrituras, no en suposiciones de los hombres, él dijo: “… ¡A la ley y al  testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido…” (Isaías 8:20).
Además, sin importar cuan sincera sea la fe que depositemos en una creencia, no por eso llega a ser verdadera si no cuenta con el respaldo de las Escrituras. El Señor mismo dijo: “… este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; por tanto… perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos…” (Isaías 29: 13-14).
Si esta doctrina no es enseñada en las Escrituras, ciertamente es abominable ante el Señor, pues el mismo dijo: “… ¿Por qué… quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?... hipócritas… enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres…” (Mateo 15: 3-9). Veamos pues, si esta doctrina nace de las Escrituras o de interpretaciones erradas de los hombres.

ÍNDICE:
1.- Diversas Interpretaciones Cristianas Acerca del Rapto de la Iglesia y la Segunda Venida de Cristo.
2.- Posición Doctrinal de los Santos de los Últimos Días Acerca del Rapto Secreto y la Segunda Venida de Cristo.
3.- Origen Histórico de la Doctrina del Rapto Secreto de la Iglesia.
4.- La Doctrina del Rapto de la Iglesia a la Luz de las Sagradas Escrituras.
5.- Conclusiones Acerca del Rapto de la Iglesia.


Aunque muchos sustentan la teoría del rapto, no todos concuerdan en cuanto a cómo y cuándo sucederá.

I.- DIVERSAS INTERPRETACIONES CRISTIANAS ACERCA DEL RAPTO DE LA IGLESIA Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO:
Existen tres corrientes teológicas en cuanto a la interpretación de los pasajes bíblicos relacionados con el rapto. Se debe tener en cuenta que estas, a su vez, se subdividen en otras y no son propias de denominaciones particulares:

§  Amilenaristas: Rechazan la creencia de que Jesús tendrá un reinado físico de mil años literales en la tierra. Sostienen que los mil años mencionados en Apocalipsis 20 es un número figurativo, no una descripción literal, interpretado como un tiempo indefinido entre la fundación de la Iglesia y la segunda venida de Cristo, y que Jesús reina ya desde el Cielo junto con sus santos a través de su Iglesia. Los amilenaristas no suelen usar el término rapto o arrebatamiento para referirse al evento del encuentro de ellos con Jesús en el Cielo, para ellos este suceso sucederá en un mismo evento con la Segunda Venida de Cristo, durante la cual tendrá lugar la resurrección general y el juicio final, donde todos (justos e injustos), luego de haber sido resucitados, serán juzgados según sus obras, los justos serían llevados al cielo y los malvados serían llevados al infierno. Entre los que sostienen dicha postura teológica figuran la Iglesia Católica y algunos grupos protestantes tradicionales.[2]

§  Premilenaristas: creen que Jesús regresará por segunda vez a la tierra para reinar físicamente sobre ella durante un periodo de mil años literales tras el cual sucederá el juicio final. Se subdivide a su vez en varias corrientes teológicas (todas ellas sostenidas por cristianos evangélicos de denominaciones como bautistas, pentecostales, etc.):

CORRIENTES TEOLÓGICAS PREMILENARISTAS
Postribulacionistas
Creen, de acuerdo con 2 Tesalonicenses 2:1-4, que el arrebatamiento ocurrirá tras la manifestación del Anticristo y al término de la Gran Tribulación. Los premilenaristas postribulacionistas ven el arrebatamiento, al igual que los amilenaristas y posmilenaristas, como un suceso que sucederá en un mismo evento con la Segunda Venida de Cristo. Esta fue la doctrina sostenida por los escritores paleocristianos y los reformadores protestantes de la Edad Media. Muchas Iglesias evangélicas y protestantes sostienen esta visión.
Pretribulacionistas
Creen que el arrebatamiento ocurrirá antes de la manifestación del Anticristo y de la Gran Tribulación. Después de este periodo ocurriría la segunda venida de Cristo para reinar en la Tierra físicamente por mil años literales. Después del milenio acontecería el juicio final y la construcción del «nuevo cielo» y de la «nueva Tierra». Esta doctrina es relativamente reciente (de hace poco más de un siglo). Desde 1832 formó parte de las tesis dispensacionalistas de John Nelson Darby, quien se refería al arrebatamiento como «el misterio del rapto». Fue incorporada a la Biblia de Referencia Scofield en 1909. Tras la publicación del libro de Hal Lindsey, La agonía del gran planeta Tierra en 1970 y la difusión de varias películas, hoy se ha convertido en una doctrina muy popular en el seno de muchas Iglesias evangélicas (por ejemplo, la Iglesia Metodista Pentecostal, la Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular, las Asambleas de Dios y la mayoría de las Iglesias pentecostales).
Semitribulacionistas
Llamados mid-tribulationists en inglés, consideran que la Iglesia pasará los primeros 42 meses en la Tierra y que el arrebatamiento ocurrirá aproximadamente a la mitad de la semana 70 (creen que es antes de la Gran tribulación, que dura los últimos 42 meses finales de la semana 70 —Mateo 24:20-21 y Apocalipsis 13:5—). A la mitad de la Tribulación, el Anticristo se convertiría en la «abominación de la desolación», por la profanación del Tercer templo de Jerusalén, que habrá de ser construido al lado del Domo de la Roca.
Teoría del Rapto Pre- Ira
Esta postura considera que el rapto ocurrirá en la segunda mitad de la Tribulación, antes de la segunda venida. Se trata de una doctrina postribulacionista que adelanta el arrebatamiento un poco antes de finalizada la Tribulación. Divide la semana 70 en 3 períodos: del primer al tercer sello, conocido como «principio de los dolores del parto»; del cuarto al sexto sello, denominado la «Gran Tribulación del Anticristo»; y del sexto sello en adelante, llamado el «día de la ira del Señor». Los creyentes en esta doctrina consideran que el rapto ocurrirá cuando se abra el sexto sello. Para entonces, muchos cristianos habrían sido asesinados como mártires por el Anticristo.
Teoría del Rapto Parcial
Esta teoría sostiene que los verdaderos cristianos serán arrebatados antes, en medio de o después de la Tribulación, dependiendo de la verdadera conversión a la fe. Por lo tanto, el rapto de un creyente se determina por el tiempo de su conversión durante la Tribulación. Los defensores de esta teoría sostienen que solo los que son fieles a la Iglesia serán raptados al inicio de la Tribulación y que el resto de los creyentes lo serán en algún momento durante esta o al final.


§  Posmilenaristas: Creen que la segunda venida de Cristo ocurre después del "milenio", una edad de oro en el que la ética cristiana prospera. Tienen dos posturas sobre el milenio, algunos creen que los mil años son literales, mientras que para otros es figurativo. Durante dicho milenio, literal o figurativo, ocurriría la cristianización completa de todo el mundo donde existirá un periodo de justicia y paz (cosa que aún no sucede) y al término de este, sucedería la segunda venida de Cristo. Los posmilenaristas comúnmente ven el arrebatamiento, al igual que los amilenaristas y los premilenaristas postribulacionistas, como un suceso que sucederá en un mismo evento con la Segunda Venida de Cristo.[3]

Los Santos de los Últimos Días rechazan la teoría del rapto secreto de la Iglesia.

