El Rapto Secreto o Arrebatamiento de la Iglesia:
¿Verdad Bíblica o
Falsa Esperanza del Cristianismo Evangélico Moderno?
Por: Fernando E. Alvarado
Muchos cristianos fundamentalistas creen en la teoría del rapto secreto pero, ¿Sucederá realmente?
INTRODUCCIÓN:
Una de
las posiciones doctrinales de mayor popularidad, que actualmente enseñan muchas
iglesias evangélicas, es el rapto o arrebatamiento de la Iglesia. La enseñanza
dice que la Iglesia será removida del planeta y llevada al cielo por siete
años, antes que Dios haga caer un intenso juicio, o Gran Tribulación, sobre el
resto de los habitantes de la Tierra, los cuales serán gobernados por el
Anticristo y sufrirán la ira de Dios. La popular teoría del Rapto de la Iglesia
sostiene que Cristo vendrá no sólo repentinamente, sino secretamente en el
aire, para arrebatar a su Iglesia; dicho encuentro en el aire, afirman durará
siete años, durante los cuales se celebrará "el
juicio del Tribunal de Cristo" para recompensar a los Santos, y
también las bodas del Cordero. Después de los siete años el Señor bajará a la
tierra para juzgar a las naciones; a este juicio le llaman "El Día del Señor". De modo que, según esta doctrina,
tendríamos no sólo una Segunda Venida de Cristo (la cual ocurriría en secreto),
sino también una Tercera Venida (esta vez de naturaleza visible). A esta teoría
se le conoce como Rapto Pre-Tribulacionista de la Iglesia y es avalada,
resguardada y apoyada por diversas sectas y denominaciones cristianas[1]. Dicha presunción, además
de poseer una escasísima sustentación Escritural, resulta por completo
improbable.
La
teoría del Rapto secreto o Arrebatamiento de la Iglesia echó raíces
en el protestantismo europeo durante el siglo XVIII, expandiéndose más tarde en
América durante el siglo XIX. Esta doctrina, desconocida en el cristianismo por
más de 1700 años, es ahora parte de la escatología evangélica como si fuera una
doctrina realmente contenida en las Escrituras. Sin embargo, la gran mayoría de
los que creen esta doctrina del Rapto
Secreto ignoran su origen y cómo entró a formar parte de la escatología
evangélica. Siendo honestos, no existe una historia real del rapto secreto antes
de 1830. Es más, no existe ninguna evidencia histórica documentada que pruebe
que los cristianos, durante los primeros siglos de historia del cristianismo,
tenían una creencia del rapto secreto tal como lo enseñan los
dispensacionalistas. Pese a ello, los defensores de la teoría del Rapto de la Iglesia argumentan que dicha
enseñanza se basa en las palabras del apóstol Pablo en la Primera Epístola a
los Tesalonicenses, así como en otros pasajes bíblicos; principalmente de la
Segunda Epístola de Tesalonicenses, el evangelio de Mateo, la Primera Epístola de
Corintios y el libro de Apocalipsis.
Si se
le preguntara a los miembros de algunas iglesias evangélicas si la doctrina del
rapto secreto es una doctrina bíblica, la mayoría de ellos respondería: ¡Por
supuesto que sí, el rapto es una doctrina bíblica! Esta respuesta nos lleva a
otra pregunta: ¿Está completamente seguro? Lamentablemente, hay otras preguntas
que debe contestar: ¿Conoce el origen de esta doctrina? ¿Sabe cuántos pasajes
de la Biblia la respaldan?
Hacerse
estas preguntas llevaría a los miembros de dichas iglesias a pensar por sí
mismos, pues hasta el momento sólo han creído lo que les han enseñado sus
líderes; no obstante, no deja de ser cierto que ésta, como la mayoría de las
cosas que creen, no las han estudiado, ni las han investigado bien, sino que
las han aceptado confiando en la buena fe que han depositado en sus
"maestros" y sus interpretaciones particulares de la Biblia. El
profeta Isaías, sin embargo, enseña que toda doctrina debe basarse en las
Escrituras, no en suposiciones de los hombres, él dijo: “… ¡A la ley y al testimonio! Si
no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido…” (Isaías 8:20).
Además,
sin importar cuan sincera sea la fe que depositemos en una creencia, no por eso
llega a ser verdadera si no cuenta con el respaldo de las Escrituras. El Señor
mismo dijo: “… este pueblo se acerca a mí
con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su
temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
por tanto… perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la
inteligencia de sus entendidos…” (Isaías
29: 13-14).
Si esta
doctrina no es enseñada en las Escrituras, ciertamente es abominable ante el
Señor, pues el mismo dijo: “… ¿Por qué…
quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?... hipócritas…
enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres…” (Mateo 15: 3-9). Veamos pues, si esta doctrina nace de las
Escrituras o de interpretaciones erradas de los hombres.
ÍNDICE:
1.- Diversas
Interpretaciones Cristianas Acerca del Rapto de la Iglesia y la Segunda Venida
de Cristo.
2.-
Posición Doctrinal de los Santos de los Últimos Días Acerca del Rapto Secreto y
la Segunda Venida de Cristo.
3.- Origen
Histórico de la Doctrina del Rapto Secreto de la Iglesia.
4.- La
Doctrina del Rapto de la Iglesia a la Luz de las Sagradas Escrituras.
5.- Conclusiones
Acerca del Rapto de la Iglesia.
Aunque muchos sustentan la teoría del rapto, no todos concuerdan en cuanto a cómo y cuándo sucederá.
I.- DIVERSAS INTERPRETACIONES CRISTIANAS ACERCA
DEL RAPTO DE LA IGLESIA Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO:
Existen tres corrientes teológicas en cuanto a la
interpretación de los pasajes bíblicos relacionados con el rapto. Se debe tener
en cuenta que estas, a su vez, se subdividen en otras y no son propias de
denominaciones particulares:
§
Amilenaristas: Rechazan
la creencia de que Jesús tendrá un reinado físico de mil años literales en la
tierra. Sostienen que los mil años mencionados en Apocalipsis 20 es un número
figurativo, no una descripción literal, interpretado como un tiempo indefinido
entre la fundación de la Iglesia y la segunda venida de Cristo, y que Jesús
reina ya desde el Cielo junto con sus santos a través de su Iglesia. Los
amilenaristas no suelen usar el término rapto o arrebatamiento para referirse
al evento del encuentro de ellos con Jesús en el Cielo, para ellos este suceso
sucederá en un mismo evento con la Segunda Venida de Cristo, durante la cual
tendrá lugar la resurrección general y el juicio final, donde todos (justos e
injustos), luego de haber sido resucitados, serán juzgados según sus obras, los
justos serían llevados al cielo y los malvados serían llevados al infierno.
Entre los que sostienen dicha postura teológica figuran la Iglesia Católica y
algunos grupos protestantes tradicionales.[2]
§
Premilenaristas: creen que
Jesús regresará por segunda vez a la tierra para reinar físicamente sobre ella
durante un periodo de mil años literales tras el cual sucederá el juicio final.
Se subdivide a su vez en varias corrientes teológicas (todas ellas sostenidas
por cristianos evangélicos de denominaciones como bautistas, pentecostales,
etc.):
CORRIENTES
TEOLÓGICAS PREMILENARISTAS
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Postribulacionistas
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Creen, de acuerdo con 2 Tesalonicenses 2:1-4, que el
arrebatamiento ocurrirá tras la manifestación del Anticristo y al término de
la Gran Tribulación. Los premilenaristas postribulacionistas ven el
arrebatamiento, al igual que los amilenaristas y posmilenaristas, como un
suceso que sucederá en un mismo evento con la Segunda Venida de Cristo. Esta
fue la doctrina sostenida por los escritores paleocristianos y los
reformadores protestantes de la Edad Media. Muchas Iglesias evangélicas y
protestantes sostienen esta visión.
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Pretribulacionistas
|
Creen que el arrebatamiento ocurrirá antes de la
manifestación del Anticristo y de la Gran Tribulación. Después de este
periodo ocurriría la segunda venida de Cristo para reinar en la Tierra
físicamente por mil años literales. Después del milenio acontecería el juicio
final y la construcción del «nuevo cielo» y de la «nueva Tierra». Esta
doctrina es relativamente reciente (de hace poco más de un siglo). Desde 1832
formó parte de las tesis dispensacionalistas de John Nelson Darby, quien se
refería al arrebatamiento como «el misterio del rapto». Fue incorporada a la
Biblia de Referencia Scofield en 1909. Tras la publicación del libro de Hal
Lindsey, La agonía del gran planeta Tierra en 1970 y la difusión de varias
películas, hoy se ha convertido en una doctrina muy popular en el seno de
muchas Iglesias evangélicas (por ejemplo, la Iglesia Metodista Pentecostal,
la Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular, las Asambleas de Dios y
la mayoría de las Iglesias pentecostales).
