miércoles, 18 de febrero de 2015

Jesucristo: ¿Un Dios o un Arcángel?

Jesucristo:
¿Un Dios o un Arcángel?

Los Testigos de Jehová enseñan que Jesús es la encarnación del Arcángel Miguel

Por: Fernando E. Alvarado

Introducción:

La organización de los Testigos de Jehová, también conocida como Watch Tower Bible and Tract Society, enseña que Jesús existía como el arcángel Miguel  antes que viniera a la Tierra, y   se convirtió otra vez en el arcángel Miguel después de su resurrección. Ellos alegan que Jesús era solo un hombre perfecto cuando estuvo en la Tierra y que, cuando Él murió, el “hombre” Jesús cesó de existir,  siendo resucitado como un “criatura espiritual”, el arcángel Miguel.
En el libro Perspicacia para Comprender las Escrituras, una publicación oficial de los Testigos de Jehová, se enseña: La Biblia indica que el nombre Miguel aplicaba al Hijo de Dios tanto antes de que partiera del cielo para llegar a ser Jesucristo, como después de su regreso al cielo. Miguel es el único al que se llama "arcángel", que significa "primer ángel" o ángel principal… Antes de hacerse hombre, a Jesús s e le llamaba "la Palabra" (Jn 1: 1), y también tenía el nombre personal de Miguel. Al conservar el nombre Jesús después de su resurrección (Hch 9: 5), se demuestra que la "Palabra" es la misma persona que el Hijo de Dios en la Tierra. El que volviese a asumir su nombre celestial, Miguel, y su título (o nombre), "La Palabra de Dios" (Rev. 19: 13), le vincula con su existencia pre humana. El mismísimo significado del nombre Miguel: " ¿Quién Es Como Dios? “, señala que Jehová Dios no tiene semejante o igual y que Miguel, su arcángel, es su gran Defensor o Vindicador…“ (Perspicacia para Comprender las Escrituras, Tomo II, pág. 387).


Charles Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová

Sin embargo, los Testigos de Jehová no son los únicos en promover dicha enseñanza. Los Adventistas del Séptimo Día enseñan también que Jesús es el Arcángel Miguel. Esta antigua herejía adventista apareció en varios libros y artículos publicados por dicha iglesia. Ellen G. White, su profetisa y fundadora, enseñó:
·         «Moisés pasó por la muerte, pero Miguel vino y le dio vida antes que su cuerpo hubiera visto corrupción. Satanás trató de apropiarse de su cuerpo, reclamándolo como suyo; pero Miguel resucitó a Moisés y se lo llevó al cielo. Satanás insultaba amargamente a Dios... pero Cristo no reprendió a su adversario... Humildemente lo remitió a su Padre, diciéndole: ‘El Señor te reprenda’» (Early Writings, pág. 164).
·         «Cuando Jesús se levante; cuando su trabajo esté concluido en el Lugar Santísimo entonces no habrá otro rayo de luz para ser impartido al pecador... La luz es hecha para llegar bien distante, en donde todo es oscuridad total. Miguel se levanta» (Spiritual Gifts, vol. 2, pág. 276).
·         «Cuando Cristo y los ángeles se aproximaban a la tumba, Satanás y sus ángeles se aparecieron en la tumba, y estuvieron custodiando el cuerpo de Moisés, para que no fuera removido. Cuando Cristo y sus ángeles se aproximaban, Satanás resistió su proximidad, pero fue forzado por la gloria y poder de Cristo y sus ángeles y cayó de espaldas. Satanás reclamaba el cuerpo de Moisés, por su sola transgresión; pero Cristo humildemente lo remitió a su Padre, diciéndole: ‘el Señor te reprenda’» (Spiritual Gifts, vol. 4a, pág. 58).
·         «Justo antes de ir a la reunión, volví a recordar algunas escenas interesantes que habían pasado delante de mí en visión...Me parecía que los ángeles estaban haciendo una hendidura en la nube y dejando que pasaran los rayos de luz del cielo. El tema que fue presentado tan impactantemente fue el caso de Moisés...Los ángeles lo enterraban, pero el Hijo de Dios descendió y lo levantó de los muertos y se lo llevó al cielo» (Testimonies for the Church, vol. 1, pág. 659).
·         “Como un pueblo debemos hacer como hizo el Redentor del mundo. Cuando estaba en controversia con Satanás respecto al cuerpo de Moisés, Cristo no se atrevió a insultarlo» (Testimonies for the Church, vol. 9, pág. 239).
Sin embargo, los Adventistas del Séptimo Día se diferencian de los Testigos de Jehová en que, para ellos, Miguel (Jesucristo) es parte de la Trinidad y por lo tanto Dios Encarnado; mientras que para los Testigos de Jehová, Cristo es sólo el ángel de mayor jerarquía en los cielos, a través del cual Jehová (para ellos Dios el Padre) creó todas las otras cosas.