II.- POSICIÓN DOCTRINAL DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS ACERCA DEL RAPTO SECRETO Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO:
La teología mormona sostiene con firmeza la realidad de la Segunda Venida de Cristo; no obstante, los Santos de los Últimos Días rechazan la teoría del rapto secreto de la Iglesia. A groso modo, podría decirse que la postura doctrinal mormona encaja mayormente dentro de la corriente teológica premilenarista conocida como Postribulacionismo, la cual fue la doctrina sostenida por los escritores paleocristianos (es decir, por la Iglesia Primitiva) e incluso por los reformadores protestantes de la Edad Media.
Los mormones creen que los últimos días serán un tiempo de calamidades, desastres, guerra y angustia mayor que cualquier otra que el mundo haya experimentado. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que la aparición de Cristo para iniciar la edad del milenio será precedida por una transición perturbadora, caracterizada por perturbaciones físicas sobre la Tierra, guerras a escala mundial, dificultades económicas globales, decadencia moral, apostasía religiosa, infidelidad, pánico y perplejidad generales. El Elder Bruce R. McConckie, del Quórum de los Doce, enseñó:
“…Muchas revelaciones resumen las señales y las condiciones del mundo, guerras, peligros y conmociones de los últimos días. Antes del retorno de nuestro Señor, la palabra profética habla de plagas, pestilencia, hambruna y enfermedades tales como nunca antes vio el mundo. Azotes, tribulación, calamidades y desastres sin paralelo; contiendas, guerras y rumores de guerras, sangre, carnicería y desolación que ensombrecerá todo lo ocurrido en épocas pasadas. De los elementos en conmoción produciendo inundaciones, tormentas, fuegos, huracanes, terremotos - todo en una proporción e intensidad desconocida para los hombres de épocas anteriores; maldad, iniquidad, tumultos, rapiña, asesinatos, crímenes y conmoción entre los hombres, más allá de toda comprensión. (Mat. 24; Luc. 21; D. Y C. 29; 43; 45; 86; 87; 88:86-98; 133: José Smith l: Mal. 3:4.)…”. (Doctrina Mormona, págs. 685-686).
Todas estas calamidades llegarán a su punto culminante con la Batalla de Armagedón, la cual precederá a la Segunda Venida de Cristo para reinar mil años sobre la Tierra:
“…La mayor de todas las guerras, matanza, carnicería, derramamiento de sangre y desolación de todos los tiempos, estará en su apogeo en la hora en que vendrá Cristo. "Será tiempo de angustia," dice Daniel, "cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces." (Dan. 12:1.) Todas las naciones de la tierra estarán reunidas en Jerusalén, en Armagedón, en el valle de Josafat, el valle de la decisión. Será "día de tinieblas y obscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba," las huestes de Gog y Magog, los ejércitos reunidos para la batalla serán "un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él no lo habrá en años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama: como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape. (Joel 2:2-3.) Jerusalén "será tomada, y serán saqueadas sus casas y violadas las mujeres (Zac. 14:2), y todas las cosas estarán en conmoción. Entonces el Señor asentará su pie sobre el Monte de los Olivos, peleará las Batallas de sus santos, se vengará de los malvados, trayendo paz a la tierra y reinará como "rey de toda la tierra." (Eze. 38;39; Dan. 11; 12; Joel 2; 3; Zac. 12; 13; 14; D. Y C. 133.)…”.  (Doctrina Mormona, pág. 688).
La venida de Cristo en los postreros días, acompañado de los apóstoles de la antigüedad y los santos resucitados, señalará el establecimiento del Reino de los Cielos sobre la tierra, es decir, el Milenio. No será un rapto secreto ni una aparición exclusiva para los justos, sino que toda la humanidad presenciará dicho evento: “… He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán por causa de él. Así sea. Amén…”. (Apocalipsis 1:7).
El Elder James E. Talmage, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “… Las Escrituras repetidamente llaman "el día grande y terrible de Jehová" a tan funesta época. Verdaderamente espantosa será para las personas, familias y naciones que, habiéndose hundido profundamente en el pecado, hayan perdido su derecho a la misericordia. No será la hora del juicio final, es decir, cuando toda la raza humana comparecerá en su estado resucitado ante el tribunal de Dios; no obstante, será un tiempo de bendiciones sin precedente para los justos, y de condenación y venganza para los inicuos.
Con Cristo vendrán aquellos que ya hayan resucitado, y la venida del Señor señalará la inauguración de una resurrección general de los muertos justos, mientras que los puros y justos que todavía se encuentren en la carne, serán cambiados instantáneamente del estado mortal al inmortal, y serán arrebatados con los recién resucitados para recibir al Señor y su compañía celestial, y descender con El…”. (Jesús el Cristo, pág. 407-408).
A través de la Segunda Venida, Cristo, el Cordero, vendrá y será unido con la Iglesia, Su esposa, y su unión es nombrada en las Escrituras como "las bodas del Cordero”. El apóstol Juan lo describió de la siguiente manera: “…Y oí la voz como de una gran multitud, y como el estruendo de muchas aguas y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya!, porque reina el Señor Dios Todopoderoso. Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su novia se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente, porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la a cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Éstas son palabras verdaderas de Dios…”. (Apocalipsis 19:6-9).
A partir de ese momento Cristo y su Esposa reinarán sobre la Tierra por mil años: “… La inauguración del reinado de Cristo sobre la tierra señalará el establecimiento de una época que se distinguirá en muchos particulares importantes de todo otro período anterior o subsiguiente; y el Señor reinará con su pueblo mil años. El gobierno que regirá al individuo, las comunidades y naciones durante este Milenio será una teocracia perfecta bajo Jesús el Cristo, en su carácter de Señor y Rey. La parte más inicua de la raza humana habrá sido destruida; Satanás será atado durante este período "para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años", mientras que los justos participarán con Cristo en un gobierno y dominio de rectitud. Los muertos dignos habrán salido de sus sepulcros, mientras que los inicuos permanecerán sin resucitar hasta que pasen los mil años. Los hombres que aún vivan en la carne se asociarán con seres inmortales; los niños crecerán hasta alcanzar su edad madura, y entonces morirán en paz o serán cambiados a la inmortalidad "en un abrir y cerrar de ojos". Cesará la enemistad entre el hombre y las bestias; desaparecerá el veneno de las serpientes y la ferocidad de los animales salvajes, y el amor será la fuerza dominante que prevalecerá…”. (Jesús el Cristo, pág. 407-408).
El fin del Milenio traerá consigo el fin del estado probatorio sobre la Tierra: “…El Milenio precederá el tiempo que las Escrituras llaman "el fin del mundo". Cuando los mil años hayan pasado, Satanás será suelto por un corto tiempo y se efectuará la prueba final de la fidelidad del hombre para con Dios. Los que tengan propensión a ser impuros de corazón cederán a la tentación, mientras los justos perseverarán hasta el fin…”. (Jesús el Cristo, pág. 409).
Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla final contra los justos. Esta batalla se conocerá como la batalla de Gog y Magog. Finalmente, todos los inicuos serán destruidos y se llevará a cabo el juicio final:
“… La derrota de Satanás y sus huestes será completa. Los muertos, grandes y pequeños, todos cuantos hayan aspirado el aliento de vida sobre la tierra, han de resucitar—toda alma que haya encarnado, sea buena o mala—y comparecerán ante Dios para ser juzgados según las cosas escritas en los libros/ Así llegará a su gloriosa consumación la misión de Cristo. Entonces vendrá el fin, "cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies." Entonces el Señor Jesús entregará el reino y lo presentará sin mancha al Padre, diciendo: "He vencido y he pisado solo el lagar, sí, el lagar del furor de la ira del Dios Omnipotente. Entonces será coronado con la corona de su gloria, para sentarse sobre el trono de su poder y reinar para siempre jamás."' La tierra pasará a su condición glorificada y celestial, y será la morada eterna de los hijos e hijas exaltados de Dios. Reinarán para siempre como reyes y sacerdotes del Altísimo, redimidos, santificados y exaltados por conducto de su Señor y Dios, “. (Jesús el Cristo, pág. 409).

Portada del libro "Venida del Mesías en Gloria y Majestad", fuente doctrinal de la teoría del rapto de la Iglesia.