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Semitribulacionistas
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Llamados mid-tribulationists en inglés, consideran que
la Iglesia pasará los primeros 42 meses en la Tierra y que el arrebatamiento
ocurrirá aproximadamente a la mitad de la semana 70 (creen que es antes de la
Gran tribulación, que dura los últimos 42 meses finales de la semana 70
—Mateo 24:20-21 y Apocalipsis 13:5—). A la mitad de la Tribulación, el
Anticristo se convertiría en la «abominación de la desolación», por la
profanación del Tercer templo de Jerusalén, que habrá de ser construido al
lado del Domo de la Roca.
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Teoría
del Rapto Pre- Ira
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Esta postura considera que el rapto ocurrirá en la
segunda mitad de la Tribulación, antes de la segunda venida. Se trata de una
doctrina postribulacionista que adelanta el arrebatamiento un poco antes de
finalizada la Tribulación. Divide la semana 70 en 3 períodos: del primer al
tercer sello, conocido como «principio de los dolores del parto»; del cuarto
al sexto sello, denominado la «Gran Tribulación del Anticristo»; y del sexto
sello en adelante, llamado el «día de la ira del Señor». Los creyentes en
esta doctrina consideran que el rapto ocurrirá cuando se abra el sexto sello.
Para entonces, muchos cristianos habrían sido asesinados como mártires por el
Anticristo.
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Teoría
del Rapto Parcial
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Esta teoría sostiene que los verdaderos cristianos
serán arrebatados antes, en medio de o después de la Tribulación, dependiendo
de la verdadera conversión a la fe. Por lo tanto, el rapto de un creyente se
determina por el tiempo de su conversión durante la Tribulación. Los
defensores de esta teoría sostienen que solo los que son fieles a la Iglesia
serán raptados al inicio de la Tribulación y que el resto de los creyentes lo
serán en algún momento durante esta o al final.
|
§
Posmilenaristas: Creen que
la segunda venida de Cristo ocurre después del "milenio", una edad de
oro en el que la ética cristiana prospera. Tienen dos posturas sobre el
milenio, algunos creen que los mil años son literales, mientras que para otros
es figurativo. Durante dicho milenio, literal o figurativo, ocurriría la cristianización
completa de todo el mundo donde existirá un periodo de justicia y paz (cosa que
aún no sucede) y al término de este, sucedería la segunda venida de Cristo. Los
posmilenaristas comúnmente ven el arrebatamiento, al igual que los
amilenaristas y los premilenaristas postribulacionistas, como un suceso que
sucederá en un mismo evento con la Segunda Venida de Cristo.[3]
Los Santos de los Últimos Días rechazan la teoría del rapto secreto de la Iglesia.
II.- POSICIÓN DOCTRINAL DE LOS SANTOS
DE LOS ÚLTIMOS DÍAS ACERCA DEL RAPTO SECRETO Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO:
La
teología mormona sostiene con firmeza la realidad de la Segunda Venida de
Cristo; no obstante, los Santos de los Últimos Días rechazan la teoría del
rapto secreto de la Iglesia. A groso modo, podría decirse que la postura
doctrinal mormona encaja mayormente dentro de la corriente teológica
premilenarista conocida como Postribulacionismo,
la cual fue la doctrina sostenida por los escritores paleocristianos (es decir, por
la Iglesia Primitiva) e incluso por los reformadores protestantes de la Edad
Media.
Los
mormones creen que los últimos días serán un tiempo de calamidades, desastres,
guerra y angustia mayor que cualquier otra que el mundo haya experimentado. Las
Sagradas Escrituras nos enseñan que la aparición de Cristo para iniciar la edad
del milenio será precedida por una transición perturbadora, caracterizada por
perturbaciones físicas sobre la Tierra, guerras a escala mundial, dificultades
económicas globales, decadencia moral, apostasía religiosa, infidelidad, pánico
y perplejidad generales. El Elder Bruce R. McConckie, del Quórum de los Doce,
enseñó:
“…Muchas revelaciones resumen las
señales y las condiciones del mundo, guerras, peligros y conmociones de los
últimos días. Antes del retorno de nuestro Señor, la palabra profética habla de
plagas, pestilencia, hambruna y enfermedades tales como nunca antes vio el
mundo. Azotes, tribulación, calamidades y desastres sin paralelo; contiendas,
guerras y rumores de guerras, sangre, carnicería y desolación que ensombrecerá todo
lo ocurrido en épocas pasadas. De los elementos en conmoción produciendo
inundaciones, tormentas, fuegos, huracanes, terremotos - todo en una proporción
e intensidad desconocida para los hombres de épocas anteriores; maldad, iniquidad,
tumultos, rapiña, asesinatos, crímenes y conmoción entre los hombres, más allá
de toda comprensión. (Mat. 24; Luc. 21; D. Y C. 29; 43; 45; 86; 87; 88:86-98;
133: José Smith l: Mal. 3:4.)…”.
(Doctrina Mormona, págs. 685-686).
Todas
estas calamidades llegarán a su punto culminante con la Batalla de Armagedón,
la cual precederá a la Segunda Venida de Cristo para reinar mil años sobre la
Tierra:
“…La mayor de todas las guerras,
matanza, carnicería, derramamiento de sangre y desolación de todos los tiempos,
estará en su apogeo en la hora en que vendrá Cristo. "Será tiempo de
angustia," dice Daniel, "cual nunca fue desde que hubo gente hasta
entonces." (Dan. 12:1.) Todas las naciones de la tierra estarán reunidas
en Jerusalén, en Armagedón, en el valle de Josafat, el valle de la decisión.
Será "día de tinieblas y obscuridad, día de nube y de sombra; como sobre
los montes se extiende el alba," las huestes de Gog y Magog, los ejércitos
reunidos para la batalla serán "un pueblo grande y fuerte; semejante a él
no lo hubo jamás, ni después de él no lo habrá en años de muchas generaciones.
Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama: como el huerto del
Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni
tampoco habrá quien de él escape. (Joel 2:2-3.) Jerusalén "será tomada, y serán
saqueadas sus casas y violadas las mujeres (Zac. 14:2), y todas las cosas
estarán en conmoción. Entonces el Señor asentará su pie sobre el Monte de los
Olivos, peleará las Batallas de sus santos, se vengará de los malvados,
trayendo paz a la tierra y reinará como "rey de toda la tierra."
(Eze. 38;39; Dan. 11; 12; Joel 2; 3; Zac. 12; 13; 14; D. Y C. 133.)…”.
(Doctrina Mormona, pág. 688).
La
venida de Cristo en los postreros días, acompañado de los apóstoles de la
antigüedad y los santos resucitados, señalará el establecimiento del Reino de
los Cielos sobre la tierra, es decir, el Milenio. No será un rapto secreto ni
una aparición exclusiva para los justos, sino que toda la humanidad presenciará
dicho evento: “… He aquí que viene con
las nubes, y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todos los linajes
de la tierra se lamentarán por causa de él. Así sea. Amén…”. (Apocalipsis 1:7).
El
Elder James E. Talmage, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “… Las Escrituras repetidamente llaman
"el día grande y terrible de Jehová" a tan funesta época.
Verdaderamente espantosa será para las personas, familias y naciones que,
habiéndose hundido profundamente en el pecado, hayan perdido su derecho a la
misericordia. No será la hora del juicio final, es decir, cuando toda la raza
humana comparecerá en su estado resucitado ante el tribunal de Dios; no
obstante, será un tiempo de bendiciones sin precedente para los justos, y de
condenación y venganza para los inicuos.
Con Cristo vendrán aquellos que ya
hayan resucitado, y la venida del Señor señalará la inauguración de una
resurrección general de los muertos justos, mientras que los puros y justos que
todavía se encuentren en la carne, serán cambiados instantáneamente del estado
mortal al inmortal, y serán arrebatados con los recién resucitados para recibir
al Señor y su compañía celestial, y descender con El…”. (Jesús
el Cristo, pág. 407-408).
A
través de la Segunda Venida, Cristo, el Cordero, vendrá y será unido con la
Iglesia, Su esposa, y su unión es nombrada en las Escrituras como "las bodas del Cordero”. El apóstol
Juan lo describió de la siguiente manera: “…Y
oí la voz como de una gran multitud, y como el estruendo de muchas aguas y como
la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya!, porque reina el Señor Dios Todopoderoso.
Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero,
y su novia se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino
fino, limpio y resplandeciente, porque el lino fino es las acciones justas de
los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a
la a cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Éstas son palabras verdaderas de
Dios…”. (Apocalipsis 19:6-9).
A
partir de ese momento Cristo y su Esposa reinarán sobre la Tierra por mil años:
“… La inauguración del reinado de Cristo
sobre la tierra señalará el establecimiento de una época que se distinguirá en
muchos particulares importantes de todo otro período anterior o subsiguiente; y
el Señor reinará con su pueblo mil años. El gobierno que regirá al individuo,
las comunidades y naciones durante este Milenio será una teocracia perfecta
bajo Jesús el Cristo, en su carácter de Señor y Rey. La parte más inicua de la
raza humana habrá sido destruida; Satanás será atado durante este período
"para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil
años", mientras que los justos participarán con Cristo en un gobierno y
dominio de rectitud. Los muertos dignos habrán salido de sus sepulcros,
mientras que los inicuos permanecerán sin resucitar hasta que pasen los mil
años. Los hombres que aún vivan en la carne se asociarán con seres inmortales;
los niños crecerán hasta alcanzar su edad madura, y entonces morirán en paz o
serán cambiados a la inmortalidad "en un abrir y cerrar de ojos".