Estatua del Arcángel Miguel derrotando al Diablo 

Pero, ¿En qué basan dichos grupos para afirmar que Miguel y Cristo son la misma persona?
El libro Perspicacia para Comprender las Escrituras explica las bases de dicha doctrina de la siguiente manera:
“En 1 Tesalonicenses 4: 16 se dice que la voz del resucitado Señor Jesucristo es la de un arcángel, lo que da a entender que él mismo es, en realidad, el arcángel. El texto menciona que desciende del cielo con una "llamada imperativa”. Por lo tanto, es lógico que la voz que expresaba esta llamada imperativa se designase con una palabra que no disminuyera o rebajara la gran autoridad que Cristo Jesús tiene ahora como Rey de reyes y Señor de señores. (Mt 28: 18; Rev. 17: 14.) Si la denominación "arcángel" no aplicara a Jesucristo, sino a otros ángeles, la referencia a una "voz de arcángel" no sería apropiada, pues designaría una voz de menor autoridad que la del Hijo de Dios. Hay también otras correspondencias que demuestran que Miguel es realmente el Hijo de Dios. Después de la primera referencia a Miguel ( Da 10 : 13 ) , Daniel registró una profecía que llegaba hasta "el tiempo del fin" ( D a 1 1 : 4 0 ) , y luego dijo: "Y durante aquel tiempo se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo [ el de Daniel ] " . (Da 1 2: 1.) El que Miguel 'se pusiera de pie' estaría relacionado con "un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo”. (Da 1 2: 1.) En la profecía de Daniel, 'ponerse de pie' se refiere con frecuencia a una acción tomada por un rey, ya sea para obtener poder real o para actuar en su calidad de monarca. (Da 11: 2-4, 7, 16b, 20, 2 1.) Este hecho apoya la conclusión de que Miguel es Jesucristo, pues él es el rey nombrado por Jehová y ha recibido la comisión de destruir a todas las naciones en Armagedón. (Rev. 11: 15; 16: 14- 16.) El libro de Revelación (1 2: 7, 10, 1 2) menciona a Miguel con relación al establecimiento del reino de Dios y enlaza este acontecimiento con disturbios para la Tierra: "Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron [. . .]. Y oí una voz fuerte en el cielo decir: ' ¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos [. . . J! A causa de esto, ¡alégrense, cielos, y los que residen MIGUEL en ellos! ¡Ay de la tierra y del mar! "' . Después se representa a Jesucristo dirigiendo a los ejércitos celestiales en guerra contra las naciones de la Tierra. (Rev. 19: 1 1 - 16.) Esto significaría para ellas un período de aflicción que lógicamente estaría incluido en el "tiempo de angustia" que llegaría después que Miguel se pusiese en pie. (Da 1 2: 1.) Ya que el Hijo de Dios tiene que luchar contra las naciones, es razonable que fuese él quien previamente combatiera con sus ángeles contra el dragón sobrehumano, Satanás el Diablo, y sus ángeles “. (Perspicacia para Comprender las Escrituras, Tomo II, pág. 387).

¿Son Jesús y Miguel la misma persona?