III.- ORIGEN HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DEL RAPTO SECRETO DE LA IGLESIA.
La Teoría del Rapto de la Iglesia no fue enseñada por la Iglesia Primitiva. Es más, ni siquiera fue enseñada por la Iglesia decadente y apóstata durante los primeros siglos de apostasía del cristianismo; tampoco fue enseñada por los reformadores protestantes; de hecho, nadie enseñó dicha teoría escatológica hasta el año 1830, con la excepción de un par de teólogos católicos romanos.
Los cimientos de la teoría del Rapto de la Iglesia fueron puestos por el sacerdote jesuita Francisco Ribera de Villacastín (1537-1591). Este sacerdote español realizó una interpretación profética del libro de las Revelaciones o Apocalipsis, en la que se mezclaban el milenarismo, la historia y la futurología.[4] Fue Ribera quien primero enseñara que todos los eventos del libro de Apocalipsis tendrían lugar literalmente durante un período de tres años y medio del reinado del anticristo, al final de la Era Cristiana. Así, Ribera colocó el fundamente del sistema de interpretación profética del que el Rapto Secreto ha llegado a ser ahora parte integral.

Francisco Ribera de Villacastín 

Las ideas de Ribera hallaron cabida en otro sacerdote jesuita de origen chileno llamado Manuel de Lacunza y Díaz (1731-1801), quien edificó sobre las enseñanzas de Ribera, y pasó gran parte de su vida escribiendo un libro intitulado Venida del Mesías en Gloria y Majestad. En 1790, Lacunza culminó los tres tomos de su obra escatológica; sin embargo, sus opositores lo denunciaron, obteniendo una prohibición del texto por parte de la Inquisición. A partir de entonces, y hasta su muerte, realizó infructuosos esfuerzos, como remitir oficios a la corona española, para conseguir autorización y apoyo para llevar su obra a la imprenta. En 1812, a despecho de las prohibiciones anteriores, su obra fue publicada póstumamente en Cádiz bajo el pseudónimo de Juan Josafat Ben-Ezra. La obra fue presentada al público como habiendo sido escrita por erudito judío que había aceptado a Jesucristo como Salvador. De este modo, logró que su libro fuese bien acogido en círculos protestantes donde, como producción de la pluma de un jesuita, jamás hubiese gozado de aceptación. Ahora, al considerarla  como una obra seria de un ‘judío convertido’, sería estudiada con ávido interés por los protestantes. Una reimpresión de dicha obra en castellano fue hecha en Londres en 1816, financiada por el general argentino Manuel Belgrano, encontrándose pronto en el estante de la biblioteca del Arzobispo de Canterbury, en Londres, Inglaterra. En las páginas de su obra escatológica, Lacunza enseñó la noción novedosa según la cual Jesús retornaría a la Tierra no una vez sino dos, ‘raptando’ a su iglesia en la ‘primera etapa’ de su retorno para que ella escapara del reinado del ‘futuro anticristo’. [5]

Sacerdote jesuita Manuel Lacunza, conocido como "el padre de la teoría del rapto".

Las ideas de Lacunza llegaron a formar parte de la teología protestante de manera gradual. Una traducción de su obra fue publicada en inglés en 1827 por Edward Irving, el precursor de la Iglesia Católica Apostólica,[6] bajo el título de The Coming of The Messiah. Para Irving, los escritos de Lacunza llegaron a alcanzar la categoría de revelación. De hecho, aquel sacerdote estudió profundamente el castellano con el único fin de traducir la obra de Lacunza. En aquel tiempo, Irving escuchó lo que creía ser una voz del cielo, la cual le mandaba predicar el ‘Rapto secreto de los santos’. Entonces, Irving comenzó a llevar a cabo conferencias bíblicas a través de Escocia, en las que enfatizaba el retorno de Jesús para raptar a su iglesia. Dicha predicación cobró nuevo auge gracias a Margaret Macdonald, una jovencita Escocesa de 15 años de edad que durante una de la sesiones de “profetización" de Edward Irving, el 28 de Marzo de 1830, cayó en un “trance” y después de varias horas de “visiones y profecía” y de "hablar en lenguas", reveló que el “Regreso de Cristo” ocurriría en dos fases, no solo en una, como enseñaba la teología cristiana tradicional. Cristo, dijo Macdonald, vendría la primera vez y “Visiblemente Raptaría a los virtuosos y justos llenos del Espíritu”, en un “Rapto Secreto”.
La primera enseñanza pública del "Rapto Secreto" ocurrió en Septiembre de 1830, en un artículo de la revista The Morning Watch publicado por el mismo Irving. Al recibir una copia escrita a mano de la "revelación" de Macdonald, la revista empezó a publicar apasionadamente esta nueva e inusual doctrina, explicando claramente que parte de la Iglesia (descrita como la "Filadelfia" de Apocalipsis 3) sería "Raptada" para encontrase con Cristo en el aire, antes de la "Gran Tribulación" y que "Laodicea" (o sea la iglesia que enfrentaría al Anticristo) sería "dejada atrás" para enfrentarlo.

Edward Irving, precursor del movimiento carismático en el protestantismo.

Más o menos por aquel tiempo, empezó a emerger un nuevo movimiento evangélico, el cual llegó a conocerse como los Hermanos de Plymouth.[7] Su líder, John Nelson Darby,[8] trabajó de forma excepcional por promover las ideas del rapto secreto. Darby formuló la teología conocida como Dispensacionalismo.[9] En su teología, Darby dividió toda la historia de la tierra y la humanidad en 7 períodos de tiempo así:

Eternidad
Infinito
Antes de la Creación
1. Inocencia
1,000 años
De la Creación a la Caída
2. Conciencia
1,000 años
De la Creación a la Caída
3. Gobierno Humano
1,000 años
Del Diluvio hasta Abraham
4. Promesa
1,000 años
De Abraham hasta Moisés
5. Ley
1,000 años
De Moisés hasta el Calvario
6. Gracia
1,000 años
Desde el Calvario al Reino
7. El Reino
1,000 años
Era Mesiánica de 1,000 años
Eternidad
Infinito
Fin del Mundo

Darby había escrito previamente acerca de la idea de un "Pre-Rapto" pero no había logrado integrarlo bien a su nueva teología de las "Dispensaciones". Al enterarse del libro que Irving había traducido (The Coming of The Messiah, escrito por Manuel Lacunza) y de las nuevas “revelaciones” de Margaret Macdonald, Darby se fue a Escocia, donde insistió en que Irving le contara todos los detalles acerca del rapto secreto, las visiones y los trances. Asombrado por todo lo que descubrió, y de regreso en Londres, Darby frenéticamente juntó una plétora de versículos bíblicos que supuestamente apoyaban esta nueva doctrina del rapto secreto y las dispensaciones. En 1833, Darby expuso sus ideas escatológicas, incluida la del rapto pretribulacionista, en la Conferencia de Powerscourt, un encuentro anual de estudiantes de la biblia. Dentro de poco tiempo, Darby llegó a ser reconocido como una autoridad eminente sobre este tema.

 John Nelson Darby, padre del dispensacionalismo evangélico.

Las ideas de Darby y Lacunza, influyeron en la teología del movimiento estadounidense del Segundoadventismo o Millerismo, a través de su líder, el predicador William Miller[10]  y sus herederos espirituales, los Adventistas del Séptimo Día, ciertos sectores de la iglesia bautista, y los Testigos de Jehová. De hecho, un extracto manuscrito de La Venida del Mesías en Gloria y Majestad, supuestamente firmado por Juan Josafat Ben-Ezra y datado en 1820, es guardado como uno de los principales tesoros bibliográficos de la biblioteca de la Universidad Adventista de Chile.[11] En este sentido, es una paradoja que la obra de un hombre que se consideraba a sí mismo un católico romano ortodoxo, terminara por ser un texto clásico del cristianismo protestante.

Cyrus Ingerson Scofield, popularizó la teoría del rapto a través de su famosa Biblia Scofield.