Cesará la enemistad entre el hombre y las bestias; desaparecerá el veneno de
las serpientes y la ferocidad de los animales salvajes, y el amor será la
fuerza dominante que prevalecerá…”. (Jesús
el Cristo, pág. 407-408).
El fin
del Milenio traerá consigo el fin del estado probatorio sobre la Tierra: “…El Milenio precederá el tiempo que las
Escrituras llaman "el fin del mundo". Cuando los mil años hayan
pasado, Satanás será suelto por un corto tiempo y se efectuará la prueba final
de la fidelidad del hombre para con Dios. Los que tengan propensión a ser
impuros de corazón cederán a la tentación, mientras los justos perseverarán
hasta el fin…”. (Jesús el Cristo,
pág. 409).
Cuando
los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar
a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a
fin de reunirlos para la batalla final contra los justos. Esta batalla se
conocerá como la batalla de Gog y Magog. Finalmente, todos los inicuos serán
destruidos y se llevará a cabo el juicio final:
“… La derrota de Satanás y sus huestes
será completa. Los muertos, grandes y pequeños, todos cuantos hayan aspirado el
aliento de vida sobre la tierra, han de resucitar—toda alma que haya encarnado,
sea buena o mala—y comparecerán ante Dios para ser juzgados según las cosas
escritas en los libros/ Así llegará a su gloriosa consumación la misión de
Cristo. Entonces vendrá el fin, "cuando entregue el reino al Dios y Padre,
cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso
es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las
sujetó debajo de sus pies." Entonces el Señor Jesús entregará el reino y
lo presentará sin mancha al Padre, diciendo: "He vencido y he pisado solo
el lagar, sí, el lagar del furor de la ira del Dios Omnipotente. Entonces será
coronado con la corona de su gloria, para sentarse sobre el trono de su poder y
reinar para siempre jamás."' La tierra pasará a su condición glorificada y
celestial, y será la morada eterna de los hijos e hijas exaltados de Dios.
Reinarán para siempre como reyes y sacerdotes del Altísimo, redimidos, santificados
y exaltados por conducto de su Señor y Dios, “. (Jesús
el Cristo, pág. 409).
Portada del libro "Venida del Mesías en Gloria y Majestad", fuente doctrinal de la teoría del rapto de la Iglesia.
III.-
ORIGEN HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DEL RAPTO SECRETO DE LA IGLESIA.
La Teoría del Rapto de la Iglesia no fue
enseñada por la Iglesia Primitiva. Es más, ni siquiera fue enseñada por la
Iglesia decadente y apóstata durante los primeros siglos de apostasía del
cristianismo; tampoco fue enseñada por los reformadores protestantes; de hecho,
nadie enseñó dicha teoría escatológica hasta el año 1830, con la excepción de
un par de teólogos católicos romanos.
Los
cimientos de la teoría del Rapto de la
Iglesia fueron puestos por el sacerdote jesuita Francisco Ribera de Villacastín
(1537-1591). Este sacerdote español realizó una interpretación
profética del libro de las Revelaciones o Apocalipsis, en la que se mezclaban
el milenarismo, la historia y la futurología.[4] Fue Ribera quien primero
enseñara que todos los eventos del libro de Apocalipsis tendrían lugar
literalmente durante un período de tres años y medio del reinado del
anticristo, al final de la Era Cristiana. Así, Ribera colocó el fundamente del
sistema de interpretación profética del que el Rapto Secreto ha llegado a ser ahora parte integral.
Francisco Ribera de Villacastín
Las
ideas de Ribera hallaron cabida en otro sacerdote jesuita de origen chileno
llamado Manuel de Lacunza y Díaz (1731-1801), quien edificó sobre las
enseñanzas de Ribera, y pasó gran parte de su vida escribiendo un libro
intitulado Venida del Mesías en Gloria y Majestad. En 1790, Lacunza
culminó los tres tomos de su obra escatológica; sin embargo, sus opositores lo
denunciaron, obteniendo una prohibición del texto por parte de la Inquisición.
A partir de entonces, y hasta su muerte, realizó infructuosos esfuerzos, como remitir
oficios a la corona española, para conseguir autorización y apoyo para llevar
su obra a la imprenta. En 1812, a despecho de las prohibiciones anteriores, su
obra fue publicada póstumamente en Cádiz bajo el pseudónimo de Juan
Josafat Ben-Ezra. La obra fue presentada al público como habiendo sido
escrita por erudito judío que había aceptado a Jesucristo como Salvador. De
este modo, logró que su libro fuese bien acogido en círculos protestantes
donde, como producción de la pluma de un jesuita, jamás hubiese gozado de
aceptación. Ahora, al considerarla como
una obra seria de un ‘judío convertido’, sería
estudiada con ávido interés por los protestantes. Una reimpresión de dicha obra
en castellano fue hecha en Londres en 1816, financiada por el general argentino
Manuel
Belgrano, encontrándose pronto en el estante de la biblioteca del
Arzobispo de Canterbury, en Londres, Inglaterra. En las páginas de su obra
escatológica, Lacunza enseñó la noción novedosa según la cual Jesús retornaría
a la Tierra no una vez sino dos, ‘raptando’
a su iglesia en la ‘primera etapa’ de
su retorno para que ella escapara del reinado del ‘futuro anticristo’. [5]
Sacerdote jesuita Manuel Lacunza, conocido como "el padre de la teoría del rapto".
Las
ideas de Lacunza llegaron a formar parte de la teología protestante de manera
gradual. Una traducción de su obra fue publicada en inglés en 1827 por Edward
Irving, el precursor de la Iglesia
Católica Apostólica,[6]
bajo el título de The Coming of The Messiah. Para Irving, los escritos de Lacunza
llegaron a alcanzar la categoría de revelación. De hecho, aquel sacerdote
estudió profundamente el castellano con el único fin de traducir la obra de
Lacunza. En aquel tiempo, Irving escuchó lo que creía ser una voz del cielo, la
cual le mandaba predicar el ‘Rapto
secreto de los santos’. Entonces, Irving comenzó a llevar a cabo
conferencias bíblicas a través de Escocia, en las que enfatizaba el retorno de
Jesús para raptar a su iglesia. Dicha predicación cobró nuevo auge gracias a Margaret Macdonald, una jovencita
Escocesa de 15 años de edad que durante una de la sesiones de “profetización" de Edward Irving,
el 28 de Marzo de 1830, cayó en un “trance”
y después de varias horas de “visiones y
profecía” y de "hablar en lenguas", reveló que el “Regreso de Cristo” ocurriría en dos
fases, no solo en una, como enseñaba la teología cristiana tradicional. Cristo,
dijo Macdonald, vendría la primera vez y “Visiblemente
Raptaría a los virtuosos y justos llenos del Espíritu”, en un “Rapto Secreto”.
La
primera enseñanza pública del "Rapto
Secreto" ocurrió en Septiembre de 1830, en un artículo de la revista The
Morning Watch publicado por el mismo Irving. Al recibir una copia
escrita a mano de la "revelación"
de Macdonald, la revista empezó a publicar apasionadamente esta nueva e inusual
doctrina, explicando claramente que parte de la Iglesia (descrita como la
"Filadelfia" de Apocalipsis 3) sería "Raptada" para encontrase con Cristo en el aire, antes de
la "Gran Tribulación" y que
"Laodicea" (o sea la iglesia
que enfrentaría al Anticristo) sería
"dejada atrás" para enfrentarlo.
Edward Irving, precursor del movimiento carismático en el protestantismo.
Más o
menos por aquel tiempo, empezó a emerger un nuevo movimiento evangélico, el
cual llegó a conocerse como los Hermanos
de Plymouth.[7]
Su líder, John Nelson Darby,[8] trabajó de forma
excepcional por promover las ideas del rapto secreto. Darby formuló la teología
conocida como Dispensacionalismo.[9] En su teología, Darby
dividió toda la historia de la tierra y la humanidad en 7 períodos de tiempo
así:
Eternidad
|
Infinito
|
Antes de la Creación
|
1. Inocencia
|
1,000 años
|
De la Creación a la Caída
|
2. Conciencia
|
1,000 años
|
De la Creación a la Caída
|
3. Gobierno Humano
|
1,000 años
|
Del Diluvio hasta Abraham
|
4. Promesa
|
1,000 años
|
De Abraham hasta Moisés
|
5. Ley
|
1,000 años
|
De Moisés hasta el Calvario
|
6. Gracia
|
1,000 años
|
Desde el Calvario al Reino
|
7. El Reino
|
1,000 años
|
Era Mesiánica de 1,000 años
|
Eternidad
|
Infinito
|
Fin del Mundo
|
Darby
había escrito previamente acerca de la idea de un "Pre-Rapto" pero no había logrado integrarlo bien a su
nueva teología de las "Dispensaciones".