Sin embargo, ¿Son dichos versículos una base legítima para enseñar que Cristo y Miguel son la misma persona?
Definitivamente no, y por varias razones. En primer lugar, cuando los Testigos de Jehová usan 1 Tesalonicenses 4:16 para tratar de probar que Jesús es el Arcángel Miguel solo porque Él viene “con voz de Arcángel” cometen un error garrafal. Ciertamente, dicho versículo afirma que: “…el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios…“  descenderá del cielo. Sin embargo, el hecho que Jesús venga con voz de arcángel no quiere decir que Él es el arcángel Miguel. Por otro lado, el mismo versículo  dice  que Cristo también  viene  con  trompeta  de  Dios,  pero  nosotros  (y mucho menos los TJ) jamás utilizaríamos este pasaje (usando el mismo razonamiento) para decir que eso significa que Él es Dios el Padre. En 2 Tesalonicenses 1:7-8, nosotros leemos que “…cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego…”  Eso nos da a entender que Jesús vendrá junto con el ángel que da el grito, es decir, con Miguel; por lo que ambos no podrían ser el mismo individuo. En Zacarías 14:5-6, leemos que: “… vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.”. Cuando comparamos este pasaje de la venida de Jehová con la venida de Cristo descrita en 2 Tesalonicenses 1:7 y Mateo 24:29-31, es obvio que la venida de Jehová en Zacarías es  la de  Jesús que vendrá con “sus ángeles”  en Mateo 24 y 2 Tesalonicenses. Obviamente, Cristo es Jehová, no Miguel.
En segundo lugar, de acuerdo con Daniel 10: 5-13, Miguel es visto como uno de los príncipes principales, pero no necesariamente el único y ni siquiera el mayor. Dichos versículos dicen: “Y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lienzos, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz: Y su cuerpo era como piedra de Tarsis, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de metal resplandeciente, y la voz de sus palabras como la voz de ejército... Mas el príncipe del reino de Persia se puso contra mí veintiún días: y he aquí, Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia” (Daniel 10: 5-13). Si Miguel es uno de los principales, entonces no es el principal.  Jesús, por otro lado, es más que solo un “Príncipe” o un “gobernante.” La Biblia llama a Jesús “Rey de Reyes” y “Señor de Señores.” (Apocalipsis 17:14; 19:16) Este título indica una autoridad y una soberanía absoluta, algo muy diferente a  ser “uno de los principales príncipes”. Además, si Miguel fuera Cristo, este ángel no se referiría a él como quien habla de un ayudante, sino como de un superior, puesto que Jesucristo es Señor.
En tercer lugar, la Biblia rechaza la idea que Jesucristo fuera un simple ángel encarnado. En Hebreos 1:5 se declara enfáticamente: “Porque ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: ‘mi Hijo eres  tú, yo te he engendrado hoy’ y otra vez, ‘yo  seré a él Padre y él me será a mí, Hijo.?”  Es obvio que Jesús es de naturaleza superior a los  ángeles; Él no es uno de ellos. Hebreos 1:6 dice que cuando el Padre trajo al mundo al Hijo de Dios, él dijo, “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.”  Esto es así porque Cristo no es un ángel, sino superior a ellos en todo sentido
En cuarto lugar, si analizamos lo que dice Judas 1: 9 veremos que allí se presenta al arcángel Miguel contendiendo con el Diablo, disputando con él sobre algo que tenía que ver con el cuerpo de Moisés.  Sin embargo, ¡Cristo no tiene que disputar con Satanás, solamente tiene que darle órdenes!  Eso lo vemos incluso estando Cristo en carne, cuando se hizo un poco menor que los ángeles al hacerse hombre. Estando vestido de carne todavía podía darle órdenes a Satanás, como lo hizo durante su tentación en el desierto, que ordenó a Satanás que se fuera, y Satanás tuvo que irse, no pudo contender con Cristo (Véase Mateo 4:10-11). Desde el momento que Miguel contiende con Satanás es porque Miguel no es Cristo, sino un ser de inferior categoría que la de Cristo.  Jesús no solamente ordenaba a Satanás, sino que también le daba órdenes a una legión de demonios, como ocurrió en el asunto de los cerdos que se ahogaron.  En todo el evangelio se ve que los demonios temían a Jesús.  Le rogaban que no los enviase al abismo; de donde se ve la clase de potencia y autoridad  que tenía el Señor, aun estando en carne.  Cristo no forcejeaba con los demonios, les ordenaba que se fueran de esa persona, e inmediatamente lo obedecían.  Él no tenía que contender, ni disputar con los demonios.  ¿Cómo pueden decir entonces los adventistas y Testigos de Jehová que Miguel es Cristo y que tenía que forcejear con Satanás, como si ambos fueran semejantes en gloria y poder?  Leemos: "Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el Diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a usar de juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda." (Judas 1: 9).
De Cristo sin embargo leemos: “Y cuando él hubo llegado a la otra ribera, al país de los a gergesenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, de modo que nadie podía pasar por aquel camino. Y he aquí, clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos a antes de tiempo? Y estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. Y les dijo: Id. Y ellos salieron y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó al mar por un despeñadero, y murieron en las aguas.” (Mateo 8:28-32).
Es evidente que Cristo y Miguel no son la misma persona.  Cristo, aun estando en la carne, era infinitamente más poderoso que Satanás y todos sus demonios juntos.  El Arcángel Miguel no podía ordenarle a Satanás que se fuera, sino que tuvo que invocar el Nombre de alguien mayor que él. Cristo, por otro lado, se bastaba a sí mismo, no tenía necesidad de que nadie lo ayudara, tampoco necesitó invocar el nombre de alguien más que Él mismo. Por lo tanto, Miguel no es Jesucristo; es un ser celestial de rango inferior, subordinado a la autoridad del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo.