El éxito final de las ideas de Lacunza se dio cuando la teología dispensacionalista creada por John Darby fue popularizada en Estados Unidos por Cyrus Ingerson Scofield[12] en su Biblia de Referencia Scofield, publicada en 1909. Fue mediante la influencia de las notas de Scofield que el dispensacionalismo y el premilenarismo se convirtió en la corriente más influyente entre los cristianos fundamentalistas de Estados Unidos, principalmente del Movimiento Pentecostal[13], principal promotor moderno de la doctrina del rapto de la iglesia.

La Biblia enseña la Segunda Venida de Cristo, no el Rapto Secreto de la Iglesia.

IV.- LA DOCTRINA DEL RAPTO DE LA IGLESIA A LA LUZ DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS.
La Teoría del Rapto de la Iglesia carece de apoyo real en las Escrituras, más bien se fundamenta en pasajes de la Biblia sacados de contexto o torcidos intencionalmente para concordar con la postura pretribulacionista. Como se vio anteriormente, la teoría del rapto tiene un origen cuestionable como doctrina; sin embargo, muchos dirán que lo que realmente cuenta no es el origen moderno de la doctrina, sino más bien su fundamento bíblico. Puesto que el protestantismo afirma que la Biblia es la única regla infalible de fe y conducta, analicemos lo que dice la Biblia acerca del “Rapto Secreto” y si ésta realmente apoya la enseñanza evangélica moderna. Para ello, hagámonos ciertas preguntas: ¿Es la segunda venida de Cristo un solo acontecimiento o dos?, ¿Enseña la Biblia que la Segunda Venida de Cristo sería un acontecimiento secreto, sólo visto por los elegidos, o que lo vería toda la humanidad? Y, finalmente, ¿Enseña la Biblia que la Iglesia de Jesucristo estará sobre la Tierra durante las calamidades que azotarán a los inicuos en los últimos días?

La teoría del rapto divide erróneamente la Segunda Venida de Cristo en dos fases.

1.- ¿ES LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO UN SOLO ACONTECIMIENTO O DOS?
Hay una pregunta indiscutible que enfrentar cuando hablamos de la Segunda Venida de Cristo. ¿Será un sólo acontecimiento? Según el Nuevo Testamento la Segunda Venida de Cristo será un sólo evento, que será inesperado y repentino. No obstante, la popular teoría del Rapto Pre-Tribulacionista sostiene que Cristo vendrá no sólo repentinamente, sino secretamente en el aire, para arrebatar a su Iglesia; dicho encuentro en el aire, afirman, durará siete años, durante los cuales se celebrará el juicio del Tribunal de Cristo para recompensar a los santos, y también las bodas del Cordero. Después de los siete años el Señor bajará a la tierra para juzgar a las naciones; a este juicio le llaman "El día del Señor". Es decir que, según la doctrina del Rapto Secreto, tendríamos no sólo una Segunda Venida de Cristo (para raptar a los fieles), sino también una tercera (para reinar sobre la Tierra). Veamos que nos dice el Nuevo Testamento acerca de la Segunda Venida de Cristo.
En 1 Tesalonicenses 4: 13-17, el Apóstol Pablo nos enseña lo siguiente: “… Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los durmieron en Él. Por lo cual os decimos esto en Palabra del Señor: Que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la Venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor…”.
De acuerdo con Pablo, cuando Cristo regrese traerá con Él a todos los que durmieron en el Señor (1 Tesalonicenses 4:14). Dicho de otro modo, en su venida nuestro salvador aparecerá con todos los santos ya glorificados. Rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos, los espíritus de estos santos irán a reunirse con sus cuerpos, de modo que "los muertos en Cristo resucitarán primero" (1 Tesalonicenses 4:16), los cuales se convertirán en cuerpos gloriosos como el de Cristo (Véase 1 Corintios 15:51-55, Filipenses 3:20-21, Job  19:25-27). Es entonces, inmediatamente, y junto con todos los fieles  cristianos que están todavía en la Tierra y que serán transformados en un abrir y cerrar de ojos, que ascenderán todos al mismo tiempo para recibir al Señor.
Si se acepta sin prejuicios ni ideas preconcebidas lo que muestra a simple vista 1 Tesalonicenses 4:13-17, resulta obvio que esta es la única interpretación que no fuerza el texto, al tiempo que no viola ninguna ley gramatical, dando naturalmente a las palabras su verdadero sentido; y sobre todo, es la única que armoniza perfectamente con otros pasajes de la Biblia que hablan del mismo tema. No hay base exegética seria ni mucho menos necesidad de sostener, como lo hacen los dispensacionalistas, que Cristo vendrá primero por sus santos y siete años más tarde exactamente volverá con sus santos.
La venida señalada en este versículo es una, e indivisible como en todos los pasajes en  que se habla de la Segunda Venida de Cristo; pero es precisamente el pasaje de 1 Tesalonicenses 4:13-17, el que más frecuentemente es citado para enseñar el Rapto Secreto de la Iglesia. Si en verdad desean ser honestos, y apegarse a la Biblia que dicen aceptar como única norma doctrinal, los defensores de la doctrina del rapto deben reconocer que este pasaje no enseña el arrebatamiento antes de la tribulación, sino que es un pasaje básico de la resurrección. Si se observa cuidadosamente el pasaje, se notará que en los primeros versículos no se habla de nadie más que de los muertos en Cristo; y en el último se sobreentiende que es de ellos, así mismo, de quien se habla. Solamente en el versículo 17 se nos habla del arrebatamiento pero no como un rapto secreto, sino como la trasformación final en el momento de la resurrección, cuando nuestro Señor Jesucristo vuelva en su única e indivisible Segunda Venida para reinar sobre la Tierra, no para raptar a sus elegidos. No obstante, 1 Tesalonicenses 4:13-17 no es el único pasaje bíblico que habla acerca de la Segunda Venida de Cristo. Leer detenidamente lo que otros pasajes nos dicen acerca de éste importante suceso nos permitirá determinar cómo ocurrirá realmente.
De acuerdo con las Escrituras, la Segunda Venida de Cristo es un único suceso indivisible, no un suceso en dos fases como muchos sugieren. Cristo dijo: “…Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras…”. (Mateo 16:27).
Obsérvese que Cristo, en ninguna parte, afirma que vendría primero para raptar a su pueblo por siete años y luego vendría de nuevo para reinar con ellos sobre la Tierra. Antes bien, la segunda venida se describe como un evento único, no de dos fases. Su propósito es pagarle a cada uno conforme a sus obras.
También leemos:
“… Y cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las naciones; entonces apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.…”. (Mateo 25:31-32).
Cuando Cristo venga, vendrá para reinar y juzgar a la humanidad, no para raptar a nadie. Nótese que el versículo citado dice claramente que “… cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria…”. Estas palabras no dan espacio alguno para ningún rapto secreto. Además, cabe destacar que al igual que ocurre en Mateo 16:27, los que vienen con Cristo son sus santos ángeles, no los miembros Iglesia. Por eso, la idea de un rapto es ajena a la enseñanza bíblica.
Pablo enseñó: “… Pero acerca de los tiempos y de las estaciones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche, que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en a tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón…”. (1 Tesalonicenses 5:1-4). No puede deducirse de éstos versículos la idea de un rapto secreto, por el contrario, la Segunda Venida es descrita como un suceso único e indivisible, cuyo propósito será destruir a los inicuos, no raptar a los fieles.
Lejos de enseñar un rapto secreto como parte de su Segunda Venida, la Biblia enseña que Cristo recompensará a los fieles cuando venga a esta Tierra nuevamente. Leemos “… Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, quien también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza...”. (1 Corintios 4:5). Aquí no se enseña que dichos premios serán otorgados en el cielo durante los míticos siete años del rapto secreto. Un error doctrinal lleva a otro, ya que al inventar la doctrina del rapto secreto, los pretribulacionistas tienen que trasladar el tribunal de Cristo y las bodas del Cordero hasta los cielos, y ubicarlos en el período de siete años en los cuales la Iglesia, supuestamente, estará raptada. Tal arreglo de sucesos no es enseñado en la Biblia como ellos quisieran que creyéramos. De hecho, Pablo enseñó que las recompensas de los fieles serían entregadas por Cristo durante su reino milenial, no durante los hipotéticos siete años del falso rapto: “…Yo te encargo solemnemente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino…”. (2 Timoteo 4:1). Esta idea es también enseñado por Pedro: “…Y cuando aparezca el a Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria…”. (1 Pedro 5:4). Es a su venida, al iniciarse el Milenio, que los justos serán recompensados y reinarán con Cristo, no durante los siete años que dura el supuesto rapto de la Iglesia. Los inicuos también serán castigados a su venida: “…  De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor viene con sus muchos millares de santos, para hacer juicio contra todos, y para reprender a todos los impíos de entre ellos tocante a todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y tocante a todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él…”. (Judas 14-15).
De acuerdo con 1 Juan 2:28, muchos cristianos nominales se alejarán avergonzados durante la venida del Señor: “… Y ahora, hijitos, permaneced en él para que, cuando aparezca, tengamos confianza y no seamos avergonzados ante él a su venida...”. Ahora bien, de acuerdo con la teoría del rapto, éstos cristianos tibios serían dejados atrás en el hipotético rapto secreto; sin embargo, de acuerdo con Juan esto no será así; ya que la venida del Señor será para asentarse sobre la Tierra y reinar con su pueblo, no para raptar a los fieles y dejar atrás a los tibios. Ellos se alejarán avergonzados al ser confrontados directamente por el Señor, pues serán “… avergonzados ante él a su venida...”. Esto anula por completo la teoría del rapto secreto y el mito de “los dejados atrás” popularizado por Hollywood en recientes películas de inspiración pretribulacionista.
La Segunda Venida de Cristo es un suceso único e indivisible, no puede ser dividido en dos fases como pretenden los pretribulacionistas en su intento de justificar su doctrina; de lo contrario, se estaría hablando de una Segunda y una Tercera Venida de Cristo, lo cual es rechazado por la enseñanza bíblica. Por eso, es más que evidente que la teoría del rapto de la Iglesia carece de fundamento bíblico real. Dicha enseñanza, con toda la mitología fantástica que lleva inmersa, es una invención moderna carente de apoyo histórico en el cristianismo primitivo y sin base doctrinal seria en la Biblia; es más, dicha teoría contradice las enseñanzas de la Biblia al respecto.