Al enterarse del libro que Irving había traducido (The Coming of The Messiah, escrito
por Manuel Lacunza) y de las nuevas “revelaciones” de Margaret Macdonald,
Darby se fue a Escocia, donde insistió en que Irving le contara todos los
detalles acerca del rapto secreto, las visiones y los trances. Asombrado por
todo lo que descubrió, y de regreso en Londres, Darby frenéticamente juntó una
plétora de versículos bíblicos que supuestamente apoyaban esta nueva doctrina
del rapto secreto y las dispensaciones. En 1833, Darby expuso sus ideas
escatológicas, incluida la del rapto pretribulacionista, en la Conferencia de Powerscourt, un encuentro
anual de estudiantes de la biblia. Dentro de poco tiempo, Darby llegó a ser
reconocido como una autoridad eminente sobre este tema.
John Nelson Darby, padre del dispensacionalismo evangélico.
Las
ideas de Darby y Lacunza, influyeron en la teología del movimiento
estadounidense del Segundoadventismo o
Millerismo, a través de su líder, el predicador William Miller[10] y sus herederos espirituales, los Adventistas
del Séptimo Día, ciertos sectores de la iglesia bautista, y los Testigos de
Jehová. De hecho, un extracto manuscrito de La
Venida del Mesías en Gloria y Majestad, supuestamente firmado por Juan
Josafat Ben-Ezra y datado en 1820, es guardado como uno de los principales
tesoros bibliográficos de la biblioteca de la Universidad Adventista de Chile.[11] En este sentido, es una
paradoja que la obra de un hombre que se consideraba a sí mismo un católico
romano ortodoxo, terminara por ser un texto clásico del cristianismo
protestante.
Cyrus Ingerson Scofield, popularizó la teoría del rapto a través de su famosa Biblia Scofield.
El
éxito final de las ideas de Lacunza se dio cuando la teología
dispensacionalista creada por John Darby fue popularizada en Estados Unidos por
Cyrus Ingerson Scofield[12]
en su Biblia de Referencia Scofield, publicada en 1909. Fue mediante
la influencia de las notas de Scofield que el dispensacionalismo y el
premilenarismo se convirtió en la corriente más influyente entre los cristianos
fundamentalistas de Estados Unidos, principalmente del Movimiento Pentecostal[13], principal promotor
moderno de la doctrina del rapto de la iglesia.
La Biblia enseña la Segunda Venida de Cristo, no el Rapto Secreto de la Iglesia.
IV.- LA DOCTRINA
DEL RAPTO DE LA IGLESIA A LA LUZ DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS.
La Teoría del Rapto de la Iglesia carece de
apoyo real en las Escrituras, más bien se fundamenta en pasajes de la Biblia
sacados de contexto o torcidos intencionalmente para concordar con la postura pretribulacionista.
Como se vio anteriormente, la teoría del rapto tiene un origen cuestionable
como doctrina; sin embargo, muchos dirán que lo que realmente cuenta no es el
origen moderno de la doctrina, sino más bien su fundamento bíblico. Puesto que
el protestantismo afirma que la Biblia es la única regla infalible de fe y
conducta, analicemos lo que dice la Biblia acerca del “Rapto Secreto” y si ésta realmente apoya la enseñanza evangélica
moderna. Para ello, hagámonos ciertas preguntas: ¿Es la segunda venida de
Cristo un solo acontecimiento o dos?, ¿Enseña la Biblia que la Segunda Venida
de Cristo sería un acontecimiento secreto, sólo visto por los elegidos, o que
lo vería toda la humanidad? Y, finalmente, ¿Enseña la Biblia que la Iglesia de
Jesucristo estará sobre la Tierra durante las calamidades que azotarán a los
inicuos en los últimos días?
La teoría del rapto divide erróneamente la Segunda Venida de Cristo en dos fases.
1.- ¿ES LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO UN SOLO
ACONTECIMIENTO O DOS?
Hay una
pregunta indiscutible que enfrentar cuando hablamos de la Segunda Venida de
Cristo. ¿Será un sólo acontecimiento? Según el Nuevo Testamento la Segunda
Venida de Cristo será un sólo evento, que será inesperado y repentino. No
obstante, la popular teoría del Rapto Pre-Tribulacionista sostiene que Cristo
vendrá no sólo repentinamente, sino secretamente en el aire, para arrebatar a
su Iglesia; dicho encuentro en el aire, afirman, durará siete años, durante los
cuales se celebrará el juicio del Tribunal de Cristo para recompensar a los
santos, y también las bodas del Cordero. Después de los siete años el Señor
bajará a la tierra para juzgar a las naciones; a este juicio le llaman "El
día del Señor". Es decir que, según la doctrina del Rapto Secreto,
tendríamos no sólo una Segunda Venida de Cristo (para raptar a los fieles),
sino también una tercera (para reinar sobre la Tierra). Veamos que nos dice el
Nuevo Testamento acerca de la Segunda Venida de Cristo.
En 1 Tesalonicenses 4: 13-17, el Apóstol
Pablo nos enseña lo siguiente: “… Tampoco
queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os
entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que
Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los durmieron en
Él. Por lo cual os decimos esto en Palabra del Señor: Que nosotros que vivimos,
que habremos quedado hasta la Venida del Señor, no precederemos a los que
durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor…”.
De
acuerdo con Pablo, cuando Cristo regrese traerá con Él a todos los que
durmieron en el Señor (1 Tesalonicenses
4:14). Dicho de otro modo, en su venida nuestro salvador aparecerá con
todos los santos ya glorificados. Rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos,
los espíritus de estos santos irán a reunirse con sus cuerpos, de modo que "los muertos en Cristo resucitarán
primero" (1 Tesalonicenses
4:16), los cuales se convertirán en cuerpos gloriosos como el de Cristo (Véase 1 Corintios 15:51-55, Filipenses
3:20-21, Job 19:25-27). Es entonces,
inmediatamente, y junto con todos los fieles
cristianos que están todavía en la Tierra y que serán transformados en
un abrir y cerrar de ojos, que ascenderán todos al mismo tiempo para recibir al
Señor.
Si se
acepta sin prejuicios ni ideas preconcebidas lo que muestra a simple vista 1
Tesalonicenses 4:13-17, resulta obvio que esta es la única interpretación que
no fuerza el texto, al tiempo que no viola ninguna ley gramatical, dando
naturalmente a las palabras su verdadero sentido; y sobre todo, es la única que
armoniza perfectamente con otros pasajes de la Biblia que hablan del mismo
tema. No hay base exegética seria ni mucho menos necesidad de sostener, como lo
hacen los dispensacionalistas, que Cristo vendrá primero por sus santos y siete
años más tarde exactamente volverá con sus santos.
La
venida señalada en este versículo es una, e indivisible como en todos los
pasajes en que se habla de la Segunda
Venida de Cristo; pero es precisamente el pasaje de 1 Tesalonicenses 4:13-17,
el que más frecuentemente es citado para enseñar el Rapto Secreto de la
Iglesia. Si en verdad desean ser honestos, y apegarse a la Biblia que dicen
aceptar como única norma doctrinal, los defensores de la doctrina del rapto
deben reconocer que este pasaje no enseña el arrebatamiento antes de la
tribulación, sino que es un pasaje básico de la resurrección. Si se observa
cuidadosamente el pasaje, se notará que en los primeros versículos no se habla
de nadie más que de los muertos en Cristo; y en el último se sobreentiende que
es de ellos, así mismo, de quien se habla. Solamente en el versículo 17 se nos
habla del arrebatamiento pero no como un rapto secreto, sino como la
trasformación final en el momento de la resurrección, cuando nuestro Señor
Jesucristo vuelva en su única e indivisible Segunda Venida para reinar sobre la
Tierra, no para raptar a sus elegidos. No obstante, 1 Tesalonicenses 4:13-17 no
es el único pasaje bíblico que habla acerca de la Segunda Venida de Cristo.
Leer detenidamente lo que otros pasajes nos dicen acerca de éste importante
suceso nos permitirá determinar cómo ocurrirá realmente.
De
acuerdo con las Escrituras, la Segunda Venida de Cristo es un único suceso
indivisible, no un suceso en dos fases como muchos sugieren. Cristo dijo: “…Porque el Hijo del Hombre vendrá en la
gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus
obras…”. (Mateo 16:27).
Obsérvese
que Cristo, en ninguna parte, afirma que vendría primero para raptar a su
pueblo por siete años y luego vendría de nuevo para reinar con ellos sobre la
Tierra. Antes bien, la segunda venida se describe como un evento único, no de
dos fases. Su propósito es pagarle a cada uno conforme a sus obras.