Aunque reconocen la divinidad de Cristo, los Adventistas del Séptimo Día también enseñan que Jesucristo y Miguel son la misma persona, convirtiendo a Miguel en Dios el Hijo, un miembro de la Trinidad

Si Cristo no es el Arcángel Miguel, ¿Es acaso un Dios?
¡Definitivamente sí..!, y sin duda alguna. He aquí varias razones para afirmarlo:

I.- JESÚS POSEE TODOS LOS ATRIBUTOS DE UN DIOS:
·         Él es omnipresente. En Mateo 18:20, él dijo, “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”; Y en Mateo 28:20, él prometió, “he aquí, yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
·         Él es omnisciente. En la noche en que Cristo fue traicionado, los discípulos le dijeron: “Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.” (Jn. 16:30). Más tarde, Pedro apeló a la omnisciencia de Cristo en su defensa, Juan 21:17: Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo.” En Apocalipsis 2:23 Cristo se describe a Sí Mismo en estos términos: “y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón”.
·         Él es omnipotente. Filipenses 3:21 dice él “el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” Hebreos 1:3 dice que él “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”.
En resumen, la Escritura dice que Cristo encarna cada atributo de Jehová, Colosenses 2:9 dice: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Y Hebreos 1:3 dice que Cristo es “… el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia...” Dejando claro que Jesús es Jehová Dios, nada más, nada menos.

¿Concuerda la Biblia con las enseñanzas de los Testigos de Jehová al negar la divinidad de Cristo?

II.- JESÚS HACE LAS OBRAS DE UN DIOS:
·         Jesús hace las obras que solo un Dios puede hacer. Por ejemplo, Cristo creó “todas las cosas”. Juan 1:3 dice: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Colosenses 1:16 dice la misma cosa con más detalle, descartando la posibilidad de que él podría ser alguna clase de arcángel: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”  El versículo 17 va un paso más allá y lo ilustra no sólo como Creador sino también como Sustentador: “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 3:17).
·         Él gobierna, ejerce dominio y administra todo. En Juan 17:2, Cristo ora al Padre: “como le has dado [al Hijo] potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.” Efesios 1:22 hace eco de eso: “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia.”
·         El perdona pecados. Ésta fue una controversia enorme en el ministerio terrenal de Jesús. Mateo 9:2-7 y Marcos 2:5-10 dan los relatos de cómo se ofendieron los fariseos de que él perdonara pecados. En Marcos 2:7 ellos le preguntan: “¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?” Ellos comprendieron claramente las implicaciones de Su autoridad.
·         Él tiene el poder de resucitar a los muertos y emitir juicio final. En Juan 5:22, Jesús dijo: “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo”. Ese es un reclamo muy explícito de deidad, y en el versículo 24, Jesús aun establece la base del juicio la cuestión de que ya sea si alguien se oye su palabra o no. Hechos 10:42 dice que a Cristo “Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos”. Hechos 17:31 dice lo mismo. 2 Timoteo 4:1 dice: “Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino”.
·         Es El quien nos llevará en la plenitud de la exaltación. Filipenses 3:21 dice que él “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”. En Apocalipsis 21:5 dice el: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.”

Cristo, Señor y Juez.