Todo ojo verá a Cristo en su Segunda Venida, no ocurrirá de forma invisible.

2.- ¿ENSEÑA LA BIBLIA QUE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO SERÍA UN ACONTECIMIENTO SECRETO, SÓLO VISTO POR LOS ELEGIDOS, O QUE LO VERÍA TODA LA HUMANIDAD?
Otro aspecto en el cual la teoría del rapto contradice la enseñanza bíblica es en cuanto a la visibilidad de la Segunda Venida de Cristo. De acuerdo con la teoría del rapto, Cristo vendrá primero en forma invisible y se llevara a su Iglesia con él a los cielos. Sólo los fieles oirán la trompeta que los llamará a reunirse con Cristo, y sólo los fieles se darán cuenta de lo que ocurre. El mundo propondrá diversas teorías para explicar la desaparición de los cristianos, pero no se darán cuenta cuando el rapto ocurra. Nadie verá al Señor cuando regrese por su pueblo.
La enseñanza de una “Segunda Venida Invisible” no es novedosa, sino la reinterpretación moderna de otras herejías comunes en el protestantismo del siglo XIX y XX. Por ejemplo, a principios del siglo XIX, William Miller, un pastor bautista del Estado de Nueva York, llegó a la conclusión de que Cristo volvería a la tierra en el año 1843. Muchos regalaron sus propiedades, abandonaron sus sembrados y se prepararon para recibir al Señor el 21 de marzo de 1843. Este día llegó y pasó sin que ocurriera nada. Miller revisó sus cálculos e indicó que el suceso ocurriría el 21 de marzo de 1844, un año después de su primer desacierto. Pero al llegar esta fecha, de nuevo sus seguidores quedaron desilusionados. Un tercer cálculo  indicó que la Venida del Señor tendría lugar el 22 de octubre del mismo año, pero esta predicción también falló. Negándose a reconocer el error de su líder un grupo dirigido por Hiram Edson y Ellen G. White, reinterpretaron las enseñanzas de Miller y afirmaron que ese día (el 22 de octubre de 1844) Cristo había entrado en el santuario celestial, de forma invisible para los habitantes de la tierra. Juntos dieron origen a la Iglesia Adventista del Séptimo Día[14]. Pero ellos no serían los únicos en tergiversar la verdad. Charles Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová, estaba convencido de que el método de interpretación bíblica de Miller era correcto y lo utilizó para hacer sus propios cálculos y predicciones sobre la Venida del Señor. Según sus cálculos, Cristo habría regresado al mundo en el año 1874; aunque de forma espiritual e invisible, sin ser visto por nadie. Finalmente, Russell predijo el fin del mundo y la destrucción de todos los gobiernos e iglesias para el año 1914. Cuando llegó dicho año, y pasó sin que se cumplieran dichos acontecimientos, se postergaron las fechas una y otra vez.  Charles Russell murió en 1916 sin ver su cumplimiento. Su sucesor, Joseph F. Rutherford, siguió cambiando fechas y haciendo nuevas interpretaciones.[15]
El llamado “Arrebatamiento de la Iglesia antes de la Tribulación” exige la inserción no bíblica, en la escatología evangélica, de una venida secreta de Cristo para "recoger a los suyos de manera invisible", lo cual, aunque con ciertas variaciones, es una lamentable coincidencia entre los Adventistas, Testigos de Jehová y los dispensacionalistas. Claro está, todos estos grupos tomaron su doctrina de la misma fuente; es decir, no de la Biblia, sino de las enseñanzas e interpretaciones escatológicas del jesuita Lacunza.
Ante la pregunta: ¿Enseña la Biblia que la Segunda Venida de Cristo sería un acontecimiento secreto, sólo visto por los elegidos, o que lo vería toda la humanidad?, la Biblia nos da la siguiente respuesta:
“… Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre…”. (Mateo 24:27). Preguntamos, ¿Es un relámpago algo que pasa en secreto, o es un suceso visible? De la misma forma, así será la Venida del Señor. No existe posibilidad alguna de un rapto secreto para la Iglesia.
“… Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo que desde ahora veréis al a Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo…”. (Mateo 26:64). Cristo mismo enseñó que su Venida en gloria sería visible para todos, no un evento secreto visto sólo por los fieles.
“… Y entonces verán al Hijo del Hombre que vendrá en una a nube con poder y gran gloria…”. (Lucas 21:27). Nuevamente, Cristo habla de su venida como un suceso que será visto por todos.
“…Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones vestidos de blanco, los que también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros arriba al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo…”. (Hechos 1:10-11). Cristo no se fue del mundo en forma invisible, ¿Por qué su Segunda Venida tendría que ser diferente?
“… ” Y aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria…”. (Mateo 24:30). Nuevamente, Cristo afirma que su Segunda Venida será visible para todos, especialmente para los malvados y aquellos que le aborrecen. La enseñanza referente a un rapto secreto de los fieles contradice las palabras de Cristo.
“…  He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán por causa de él. Así sea. Amén...”. (Apocalipsis 1:7). Palabras claras y definitivas: “… todo ojo le verá…”. Un capricho teológico podría llevar a muchos a defender enconadamente la teoría del rapto secreto; sin embargo, la evidencia es abrumadora: El “arrebatamiento de la iglesia” no sólo no se divide en dos fases, sino que tampoco es invisible como muchos afirman.

Cristo nunca prometió raptar a su pueblo.