También
leemos:
“… Y cuando el Hijo del Hombre venga en
su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono
de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las naciones; entonces
apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los
cabritos.…”. (Mateo 25:31-32).
Cuando
Cristo venga, vendrá para reinar y juzgar a la humanidad, no para raptar a
nadie. Nótese que el versículo citado dice claramente que “… cuando el Hijo del Hombre venga en su
gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de
su gloria…”. Estas palabras no dan espacio alguno para ningún rapto
secreto. Además, cabe destacar que al igual que ocurre en Mateo 16:27, los que
vienen con Cristo son sus santos ángeles, no los miembros Iglesia. Por eso, la
idea de un rapto es ajena a la enseñanza bíblica.
Pablo
enseñó: “… Pero acerca de los tiempos y
de las estaciones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque
vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la
noche, que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas
vosotros, hermanos, no estáis en a tinieblas, para que aquel día os sorprenda
como ladrón…”. (1 Tesalonicenses
5:1-4). No puede deducirse de éstos versículos la idea de un rapto secreto,
por el contrario, la Segunda Venida es descrita como un suceso único e
indivisible, cuyo propósito será destruir a los inicuos, no raptar a los
fieles.
Lejos
de enseñar un rapto secreto como parte de su Segunda Venida, la Biblia enseña
que Cristo recompensará a los fieles cuando venga a esta Tierra nuevamente. Leemos
“… Así que, no juzguéis nada antes de tiempo,
hasta que venga el Señor, quien también aclarará lo oculto de las
tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada
uno recibirá de Dios la alabanza...”. (1 Corintios 4:5). Aquí no se enseña que dichos premios serán
otorgados en el cielo durante los míticos siete años del rapto secreto. Un
error doctrinal lleva a otro, ya que al inventar la doctrina del rapto secreto,
los pretribulacionistas tienen que trasladar el tribunal de Cristo y las bodas
del Cordero hasta los cielos, y ubicarlos en el período de siete años en los
cuales la Iglesia, supuestamente, estará raptada. Tal arreglo de sucesos no es
enseñado en la Biblia como ellos quisieran que creyéramos. De hecho, Pablo
enseñó que las recompensas de los fieles serían entregadas por Cristo durante
su reino milenial, no durante los hipotéticos siete años del falso rapto: “…Yo te encargo solemnemente delante de Dios
y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos en su
manifestación y en su reino…”. (2
Timoteo 4:1). Esta idea es también enseñado por Pedro: “…Y cuando aparezca el a Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis
la corona incorruptible de gloria…”. (1
Pedro 5:4). Es a su venida, al iniciarse el Milenio, que los justos serán
recompensados y reinarán con Cristo, no durante los siete años que dura el
supuesto rapto de la Iglesia. Los inicuos también serán castigados a su venida:
“…
De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí,
el Señor viene con sus muchos millares de santos, para hacer juicio contra
todos, y para reprender a todos los impíos de entre ellos tocante a todas sus
obras de impiedad que han hecho impíamente, y tocante a todas las cosas duras
que los pecadores impíos han hablado contra él…”. (Judas 14-15).
De acuerdo
con 1 Juan 2:28, muchos cristianos
nominales se alejarán avergonzados durante la venida del Señor: “… Y ahora, hijitos, permaneced en él para
que, cuando aparezca, tengamos confianza y no seamos avergonzados ante él a su
venida...”. Ahora bien, de acuerdo con la teoría del rapto, éstos
cristianos tibios serían dejados atrás en el hipotético rapto secreto; sin
embargo, de acuerdo con Juan esto no será así; ya que la venida del Señor será
para asentarse sobre la Tierra y reinar con su pueblo, no para raptar a los
fieles y dejar atrás a los tibios. Ellos se alejarán avergonzados al ser
confrontados directamente por el Señor, pues serán “… avergonzados ante él a su venida...”. Esto anula por completo la
teoría del rapto secreto y el mito de “los
dejados atrás” popularizado por Hollywood en recientes películas de
inspiración pretribulacionista.
La Segunda
Venida de Cristo es un suceso único e indivisible, no puede ser dividido en dos
fases como pretenden los pretribulacionistas en su intento de justificar su
doctrina; de lo contrario, se estaría hablando de una Segunda y una Tercera
Venida de Cristo, lo cual es rechazado por la enseñanza bíblica. Por eso, es
más que evidente que la teoría del rapto de la Iglesia carece de fundamento
bíblico real. Dicha enseñanza, con toda la mitología fantástica que lleva
inmersa, es una invención moderna carente de apoyo histórico en el cristianismo
primitivo y sin base doctrinal seria en la Biblia; es más, dicha teoría
contradice las enseñanzas de la Biblia al respecto.
Todo ojo verá a Cristo en su Segunda Venida, no ocurrirá de forma invisible.
2.- ¿ENSEÑA LA BIBLIA QUE LA SEGUNDA VENIDA DE
CRISTO SERÍA UN ACONTECIMIENTO SECRETO, SÓLO VISTO POR LOS ELEGIDOS, O QUE LO
VERÍA TODA LA HUMANIDAD?
Otro
aspecto en el cual la teoría del rapto contradice la enseñanza bíblica es en
cuanto a la visibilidad de la Segunda Venida de Cristo. De acuerdo con la
teoría del rapto, Cristo vendrá primero en forma invisible y se llevara a su
Iglesia con él a los cielos. Sólo los fieles oirán la trompeta que los llamará
a reunirse con Cristo, y sólo los fieles se darán cuenta de lo que ocurre. El
mundo propondrá diversas teorías para explicar la desaparición de los
cristianos, pero no se darán cuenta cuando el rapto ocurra. Nadie verá al Señor
cuando regrese por su pueblo.
La
enseñanza de una “Segunda Venida Invisible”
no es novedosa, sino la reinterpretación moderna de otras herejías comunes
en el protestantismo del siglo XIX y XX. Por ejemplo, a principios del siglo
XIX, William Miller, un pastor
bautista del Estado de Nueva York, llegó a la conclusión de que Cristo volvería
a la tierra en el año 1843. Muchos regalaron sus propiedades, abandonaron sus
sembrados y se prepararon para recibir al Señor el 21 de marzo de 1843. Este
día llegó y pasó sin que ocurriera nada. Miller revisó sus cálculos e indicó
que el suceso ocurriría el 21 de marzo de 1844, un año después de su primer
desacierto. Pero al llegar esta fecha, de nuevo sus seguidores quedaron
desilusionados. Un tercer cálculo indicó
que la Venida del Señor tendría lugar el 22 de octubre del mismo año, pero esta
predicción también falló. Negándose a reconocer el error de su líder un grupo
dirigido por Hiram Edson y Ellen G.
White, reinterpretaron las enseñanzas de Miller y afirmaron que ese día (el
22 de octubre de 1844) Cristo había entrado en el santuario celestial, de forma
invisible para los habitantes de la tierra. Juntos dieron origen a la Iglesia
Adventista del Séptimo Día[14]. Pero ellos no serían los
únicos en tergiversar la verdad. Charles
Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová, estaba convencido de que
el método de interpretación bíblica de Miller era correcto y lo utilizó para
hacer sus propios cálculos y predicciones sobre la Venida del Señor. Según sus
cálculos, Cristo habría regresado al mundo en el año 1874; aunque de forma
espiritual e invisible, sin ser visto por nadie. Finalmente, Russell predijo el
fin del mundo y la destrucción de todos los gobiernos e iglesias para el año
1914. Cuando llegó dicho año, y pasó sin que se cumplieran dichos
acontecimientos, se postergaron las fechas una y otra vez. Charles Russell murió en 1916 sin ver su
cumplimiento. Su sucesor, Joseph F. Rutherford, siguió cambiando fechas y
haciendo nuevas interpretaciones.[15]
El
llamado “Arrebatamiento de la Iglesia
antes de la Tribulación” exige la inserción no bíblica, en la escatología
evangélica, de una venida secreta de Cristo para "recoger a los suyos de manera invisible", lo cual,
aunque con ciertas variaciones, es una lamentable coincidencia entre los
Adventistas, Testigos de Jehová y los dispensacionalistas. Claro está, todos
estos grupos tomaron su doctrina de la misma fuente; es decir, no de la Biblia,
sino de las enseñanzas e interpretaciones escatológicas del jesuita Lacunza.
Ante la
pregunta: ¿Enseña la Biblia que la Segunda Venida de Cristo sería un
acontecimiento secreto, sólo visto por los elegidos, o que lo vería toda la
humanidad?, la Biblia nos da la siguiente respuesta:
“… Porque como el relámpago que sale
del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del
Hijo del Hombre…”. (Mateo 24:27). Preguntamos, ¿Es un
relámpago algo que pasa en secreto, o es un suceso visible? De la misma forma,
así será la Venida del Señor. No existe posibilidad alguna de un rapto secreto
para la Iglesia.
“… Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y
además os digo que desde ahora veréis al a Hijo del Hombre sentado a la
diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo…”. (Mateo
26:64). Cristo mismo enseñó que su Venida en gloria sería visible para
todos, no un evento secreto visto sólo por los fieles.