III.- JESÚS RECIBE ADORACIÓN:
Jesús mismo, en Mateo 4:10, dijo: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” Si Jesús mismo fuese sólo una criatura, o incluso un arcángel, él habría sido culpable de hipocresía, pues él mismo recibió adoración. Ni una vez Jesús hizo alguna vez reprensión a alguien por adorarle. Nunca él rechazó la adoración de alguien. De hecho, él corrigió a aquellos que regañaron duramente a otros por adorarle a Él, como en Juan 10, cuando Marta estaba enojada de que María se había sentado a Sus pies. Y en Mateo 26, él reprendió a los discípulos por indignarse de que una mujer le había ungido con un costoso ungüento.
También leemos:
§ Mateo 14:33 – “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

§ Juan 9:38 – “Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.”

§ Mateo 28:9 – “he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.”

§ Mateo 28:17-18 – Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

§ Juan 20:28-29 – “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”

Nótese también la respuesta de Jesús de adorar en contraste con la respuesta de Pedro:
“Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró.” (Hechos 10:25). El versículo 26 dice: “Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre.” Hechos 14:11-18 habla de un episodio similar en el ministerio de Pablo, cuándo él y Bernabé rehusaron ser adorados por parte de toda una muchedumbre. Luego en Apocalipsis 19:10 y 22:8-9, tenemos a los ángeles rehusando adoración del Apóstol Juan. En 22:9 el ángel dice, “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.”
La Sagrada Escritura explícitamente manifiesta que el Hijo de Dios debe ser adorado. Juan 5:22-23 dice: “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” Jesús se colocó a Sí Mismo en el nivel más alto posible cuando él se hizo objeto de nuestra fe, Juan 14:1 nos dice: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.”.

Cristo, en su calidad de Dios, aceptó recibir adoración

IV.- LA BIBLIA ENSEÑA QUE JESÚS ES UN DIOS:
·         Juan 1:1 nos enseña: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”  Ésta es una declaración muy fuerte sobre la deidad de Cristo.
·         Tito 2:13 y 2 Pedro 1:1 se refieren a Jesús como “nuestro Dios y Salvador”.
·         Romanos 9:5 dice que él es “Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos”.
·         Filipenses 2:6 dice que él existió desde la eternidad pasada en forma de Dios.
·         1 Juan 5:20 dice: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.”
·         Hebreos 1:8 nos dice acerca de Cristo: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino”.
La Biblia enseña claramente la divinidad de Cristo

V.- JESÚS MISMO DICE SER DIOS:
Finalmente, si Jesús es un Dios, podríamos esperar que Él lo dijera. ¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué él simplemente no dijo: “soy Dios” y poner fin a alguna posibilidad de confusión? Realmente, él lo hizo. Lo que él dice en Juan 8:58 a Su audiencia judía fue una declaración mucho más explícita que si él meramente hubiese dicho “yo soy Dios”. Es importante ver este pasaje en su contexto. En el versículo 53, vemos que los fariseos se incomodaban con las afirmaciones de Jesús, comenzaron a sospechar que él se ponía a sí mismo en un nivel de autoridad que ningún simple hombre tendría derecho de hacerlo. Dijeron: “¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron; ¿quién te haces a ti mismo? Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. Y vosotros no le conocéis, pero yo sí le conozco; y si digo que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco y guardo su palabra. Abraham, vuestro padre, se regocijó de que a vería mi día; y lo vio y se regocijó. Le dijeron entonces los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: a Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.” (Juan 8:53-59).
Note que estos hombres comprendieron precisamente lo que decía Jesús. Y debido a que él obviamente también comprendió lo que le preguntaban, Su respuesta es tanto más significativa. Él les decía que él era Dios, utilizando el nombre de Jehová mismo que había sido revelado a Moisés en la zarza ardiente, “YO SOY”. Él no pudo haber hecho una afirmación más fuerte de la deidad. Si ese no hubiese sido Su significado, si él sólo afirmara ser el ángel primogénito, él habría dicho: “antes de que Abraham naciera, yo nací”.
El evangelio de Juan incluye una serie completa de declaraciones que Jesús hizo acerca de Sí mismo usando este nombre “Yo soy” – soy el camino, la verdad, y la vida (Jn. 14:6); Yo Soy el Buen Pastor; Yo Soy la puerta; Yo Soy el pan de la vida; Yo Soy la luz de mundo. Cada una de estas declaraciones, estudiadas en su contexto, revelan que Él estaba afirmando una y otra su absoluta deidad.
La evidencia bíblica de la deidad de Cristo es conclusiva. Es una prueba apabullante e irrefutable. De hecho, lo que hemos cubierto aquí es sólo una prueba representativa. En Juan 10:30 Jesús dijo: “yo y el Padre uno somos”. Este, y muchos otros pasajes similares prueban aún más concluyentemente que de acuerdo a las Escrituras, él es un Dios.
Tanta evidencia no puede ser hacerse a un lado o ignorarse. De hecho, Jesús dijo, “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” (Jn. 8:24).  Allí Jesús muestra Su “Yo Soy” – sin un predicado – como el objeto de nuestra fe. Él obviamente se coloca a Sí mismo en el lugar de Dios, y él puede hacer esto sólo porque él es un Dios. Aquellos que saben que la Escritura es la Palabra de Dios sólo pueden creer, y pueden tomar parte en la adoración a él en cuyo nombre toda rodilla se doblará.
Definitivamente, Cristo es Jehová, el Dios del Antiguo Testamente hecho carne (Véase el artículo: ¿Es Jesucristo el Jehová del Antiguo Testamento?).