3.- ¿ENSEÑA LA BIBLIA QUE LA IGLESIA DE JESUCRISTO ESTARÁ SOBRE LA TIERRA DURANTE LAS CALAMIDADES QUE AZOTARÁN A LOS INICUOS EN LOS ÚLTIMOS DÍAS?
Para los evangélicos modernos, acomodados en su aceptación actual dentro de la sociedad, es casi anatema pensar que los cristianos fieles pasarán por todos los sucesos aterradores de los últimos días. Para ellos, Dios jamás permitiría que su Iglesia fiel sea perseguida de nuevo, sufra privaciones o tenga que enfrentar las calamidades del período de angustia conocido por ellos como “la Gran Tribulación”. Sin embargo, la Biblia no concuerda con dicho modo de pensar.
En 1 Tesalonicenses 5:1-4 se continúa el tema que termina el capítulo 4 (la resurrección de los muertos y el arrebatamiento), eso se hace notar en el comienzo del capítulo "… Ahora bien, hermanos con respecto a los tiempos y la épocas...", lo cual indica la conexión entre el final del capítulo 4 y el inicio del 5. Cualquiera que lea los dos capítulos sin interrupción puede fácilmente comprobar que el capítulo 5 continúa describiendo lo que 1 Tesalonicenses 4:13-18 comenzó denominando "el día del Señor", el tiempo de la destrucción repentina sobre el mundo impío, con la Venida de Cristo en juicio; todo lo cual significa que el arrebatamiento" ocurrirá después de la tribulación de aquellos días.
En 2 Tesalonicenses 1:6-10, el apóstol Pablo nos enseña que  el Señor vendrá con los ángeles de su poder, en llama de fuego: “…Porque es justo para Dios pagar con tribulación a los que os atribulan; y a vosotros, que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocen a Dios, ni obedecen el evangelio de nuestro Señor
Jesucristo; los que serán a castigados con eterna perdición, separados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos, y para ser admirado en todos los que hayan creído (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)...”. El Señor, pues, vendrá acompañado por sus ángeles (no por cristianos raptados misteriosamente siete años atrás), y su función será doble: a) Recoger la cizaña en gavillas para ser quemadas y b) Recoger el trigo para el Señor (Véase Mateo 3:12, 13:30 y Lucas 3:17). Las características de la Segunda Venida que encontramos en el pasaje de Segunda Tesalonicenses 1:6-10 son las siguientes: Jesús vendrá desde el cielo, le acompañarán sus poderosos ángeles y, su Segunda Venida será en llama de fuego. El versículo 8 nos explica que Cristo se manifestará: "...dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús",  de modo que su propósito es hacer justicia. Aquellos a quienes el Señor dará retribución, son los descritos con dos rasgos fundamentales: Los que no conocieron a Dios y que no obedecen al Evangelio. El pecado de los perseguidores de la Iglesia del Señor durante los angustiosos últimos días, no será por ignorancia del Evangelio, sino por la desobediencia del mismo. Por ello serán castigados. Pero si la Iglesia no estuvo en la tierra durante los calamitosos días de juicio que precederán la Segunda Venida ¿Cómo pudo haber sido perseguida por los impíos? El versículo 9 nos dice que los perseguidores de la Iglesia: "sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia de Señor y de la gloria de su poder". Aquellos que hicieron penosa la vida de los Santos, sufrirán eterna perdición. El versículo 10 completa la gloriosa perspectiva mencionada en el versículo 7, que es de reposo, el cual espera a los miembros de la Iglesia cuando venga aquel día.
La Iglesia no escapará de esta Tierra por medio de un rapto secreto, sino que estará sobre la Tierra y enfrentará con valor la persecución y la oposición de sus enemigos hasta ser, finalmente, glorificada con Cristo en su Segunda Venida. Por ello afirmamos sin duda que la doctrina de un rapto secreto pre-tribulacionista es falsa y antibíblica.  Reafirmemos un poco más este punto:
i.              Hablando de los últimos días, Juan el Revelador nos dice que vio delante del trono de Dios una gran multitud de personas “de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Véase Apocalipsis 7:9-12) y se le dijo que eran “los que han salido de la gran tribulación” (Véase Apocalipsis 7:13-17). Es decir, eran todos aquellos que habiendo pasado por calamidades, tribulación y hasta el martirio, fueron fieles a su fe y perseveraron hasta el fin, fuese en vida o muerte. Evidentemente, para haber salido de la tribulación, primero tuvieron que haber pasado por ella, lo cual confirma que los Santos pasarán por dicho periodo de sufrimientos, negando así la doctrina del rapto.
ii.             Que el propósito de Dios es perfeccionar a Sus Santos por medio de la tribulación de los últimos días es evidente en Apocalipsis 6:9-11, donde se menciona que todavía habrían de morir muchos, en los últimos días, por causa de la verdad y su fe en Cristo.  Más adelante, en Apocalipsis 13:7, se nos muestra como Satanás y sus servidores recibirían poder en los últimos días para “hacer guerra contra los Santos, y vencerlos”. Esto ciertamente, aunque no suene halagador, es el futuro que le espera a los que decidan ser fieles al Señor. No hay ningún rapto secreto que haga que la amarga copa pase de la Iglesia. La verdad gloriosa que dicho sufrimiento encierra es ésta: “Si sufrimos, también reinaremos con Él” (2 Timoteo 2:11-13). Nuestro deber es estar preparados (Véase 1 Pedro 4:13 y 5:8-11), pues las recompensas por ser fieles son enormes y llenas de esperanza (Véase Apocalipsis 2:7, 2:11, 2:17, 2:26-28, 3:5, 3:12 y 3:21). La Segunda Venida de Cristo se dará con el propósito de salvar a los Suyos de manos de Satanás y de la Iglesia del Diablo, los cuales le harán la guerra a los Santos y pretenderán destruir al pueblo de Dios en los últimos días. Hebreos 9:28 nos dice: “… así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, aparecerá para salvar a los que le esperan...”.
iii.            El pasaje más definitivo, en oposición a la doctrina de un rapto secreto de los cristianos, se halla en Mateo 24:29-31. Dichos versículos, salidos de labios del mismo Jesucristo, nos dicen: “… E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra; y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro…”. Nótese la expresión “después de la tribulación” en el versículo 29, la cual nos muestra claramente que la Segunda Venida y el “Arrebatamiento” de los Santos no ocurrirá antes de la tribulación, sino después. Aquí no cabe la idea de un rapto secreto a principios de la tribulación y de una tercera venida de Cristo en gloria tras las bodas del Cordero.
iv.           La enseñanza del “Rapto Secreto” contradice frontalmente la Biblia, la cual enseña: “…Y seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros. Y seréis aborrecidos por todos por a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra a paciencia ganaréis vuestras almas. Y cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque éstos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Pero, ¡ay de las que estén encintas y de las que críen en aquellos días!, porque habrá gran calamidad en la tierra e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles. Entonces habrá señales en el sol, y en la luna y en las estrellas; y en la tierra habrá angustia de las naciones y confusión ante el bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres a causa del temor y de la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra, porque los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces verán al Hijo del Hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Y cuando estas cosas comiencen a suceder, mirad y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca…”. (Lucas 21:25-27). Estos versículos señalan que la Segunda Venida de Cristo no acontecerá sino hasta después del periodo de tribulación que vendrá sobre la tierra en los últimos días. Cristo afirma con claridad: “…Y cuando estas cosas comiencen a suceder, mirad y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca…”. Si la Iglesia fuere llevada al cielo antes de dicho período de calamidad mundial, ¿Por qué le diría Cristo que cuando mire todas esas cosas confíe en que su redención se acerca?
La teoría del rapto contradice la enseñanza bíblica referente a la Segunda Venida de Cristo en todos sus aspectos: Divide un evento único en dos fases (el rapto y la venida en gloria), convierte en invisible un suceso que la Biblia afirma que será visto por todos y, contradice a Jesús al afirmar que la iglesia no estará sobre la Tierra durante los angustiosos días que antecederán la Segunda Venida de Cristo. Por estas razones, la teoría del rapto debe ser calificada como contraria a la verdad revelada en las Escrituras y, de acuerdo con los lineamientos evangélicos que establecen la Biblia como única regla de fe y conducta, dicha teoría debe ser rechazada y abandonada.