“… Y entonces verán al Hijo del
Hombre que vendrá en una a nube con poder y gran gloria…”. (Lucas
21:27). Nuevamente, Cristo habla de su venida como un suceso que será visto
por todos.
“…Y estando ellos con los ojos puestos
en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos
varones vestidos de blanco, los que también les dijeron: Varones galileos, ¿por
qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre
vosotros arriba al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo…”. (Hechos
1:10-11). Cristo no se fue del mundo en forma invisible, ¿Por qué su
Segunda Venida tendría que ser diferente?
“… ” Y aparecerá la señal del
Hijo del Hombre en el cielo; y entonces se lamentarán todas las tribus de la
tierra, y verán al Hijo del Hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con
poder y gran gloria…”.
(Mateo 24:30). Nuevamente, Cristo
afirma que su Segunda Venida será visible para todos, especialmente para los
malvados y aquellos que le aborrecen. La enseñanza referente a un rapto secreto
de los fieles contradice las palabras de Cristo.
“… He aquí que viene con las nubes, y todo ojo
le verá, aun los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se
lamentarán por causa de él. Así sea. Amén...”. (Apocalipsis 1:7).
Palabras claras y definitivas: “… todo
ojo le verá…”. Un capricho teológico podría llevar a muchos a defender
enconadamente la teoría del rapto secreto; sin embargo, la evidencia es
abrumadora: El “arrebatamiento de la
iglesia” no sólo no se divide en dos fases, sino que tampoco es invisible
como muchos afirman.
Cristo nunca prometió raptar a su pueblo.
3.- ¿ENSEÑA LA BIBLIA QUE LA IGLESIA DE JESUCRISTO
ESTARÁ SOBRE LA TIERRA DURANTE LAS CALAMIDADES QUE AZOTARÁN A LOS INICUOS EN
LOS ÚLTIMOS DÍAS?
Para
los evangélicos modernos, acomodados en su aceptación actual dentro de la
sociedad, es casi anatema pensar que los cristianos fieles pasarán por todos
los sucesos aterradores de los últimos días. Para ellos, Dios jamás permitiría
que su Iglesia fiel sea perseguida de nuevo, sufra privaciones o tenga que
enfrentar las calamidades del período de angustia conocido por ellos como “la Gran Tribulación”. Sin embargo, la
Biblia no concuerda con dicho modo de pensar.
En 1 Tesalonicenses 5:1-4 se continúa el tema
que termina el capítulo 4 (la resurrección de los muertos y el arrebatamiento),
eso se hace notar en el comienzo del capítulo "… Ahora bien, hermanos con respecto a los tiempos y la
épocas...", lo cual indica la conexión entre el final del capítulo 4 y
el inicio del 5. Cualquiera que lea los dos capítulos sin interrupción puede
fácilmente comprobar que el capítulo 5 continúa describiendo lo que 1
Tesalonicenses 4:13-18 comenzó denominando "el
día del Señor", el tiempo de la destrucción repentina sobre el mundo
impío, con la Venida de Cristo en juicio; todo lo cual significa que el arrebatamiento" ocurrirá después de
la tribulación de aquellos días.
En 2 Tesalonicenses 1:6-10, el apóstol
Pablo nos enseña que el Señor vendrá con
los ángeles de su poder, en llama de fuego: “…Porque
es justo para Dios pagar con tribulación a los que os atribulan; y a vosotros,
que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús
desde el cielo con sus poderosos ángeles, en llama de fuego, para dar retribución
a los que no conocen a Dios, ni obedecen el evangelio de nuestro Señor
Jesucristo; los que serán a castigados
con eterna perdición, separados de la presencia del Señor y de la gloria de su
poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos, y para ser
admirado en todos los que hayan creído (por cuanto nuestro testimonio ha sido
creído entre vosotros)...”.
El Señor, pues, vendrá acompañado por sus ángeles (no por cristianos raptados
misteriosamente siete años atrás), y su función será doble: a) Recoger la
cizaña en gavillas para ser quemadas y b) Recoger el trigo para el Señor (Véase Mateo 3:12, 13:30 y Lucas 3:17). Las
características de la Segunda Venida que encontramos en el pasaje de Segunda
Tesalonicenses 1:6-10 son las siguientes: Jesús vendrá desde el cielo, le
acompañarán sus poderosos ángeles y, su Segunda Venida será en llama de fuego. El
versículo 8 nos explica que Cristo se manifestará: "...dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no
obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús", de modo que su propósito es hacer justicia.
Aquellos a quienes el Señor dará retribución, son los descritos con dos rasgos
fundamentales: Los que no conocieron a Dios y que no obedecen al Evangelio. El
pecado de los perseguidores de la Iglesia del Señor durante los angustiosos
últimos días, no será por ignorancia del Evangelio, sino por la desobediencia
del mismo. Por ello serán castigados. Pero si la Iglesia no estuvo en la tierra
durante los calamitosos días de juicio que precederán la Segunda Venida ¿Cómo
pudo haber sido perseguida por los impíos? El versículo 9 nos dice que los
perseguidores de la Iglesia: "sufrirán
el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia de Señor y de la
gloria de su poder". Aquellos que hicieron penosa la vida de los
Santos, sufrirán eterna perdición. El versículo 10 completa la gloriosa
perspectiva mencionada en el versículo 7, que es de reposo, el cual espera a
los miembros de la Iglesia cuando venga aquel día.
La
Iglesia no escapará de esta Tierra por medio de un rapto secreto, sino que
estará sobre la Tierra y enfrentará con valor la persecución y la oposición de
sus enemigos hasta ser, finalmente, glorificada con Cristo en su Segunda
Venida. Por ello afirmamos sin duda que la doctrina de un rapto secreto
pre-tribulacionista es falsa y antibíblica.
Reafirmemos un poco más este punto:
i.
Hablando
de los últimos días, Juan el Revelador nos dice que vio delante del trono de
Dios una gran multitud de personas “de
todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Véase Apocalipsis 7:9-12) y se le dijo que eran “los que han salido de la gran tribulación”
(Véase Apocalipsis 7:13-17). Es
decir, eran todos aquellos que habiendo pasado por calamidades, tribulación y
hasta el martirio, fueron fieles a su fe y perseveraron hasta el fin, fuese en
vida o muerte. Evidentemente, para haber salido de la tribulación, primero
tuvieron que haber pasado por ella, lo cual confirma que los Santos pasarán por
dicho periodo de sufrimientos, negando así la doctrina del rapto.
ii.
Que
el propósito de Dios es perfeccionar a Sus Santos por medio de la tribulación
de los últimos días es evidente en Apocalipsis
6:9-11, donde se menciona que todavía habrían de morir muchos, en los
últimos días, por causa de la verdad y su fe en Cristo. Más adelante, en Apocalipsis 13:7, se nos muestra como Satanás y sus servidores
recibirían poder en los últimos días para
“hacer guerra contra los Santos, y vencerlos”. Esto ciertamente, aunque no
suene halagador, es el futuro que le espera a los que decidan ser fieles al
Señor. No hay ningún rapto secreto que haga que la amarga copa pase de la
Iglesia. La verdad gloriosa que dicho sufrimiento encierra es ésta: “Si sufrimos, también reinaremos con Él”
(2 Timoteo 2:11-13). Nuestro deber
es estar preparados (Véase 1 Pedro 4:13
y 5:8-11), pues las recompensas por ser fieles son enormes y llenas de
esperanza (Véase Apocalipsis 2:7, 2:11,
2:17, 2:26-28, 3:5, 3:12 y 3:21). La Segunda Venida de Cristo se dará con
el propósito de salvar a los Suyos de manos de Satanás y de la Iglesia del
Diablo, los cuales le harán la guerra a los Santos y pretenderán destruir al
pueblo de Dios en los últimos días. Hebreos
9:28 nos dice: “… así también Cristo
fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y la segunda vez,
sin pecado, aparecerá para salvar a los que le esperan...”.
iii.
El
pasaje más definitivo, en oposición a la doctrina de un rapto secreto de los
cristianos, se halla en Mateo 24:29-31.
Dichos versículos, salidos de labios del mismo Jesucristo, nos dicen: “… E inmediatamente después de la
tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su
resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos
serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo;
y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra; y verán al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus
ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro
vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro…”. Nótese la
expresión “después de la tribulación”
en el versículo 29, la cual nos muestra claramente que la Segunda Venida y el
“Arrebatamiento” de los Santos no ocurrirá antes de la tribulación, sino
después. Aquí no cabe la idea de un rapto secreto a principios de la
tribulación y de una tercera venida de Cristo en gloria tras las bodas del
Cordero.
iv.