Los fariseos intentaron apedrear a Jesús por afirmar ser el Gran Yo Soy

Puesto que Cristo es Jehová, ¿Quién es Miguel para los mormones?
El Elder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles enseñó:
“Miguel, nuestro gran príncipe, conocido en la mortalidad como Adán está al lado de Cristo en el plan eterno de salvación y progreso. En la preexistencia Miguel era el hijo espiritual de Dios más inteligente, poderoso y fuerte entre los destinados para venir a esta tierra, salvo el Primogénito, bajo cuya dirección y en seguimiento de cuyo consejo, obró. "Él es el padre de la familia humana y tiene señorío sobre los espíritus de todos los hombres. Aparentemente y con propiedad el nombre Miguel significa "parecido a Dios". En la creación de la tierra Adán tuvo un segundo lugar después de Cristo. Cuando Lucifer se rebeló y hubo una guerra en los cielos, fue Miguel el que condujo las huestes de los fieles que arrojaron a Satanás. (Apo. 12:7-9.) Cuando llegó el momento de habitar la tierra, el espíritu de Miguel vino y habitó el cuerpo formado del polvo de la tierra y el ser humano creado de esta manera es conocido como Adán. Como primer hombre cumplió con su destino preordenado de ser el sumo sacerdote presidente (bajo Cristo) de toda la tierra. Es a través de él que Cristo es revelado, que vienen todas las revelaciones, que son dirigidos todos los asuntos del Señor sobre la tierra en la era pre-milenaria. (Enseñanzas, pág. 183-185; 199-201.) Tres años antes de su muerte, Adán se reunió con sus descendientes justos en el Valle de Adán-Ondi-Ahman. "Y el Señor se les apareció, y se levantaron y bendijeron a Adán, y lo llamaron Miguel, el príncipe, el Arcángel." (D. Y C. 107:54.) Se sentará en concilio en este mismo sitio justo antes del grande y terrible día del Señor, todos los que hayan servido bajo su dirección en el ministerio en todas las épocas, darán un informe de sus mayordomías; y el Hijo del Hombre vendrá y recibirá de manos de Adán y todos los otros, un informe final. (D. Y C. 116; Dan. 7:9-14, 2122, 26-27.) Miguel peleó contra el Diablo por el cuerpo de Moisés (Judas 9); dio consuelo al Profeta Daniel (Dan. 10:13,21); le apareció a José Smith para discernir "al diablo cuando se apareció como un ángel de luz," y para conferir llaves y autoridades
(D. Y C. 128:20-21); y vendrá a participar del sacramento con Cristo y otras personas justas sobre la tierra. (D. Y C. 27:11.) Sabemos también que estuvo con Cristo en su resurrección (D. Y C. 133:54-55); que "al cabo del tiempo" peleará las batallas de los santos (Dan. 11:40; 12:1); que todos los muertos saldrán de sus tumbas al sonido de su trompeta (D. Y C. 29:26); que conducirá los ejércitos del cielo contra las huestes del infierno en la gran batalla final en la que Lucifer será desterrado eternamente (D. Y C. 88:110-116); y que hace todas las cosas "bajo el consejo y dirección del Muy Santo, que es sin principio de días o fin de vida." (D. Y C. 78:16.)" (Enseñanzas, pág. 181)” (Doctrina Mormona, pág. 471-472).





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