Cristo reinará personalmente sobre la Tierra durante el milenio.

V.- CONCLUSIONES ACERCA DE LA TEORÍA RAPTO DE LA IGLESIA.
Como vimos anteriormente, la doctrina del rapto secreto no surgió como tal sino apenas en el siglo XIX; por lo tanto, nunca formó parte del cuerpo doctrinal de  las iglesias del cristianismo histórico, ni mucho menos de la iglesia primitiva. Aún hoy, es rechazada por la mayoría de cristianos en el mundo. Así por ejemplo, esta doctrina es rechazada al unísono por católicos romanos, ortodoxos griegos, luteranos, anglicanos, anabaptistas, metodistas, episcopales, presbiterianos, por muchas iglesias bautistas y otros grupos cristianos.
Dichos grupos, aunque reconocen que Cristo vendrá nuevamente en gloria, para reinar sobre la tierra, reconocen que la doctrina de un Rapto Secreto Pre-Tribulacionista es antibíblica y escatológicamente incorrecta. Sólo el movimiento pentecostal y otros sectores del fundamentalismo evangélico aceptan dicha doctrina como auténtica. Tristemente, en Latinoamérica, donde la influencia y expansión de dichos grupos es enorme, la doctrina del rapto secreto se enseña indiscriminadamente como si fuera verdad comprobada y parte de las doctrinas del cristianismo original, esto, sin embargo, está lejos de ser verdad. Peor aún, pues dentro del mismo bloque evangélico, muchos ni siquiera llegan al acuerdo de si el rapto ocurrirá antes, en medio de, o después de la tribulación, creando mayor confusión y divisiones entre sus feligreses.
¿Por qué entonces, a pesar de contradecir la Biblia, se sigue enseñando dicha doctrina errónea? La razón es obvia. El efecto emocional, psicológico, y principalmente proselitista de dicha enseñanza, es sumamente poderoso: Multitudes caen rendidas y se unen en masa a dichos movimientos por temor al juicio venidero y con la esperanza de huir de lo que se avecina sobre la tierra. Sin embargo, aunque una mentira repetida muchas veces puede llegar a parecer verdad, no por eso llego a serlo realmente.
Alrededor de esta doctrina, que ha llevado a ensanchar las arcas de muchas iglesias, enriqueciendo los bolsillos de sus líderes, y aumentando en número las diversas sectas evangélicas, se ha urdido una complicada mitología moderna que va de lo probable a lo inverosímil y hasta ridículo. No obstante, dichas enseñanzas proliferan en nuestra época porque la las iglesias modernas, presas de la moda teológica del momento, son llevadas  “… por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error…” (Efesios 4:14).
La amonestación profética del apóstol Pablo es clara y aplicable a nuestra época: “… Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas…” (2 Timoteo 4:3-4). Las Escrituras nos amonestan diciendo: “No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas…” (Hebreos 13:9).
Nuestro deber es ayudar a otros a que conozcan la verdad, pues ésta es el “conocimiento de las cosas como son, como eran y como han de ser; y lo que sea más o menos que esto es el espíritu de aquel inicuo que fue mentiroso desde el principio” (D. y C. 93:24-25). Además, “… todavía hay muchos en la tierra, entre todas las sectas, partidos y denominaciones, que son cegados por la sutil astucia de los hombres que acechan para engañar, y no llegan a la verdad sólo porque no saben dónde hallarla…” (D. y C. 123:12). Compartamos con otros la verdad que libera.
Sin pretender incluir todos los sucesos que acontecerán en los últimos días, el siguiente bosquejo nos presenta ciertos pasajes bíblicos que aclaran, a groso modo, el orden de los eventos que precederán la Segunda Venida de Cristo:
A.- Sucesos que precederán la Segunda Venida de Cristo:
§  Una apostasía universal, la cual llevará a las personas, iglesias y naciones enteras, a apartarse de la verdad y rechazarla, siguiendo en cambio, doctrinas falsas (2 Tesalonicenses 2:1-12, 1 Timoteo 4:1-2, 2 Pedro 2:1-3).
§  El Evangelio Verdadero sería restaurado en su plenitud nuevamente sobre la tierra por medio de la ministración de seres celestiales (Véase Apocalipsis 14:6-7 y compárese con José Smith-Historia 1:11-20, 1:29-54, 1:68-72 y D. y C. 110,   en donde se da cumplimiento a dicha profecía) y sería predicado en todo el mundo con el propósito de preparar la tierra para la Venida del Señor (Mateo 24:14).
§  La aparición del Libro de Mormón (Isaías 29:4, 29:10-14, 29:18-19, Ezequiel 37: 15-20) y el establecimiento de la Iglesia nuevamente entre los hombres (Daniel 2:31-45).
§  Cuando la Venida del Señor sea inminente, grandes calamidades sobrevendrían sobre la tierra (hambres, pestilencias, guerras, rumores de guerra, terremotos, etc.) y los justos serán perseguidos a causa de su fe (Véase Mateo 24:3-13 y Lucas 21:7-19).
§  Un nuevo orden mundial, político, económico y religioso, se levantaría en oposición al Evangelio (Apocalipsis 13, 17).
§  Tendrá lugar la Batalla de Armagedón, la cual será la mayor de todas las guerras (Daniel 12:1). Todas las naciones de la tierra estarán reunidas en Jerusalén, en el valle de Armagedón (Zacarías 14:1-2).
B.- La Segunda Venida de Cristo y el Reino Milenial:
§  Cristo descenderá del cielo, los muertos en Cristo son resucitados y los Santos que estén vivos son transformados y reciben al Señor en el aire (1 Tesalonicenses 4:13-17).
§  Israel será salvado y sus enemigos destruidos (Zacarías 12, 13 y 14, Ezequiel 38 y 39, Daniel 11 y 12, Joel 2:1-11, 3:1-21).
§  Toda cosa corruptible se consumirá en este día ardiente. Los elementos se derretirán con ferviente calor y todas las cosas se volverán nuevas, es decir, la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca (2 Pedro 3:10-13).
§  Cristo reinará sobre la Tierra mil años (Apocalipsis 20:1-6).
C.- El Fin del Milenio, la Batalla de Gog y Magog, el Juicio Final y la Vida Eterna:
§  Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla final contra los justos (Apocalipsis 20:7-8).
§  La derrota de Satanás y sus huestes será completa. Los muertos, grandes y pequeños, todos cuantos hayan aspirado el aliento de vida sobre la tierra, han de resucitar—toda alma que haya encarnado, sea buena o mala—y comparecerán ante Dios para ser juzgados según las cosas escritas en los libros (Apocalipsis 20:9-15).
§  La tierra pasará a su condición glorificada y celestial, y será la morada eterna de los hijos e hijas exaltados de Dios. Reinarán para siempre como reyes y sacerdotes del Altísimo, redimidos, santificados y exaltados por conducto de su Señor y Dios (Apocalipsis 21:1-8).