La
enseñanza del “Rapto Secreto” contradice frontalmente la Biblia, la cual enseña:
“…Y seréis entregados aun por vuestros
padres, y hermanos, y parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros. Y
seréis aborrecidos por todos por a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de
vuestra cabeza perecerá. Con vuestra a paciencia ganaréis vuestras almas. Y
cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su
destrucción ha llegado. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y
los que estén en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no
entren en ella. Porque éstos son días de venganza, para que se cumplan todas las
cosas que están escritas. Pero, ¡ay de las que estén encintas y de las que
críen en aquellos días!, porque habrá gran calamidad en la tierra e ira sobre este
pueblo. Y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las
naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que se cumplan los
tiempos de los gentiles. Entonces habrá señales en el sol, y en la luna y en
las estrellas; y en la tierra habrá angustia de las naciones y confusión ante
el bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres a causa del temor
y de la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra, porque los
poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces verán al Hijo del Hombre que
vendrá en una nube con poder y gran gloria. Y cuando estas cosas comiencen a
suceder, mirad y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca…”.
(Lucas 21:25-27). Estos versículos
señalan que la Segunda Venida de Cristo no acontecerá sino hasta después del
periodo de tribulación que vendrá sobre la tierra en los últimos días. Cristo
afirma con claridad: “…Y cuando estas
cosas comiencen a suceder, mirad y levantad vuestras cabezas, porque vuestra
redención está cerca…”. Si la Iglesia fuere llevada al cielo antes de dicho
período de calamidad mundial, ¿Por qué le diría Cristo que cuando mire todas
esas cosas confíe en que su redención se acerca?
La
teoría del rapto contradice la enseñanza bíblica referente a la Segunda Venida
de Cristo en todos sus aspectos: Divide
un evento único en dos fases (el rapto y la venida en gloria), convierte en
invisible un suceso que la Biblia afirma que será visto por todos y, contradice
a Jesús al afirmar que la iglesia no estará sobre la Tierra durante los
angustiosos días que antecederán la Segunda Venida de Cristo. Por estas
razones, la teoría del rapto debe ser calificada como contraria a la verdad
revelada en las Escrituras y, de acuerdo con los lineamientos evangélicos que
establecen la Biblia como única regla de fe y conducta, dicha teoría debe ser
rechazada y abandonada.
Cristo reinará personalmente sobre la Tierra durante el milenio.
V.-
CONCLUSIONES ACERCA DE LA TEORÍA RAPTO DE LA IGLESIA.
Como
vimos anteriormente, la doctrina del rapto secreto no surgió como tal sino
apenas en el siglo XIX; por lo tanto, nunca formó parte del cuerpo doctrinal
de las iglesias del cristianismo
histórico, ni mucho menos de la iglesia primitiva. Aún hoy, es rechazada por la
mayoría de cristianos en el mundo. Así por ejemplo, esta doctrina es rechazada
al unísono por católicos romanos, ortodoxos griegos, luteranos, anglicanos,
anabaptistas, metodistas, episcopales, presbiterianos, por muchas iglesias
bautistas y otros grupos cristianos.
Dichos
grupos, aunque reconocen que Cristo vendrá nuevamente en gloria, para reinar
sobre la tierra, reconocen que la doctrina de un Rapto Secreto
Pre-Tribulacionista es antibíblica y escatológicamente incorrecta. Sólo el
movimiento pentecostal y otros sectores del fundamentalismo evangélico aceptan
dicha doctrina como auténtica. Tristemente, en Latinoamérica, donde la
influencia y expansión de dichos grupos es enorme, la doctrina del rapto
secreto se enseña indiscriminadamente como si fuera verdad comprobada y parte
de las doctrinas del cristianismo original, esto, sin embargo, está lejos de
ser verdad. Peor aún, pues dentro del mismo bloque evangélico, muchos ni
siquiera llegan al acuerdo de si el rapto ocurrirá antes, en medio de, o
después de la tribulación, creando mayor confusión y divisiones entre sus
feligreses.
¿Por
qué entonces, a pesar de contradecir la Biblia, se sigue enseñando dicha
doctrina errónea? La razón es obvia. El efecto emocional, psicológico, y
principalmente proselitista de dicha enseñanza, es sumamente poderoso:
Multitudes caen rendidas y se unen en masa a dichos movimientos por temor al
juicio venidero y con la esperanza de huir de lo que se avecina sobre la
tierra. Sin embargo, aunque una mentira repetida muchas veces puede llegar a
parecer verdad, no por eso llego a serlo realmente.
Alrededor
de esta doctrina, que ha llevado a ensanchar las arcas de muchas iglesias,
enriqueciendo los bolsillos de sus líderes, y aumentando en número las diversas
sectas evangélicas, se ha urdido una complicada mitología moderna que va de lo
probable a lo inverosímil y hasta ridículo. No obstante, dichas enseñanzas
proliferan en nuestra época porque la las iglesias modernas, presas de la moda
teológica del momento, son llevadas “…
por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error…” (Efesios 4:14).
La
amonestación profética del apóstol Pablo es clara y aplicable a nuestra época: “…
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas…” (2
Timoteo 4:3-4). Las Escrituras nos
amonestan diciendo: “No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas…”
(Hebreos 13:9).
Nuestro
deber es ayudar a otros a que conozcan la verdad, pues ésta es el “conocimiento
de las cosas como son, como eran y como han de ser; y lo que sea más o menos
que esto es el espíritu de aquel inicuo que fue mentiroso desde el principio”
(D. y C. 93:24-25). Además, “… todavía hay muchos en la tierra, entre
todas las sectas, partidos y denominaciones, que son cegados por la sutil
astucia de los hombres que acechan para engañar, y no llegan a la verdad sólo
porque no saben dónde hallarla…” (D. y C. 123:12). Compartamos con
otros la verdad que libera.
Sin
pretender incluir todos los sucesos que acontecerán en los últimos días, el
siguiente bosquejo nos presenta ciertos pasajes bíblicos que aclaran, a groso
modo, el orden de los eventos que precederán la Segunda Venida de Cristo:
A.- Sucesos
que precederán la Segunda Venida de Cristo:
§
Una
apostasía universal, la cual llevará a las personas, iglesias y naciones
enteras, a apartarse de la verdad y rechazarla, siguiendo en cambio, doctrinas
falsas (2 Tesalonicenses 2:1-12, 1 Timoteo 4:1-2, 2 Pedro 2:1-3).
§
El
Evangelio Verdadero sería restaurado en su plenitud nuevamente sobre la tierra
por medio de la ministración de seres celestiales (Véase Apocalipsis 14:6-7
y compárese con José Smith-Historia 1:11-20, 1:29-54, 1:68-72 y D. y C. 110, en donde se da cumplimiento a dicha
profecía) y sería predicado en todo el mundo con el propósito de preparar la
tierra para la Venida del Señor (Mateo 24:14).
§
La
aparición del Libro de Mormón (Isaías 29:4, 29:10-14, 29:18-19, Ezequiel 37:
15-20) y el establecimiento de la Iglesia nuevamente entre los hombres (Daniel
2:31-45).
§
Cuando
la Venida del Señor sea inminente, grandes calamidades sobrevendrían sobre la
tierra (hambres, pestilencias, guerras, rumores de guerra, terremotos, etc.) y
los justos serán perseguidos a causa de su fe (Véase Mateo 24:3-13 y Lucas
21:7-19).
§
Un
nuevo orden mundial, político, económico y religioso, se levantaría en
oposición al Evangelio (Apocalipsis 13,
17).
§
Tendrá
lugar la Batalla de Armagedón, la cual será la mayor de todas las guerras (Daniel
12:1). Todas las naciones de la tierra estarán reunidas en Jerusalén, en el
valle de Armagedón (Zacarías 14:1-2).
B.- La
Segunda Venida de Cristo y el Reino Milenial:
§
Cristo
descenderá del cielo, los muertos en Cristo son resucitados y los Santos que
estén vivos son transformados y reciben al Señor en el aire (1
Tesalonicenses 4:13-17).
§
Israel
será salvado y sus enemigos destruidos (Zacarías 12, 13 y 14, Ezequiel 38 y
39, Daniel 11 y 12, Joel 2:1-11, 3:1-21).
§
Toda
cosa corruptible se consumirá en este día ardiente. Los elementos se derretirán
con ferviente calor y todas las cosas se volverán nuevas, es decir, la tierra
será renovada y recibirá su gloria paradisíaca (2 Pedro 3:10-13).
§
Cristo
reinará sobre la Tierra mil años (Apocalipsis
20:1-6).
C.- El
Fin del Milenio, la Batalla de Gog y Magog, el Juicio Final y la Vida Eterna:
§
Satanás
será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los
cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la
batalla final contra los justos (Apocalipsis
20:7-8).
§
La
derrota de Satanás y sus huestes será completa. Los muertos, grandes y
pequeños, todos cuantos hayan aspirado el aliento de vida sobre la tierra, han
de resucitar—toda alma que haya encarnado, sea buena o mala—y comparecerán ante
Dios para ser juzgados según las cosas escritas en los libros (Apocalipsis 20:9-15).