  

REFERENCIAS:

[1] McKim, Donald K (9 de abril de 2014). The Westminster Dictionary of Theological Terms, Second Edition: Revised and Expanded. Presbyterian Publishing Corporation. pp. 261–.ISBN 9781611643862. Consultado el 26 de diciembre de 2014.
[2] Véase: La Ciudad de Dios Libro XX, San Agustín. También se recomienda: http://www.catholic.com/tracts/the-rapture
[3] The Greatest Commandment: Matthew 22:37 por David T. Steineker Página 132. Se recomienda también: Carm, Theological Dictionary https://carm.org/dictionary-postmillennialism
[4] Véase: Francisci Riberae Villacastinensis: De Templo et de ijs quae ad templum pertinent.
[5] Daneri, Juan J. (2000). “Los Usos de la Profecía. Escatología y política en La Venida del Mesías en Gloria y Majestad (1812) de Manuel Lacunza”. Silabario, Revista de Estudios y Ensayos Geoculturales (Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba) 3 (3):91-100. Véase también: Daneri, Juan J. “Escatología y Política Jesuitas. La profecía del fin de los Tiempos según Manuel Lacunza”. Mapocho (Santiago: Biblioteca Nacional de Chile) (58): 181-201.
[6] Denominación cristiana. Se remonta a los principios del siglo XIX. Algunos elementos del movimiento evangélico en Inglaterra (de los que hicieron énfasis en la eclesiología, la profecía y la obra del Espíritu Santo) y figuras como Haldane Stewart, William Marsh y Hugh MacNeil se asociaron con el reverendo Edward Irving, ministro presbiteriano, y otros para cumplimentar una invitación de Henry Drummond, maestro bíblico que convocó a conferencias en Asbury Park en 1826. Bajo la influencia de Irving, algunos concurrentes empezaron a hacer énfasis en los dones del Espíritu y en la proximidad del regreso de Cristo. En 1832 se eligieron doce apóstoles y surgió la misión de los «Apóstoles Restaurados»: advertir a toda la iglesia la inminencia de la Segunda Venida y la necesidad de resolver los cismas eclesiásticos. Los católicos romanos y apostólicos combinaban las creencias ya mencionadas con el regreso al ritualismo y al sacramentalismo. Con el tiempo el movimiento se redujo a un pequeño grupo.
[7] También se les conoce como «plimutistas», «darbistas», «Salas Evangélicas» [por el nombre
que dan a sus lugares de reunión], «Iglesias Cristianas Evangélicas», etc. Este movimiento evangélico surgió como oposición a algunas condiciones prevalecientes en el protestantismo inglés en Dublín, Irlanda; pero su primera iglesia se organizó en Plymouth, Inglaterra, en 1831. Entre sus fundadores se encontraban J.N. Darby, Lord Congleton, A.N. Groves, Edward Cronin y otros. Los antiguos hermanos se propusieron derribar las barreras entre los diferentes grupos cristianos y decidieron que no se requería ser ministro ordenado o presbítero para celebrar la Cena del Señor. Sus congregaciones son gobernadas por «ancianos», al estilo presbiteriano. Cualquier hermano aprobado por ellos puede predicar u oficiar. Aunque J.N. Darby contribuyó al desarrollo de su teología dispensacionalista, no se impone una escuela de interpretación particular. Hay entre ellos los «abiertos» y los «exclusivos», según su posición respecto a una serie de asuntos como la participación en la Cena. Los «abiertos» prefieren el bautismo por inmersión en todos los casos. En América Latina se les conoce como «Hermanos Libres». Los hermanos de Plymouth son, por tradición, el principal núcleo evangélico en España y Argentina. Sostienen misioneros en infinidad de naciones.
[8] John Nelson Darby (1800-1882) fue un evangelista anglo-irlandés y una figura de gran influencia entre los Hermanos de Plymouth. Es considerado el padre del dispensacionalismo moderno y del futurismo.
[9] Movimiento teológico que busca explicar la variedad en la administración de los planes de Dios en la Biblia.
Una variedad del dispensacionalismo insiste en siete dispensaciones, sobre todo Cyrus Scofield, autor de una serie de notas al texto bíblico que caracterizan la famosa Biblia Scofield. El dispensacionalismo ha existido a través de los siglos sin que se utilice necesariamente el nombre. A pesar de que los dispensacionalistas citan la autoridad de San Agustín, el más famoso promotor moderno del dispensacionalismo pudo haber sido J.N. Darby, a quien algunos consideran fundador del dispensacionalismo. Es un movimiento situado entre los evangélicos conservadores y los fundamentalistas. Esta teología es muy fuerte en América Latina y se ha extendido a grupos como los pentecostales, los cuales originalmente no eran bien vistos por otros dispensacionalistas (como los inspirados por Darby), pero han ido asimilando importantes elementos de dispensacionalismo.
[10] William Miller (1782-1849) fue un predicador laico bautista, militar, agricultor y jefe cívico local en Low Hampton, en el este de New York. Estudiante de la historia y la profecía bíblica, a partir de sus estudios comenzó a predicar en 1831 el inminente segundo advenimiento de Cristo. Es considerado como el fundador del Movimiento Adventista de los años 1830-1840 en Norteamérica. Entre sus descendientes espirituales directos existen varias religiones, incluyendo la Iglesia Adventista del Séptimo Día y movimientos posteriores que se fundaron con la inspiración directa del énfasis de Miller en la profecía bíblica, incluyendo el Movimiento de Estudiantes de la Biblia o Russellitas, actualmente conocidos como los Testigos de Jehová.
[11] Sergio Olivares. Manuel Lacunza: La Conexión Adventista. Diálogo Universitario, 1994, 6 (1), 12-15.
[12] Cyrus Ingerson Scofield (1843-1921) fue un teólogo estadounidense, ministro religioso y escritor cristiano. Scofield se convirtió en un líder del dispensacionalismo premilenarista y precursor del fundamentalismo cristiano del siglo XX.
[13] El Pentecostalismo es una continuación del movimiento de santidad del siglo XIX, pero adoptó nuevas formas. Entre sus primeros líderes estuvieron Charles F. Parham, fundador de una escuela bíblica en Topeka, Kansas; y William J. Seymour, que dirigió un gran avivamiento religioso en Los Ángeles, California, en la calle Azusa (1906). El movimiento enfatiza los dones del Espíritu, hablar en lenguas y sanidad divina. También promueve una forma emotiva y libre de adoración, caracterizada por continuas alabanzas a Dios. Del pentecostalismo original surgieron numerosas denominaciones y movimientos como las Iglesias de Dios, las Asambleas de Dios, la Iglesia Cuadrangular y el movimiento conocido como “Sólo Jesús” (cuyo grupo más conocido es el de la Iglesia Pentecostal Unida, de teología unitaria). Con excepción de este último sector, los pentecostales sustentan una teología trinitaria. El movimiento se extendió a Europa bajo el liderazgo de Thomas Ball Barratt, británico de origen metodista que fundó la Iglesia de Filadelfia en Noruega. Alexander A. Boddy, ministro anglicano, dirigió un gran avivamiento pentecostal en Inglaterra en 1907. Entre 1910 y 1911 se fundó la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, la primera gran iglesia protestante autóctona de América Latina. Desde principios de siglo el movimiento llegó a México, Puerto Rico y otras regiones del continente. El
pentecostalismo se convertiría en un gigantesco movimiento religioso en toda Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX. Además de numerosas denominaciones, existen miles de iglesias pentecostales independientes. El pentecostalismo ha influido enormemente en el movimiento carismático emergente en el
protestantismo histórico y el catolicismo. Debe entenderse que la experiencia pentecostal no se limita al pentecostalismo clásico ni al movimiento carismático, ya que numerosas iglesias autóctonas en África, Asia y otras regiones comparten aspectos fundamentales del estilo pentecostal. Las Asambleas de Dios es la mayor denominación pentecostal.
[14] Véase Luisa Jeter de Walker, ¿Cuál Camino? (Editorial Vida), Capítulo 8, págs. 151-152. También se recomienda el libro: Otros Evangelios, por Pablo Hoff, págs. 146-149.
[15] Véase Luisa Jeter de Walker, ¿Cuál Camino? (Editorial Vida), Capítulo 9, págs. 165-170. También se recomiendan los libros: Otros Evangelios, por Pablo Hoff, págs. 39,40, 43 y Recuerdos de un Testigo de Jehová, por César Vidal Manzares, págs. 14-16.

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