§
La
tierra pasará a su condición glorificada y celestial, y será la morada eterna
de los hijos e hijas exaltados de Dios. Reinarán para siempre como reyes y
sacerdotes del Altísimo, redimidos, santificados y exaltados por conducto de su
Señor y Dios (Apocalipsis 21:1-8).
REFERENCIAS:
[1]
McKim, Donald K (9 de abril de 2014). The Westminster Dictionary of Theological Terms, Second Edition: Revised
and Expanded. Presbyterian Publishing Corporation. pp. 261–.ISBN
9781611643862. Consultado el 26 de diciembre de 2014.
[2] Véase: La Ciudad de Dios Libro XX, San
Agustín. También se recomienda: http://www.catholic.com/tracts/the-rapture
[3] The
Greatest Commandment: Matthew 22:37 por David T. Steineker Página 132. Se recomienda también: Carm,
Theological Dictionary https://carm.org/dictionary-postmillennialism
[4]
Véase: Francisci Riberae
Villacastinensis: De Templo et de ijs quae ad templum pertinent.
[5]
Daneri, Juan J. (2000). “Los Usos de la Profecía. Escatología y política en La
Venida del Mesías en Gloria y Majestad (1812) de Manuel Lacunza”. Silabario,
Revista de Estudios y Ensayos Geoculturales (Córdoba: Universidad Nacional de
Córdoba) 3 (3):91-100. Véase también: Daneri, Juan J. “Escatología y Política
Jesuitas. La profecía del fin de los Tiempos según Manuel Lacunza”. Mapocho
(Santiago: Biblioteca Nacional de Chile) (58): 181-201.
[6]
Denominación cristiana. Se remonta a los principios del siglo XIX. Algunos
elementos del movimiento evangélico en Inglaterra (de los que hicieron énfasis
en la eclesiología, la profecía y la obra del Espíritu Santo) y figuras como
Haldane Stewart, William Marsh y Hugh MacNeil se asociaron con el reverendo
Edward Irving, ministro presbiteriano, y otros para cumplimentar una invitación
de Henry Drummond, maestro bíblico que convocó a conferencias en Asbury Park en
1826. Bajo la influencia de Irving, algunos concurrentes empezaron a hacer
énfasis en los dones del Espíritu y en la proximidad del regreso de Cristo. En
1832 se eligieron doce apóstoles y surgió la misión de los «Apóstoles Restaurados»:
advertir a toda la iglesia la inminencia de la Segunda Venida y la necesidad de
resolver los cismas eclesiásticos. Los católicos romanos y apostólicos
combinaban las creencias ya mencionadas con el regreso al ritualismo y al
sacramentalismo. Con el tiempo el movimiento se redujo a un pequeño grupo.
[7]
También se les conoce como «plimutistas», «darbistas», «Salas Evangélicas» [por
el nombre
que dan a sus lugares de
reunión], «Iglesias Cristianas Evangélicas», etc. Este movimiento evangélico
surgió como oposición a algunas condiciones prevalecientes en el protestantismo
inglés en Dublín, Irlanda; pero su primera iglesia se organizó en Plymouth,
Inglaterra, en 1831. Entre sus fundadores se encontraban J.N. Darby, Lord
Congleton, A.N. Groves, Edward Cronin y otros. Los antiguos hermanos se
propusieron derribar las barreras entre los diferentes grupos cristianos y
decidieron que no se requería ser ministro ordenado o presbítero para celebrar
la Cena del Señor. Sus congregaciones son gobernadas por «ancianos», al estilo
presbiteriano. Cualquier hermano aprobado por ellos puede predicar u oficiar.
Aunque J.N. Darby contribuyó al desarrollo de su teología dispensacionalista,
no se impone una escuela de interpretación particular. Hay entre ellos los
«abiertos» y los «exclusivos», según su posición respecto a una serie de
asuntos como la participación en la Cena. Los «abiertos» prefieren el bautismo
por inmersión en todos los casos. En América Latina se les conoce como
«Hermanos Libres». Los hermanos de Plymouth son, por tradición, el principal
núcleo evangélico en España y Argentina. Sostienen misioneros en infinidad de
naciones.
[8] John Nelson Darby (1800-1882) fue un
evangelista anglo-irlandés y una figura de gran influencia entre los Hermanos
de Plymouth. Es considerado el padre del dispensacionalismo moderno y del
futurismo.
[9]
Movimiento teológico que busca explicar la variedad en la administración de los
planes de Dios en la Biblia.
Una variedad del
dispensacionalismo insiste en siete dispensaciones, sobre todo Cyrus Scofield,
autor de una serie de notas al texto bíblico que caracterizan la famosa Biblia
Scofield. El dispensacionalismo ha existido a través de los siglos sin que se
utilice necesariamente el nombre. A pesar de que los dispensacionalistas citan
la autoridad de San Agustín, el más famoso promotor moderno del
dispensacionalismo pudo haber sido J.N. Darby, a quien algunos consideran
fundador del dispensacionalismo. Es un movimiento situado entre los evangélicos
conservadores y los fundamentalistas. Esta teología es muy fuerte en América
Latina y se ha extendido a grupos como los pentecostales, los cuales
originalmente no eran bien vistos por otros dispensacionalistas (como los
inspirados por Darby), pero han ido asimilando importantes elementos de dispensacionalismo.
[10]
William
Miller (1782-1849) fue un predicador laico bautista, militar,
agricultor y jefe cívico local en Low Hampton, en el este de New York.
Estudiante de la historia y la profecía bíblica, a partir de sus estudios
comenzó a predicar en 1831 el inminente segundo advenimiento de Cristo. Es
considerado como el fundador del Movimiento Adventista de los años 1830-1840 en
Norteamérica. Entre sus descendientes espirituales directos existen varias
religiones, incluyendo la Iglesia Adventista del Séptimo Día y movimientos
posteriores que se fundaron con la inspiración directa del énfasis de Miller en
la profecía bíblica, incluyendo el Movimiento de Estudiantes de la Biblia o
Russellitas, actualmente conocidos como los Testigos de Jehová.
[11]
Sergio Olivares. Manuel Lacunza: La Conexión Adventista. Diálogo Universitario,
1994, 6 (1), 12-15.
[12]
Cyrus Ingerson Scofield (1843-1921) fue un teólogo estadounidense,
ministro religioso y escritor cristiano. Scofield se convirtió en un líder del
dispensacionalismo premilenarista y precursor del fundamentalismo cristiano del
siglo XX.
[13]
El Pentecostalismo
es una continuación del movimiento de santidad del siglo XIX, pero adoptó
nuevas formas. Entre sus primeros líderes estuvieron Charles F. Parham,
fundador de una escuela bíblica en Topeka, Kansas; y William J. Seymour, que
dirigió un gran avivamiento religioso en Los Ángeles, California, en la calle
Azusa (1906). El movimiento enfatiza los dones del Espíritu, hablar en lenguas
y sanidad divina. También promueve una forma emotiva y libre de adoración,
caracterizada por continuas alabanzas a Dios. Del pentecostalismo original
surgieron numerosas denominaciones y movimientos como las Iglesias de Dios, las
Asambleas de Dios, la Iglesia Cuadrangular y el movimiento conocido como “Sólo
Jesús” (cuyo grupo más conocido es el de la Iglesia Pentecostal Unida, de
teología unitaria). Con excepción de este último sector, los pentecostales
sustentan una teología trinitaria. El movimiento se extendió a Europa bajo el
liderazgo de Thomas Ball Barratt, británico de origen metodista que fundó la
Iglesia de Filadelfia en Noruega. Alexander A. Boddy, ministro anglicano,
dirigió un gran avivamiento pentecostal en Inglaterra en 1907. Entre 1910 y
1911 se fundó la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, la primera gran
iglesia protestante autóctona de América Latina. Desde principios de siglo el
movimiento llegó a México, Puerto Rico y otras regiones del continente. El
pentecostalismo se
convertiría en un gigantesco movimiento religioso en toda Latinoamérica en la
segunda mitad del siglo XX. Además de numerosas denominaciones, existen miles
de iglesias pentecostales independientes. El pentecostalismo ha influido
enormemente en el movimiento carismático emergente en el
protestantismo histórico y
el catolicismo. Debe entenderse que la experiencia pentecostal no se limita al
pentecostalismo clásico ni al movimiento carismático, ya que numerosas iglesias
autóctonas en África, Asia y otras regiones comparten aspectos fundamentales
del estilo pentecostal. Las Asambleas de Dios es la mayor denominación
pentecostal.
[14]
Véase Luisa Jeter de Walker, ¿Cuál Camino? (Editorial Vida),
Capítulo 8, págs. 151-152. También se recomienda el libro: Otros Evangelios, por
Pablo Hoff, págs. 146-149.
[15]
Véase Luisa Jeter de Walker, ¿Cuál Camino? (Editorial Vida),
Capítulo 9, págs. 165-170. También se recomiendan los libros: Otros
Evangelios, por Pablo Hoff, págs. 39,40, 43 y Recuerdos de un Testigo de Jehová,
por César Vidal Manzares, págs. 14-16.